* Advierte diputado el riesgo de que el nuevo aeropuerto costeado con recursos públicos sea sólo para beneficio de la iniciativa privada; necesaria crear una comisión parlamentaria para su seguimiento
Martínez Vargas aclaró si bien se argumenta que la terminal aérea es una obra de beneficio general, sólo el 4 por ciento de la población mexicana tiene posibilidades de pagar un vuelo. Foto: CSOMV |
Ecatepec, Méx., jueves 18 de septiembre de 2014._ El aeropuerto alterno al de la Ciudad de México sólo beneficiará a 4 por ciento de la población mexicana que está en posibilidad económica de viajar en avión, y corre el riesgo de costearse con recursos públicos en su etapa inicial para cederlo más tarde a la iniciativa privada, como ha ocurrido con más de la mitad de las terminales aéreas del país, advirtió el diputado local Octavio Martínez Vargas.
Después de que el pleno de la LVIII Legislatura del Estado de México aprobó la desincorporación y donación del predio “El Moño” o “Los Tlateles” a la federación para la zona de mitigación del ex Lago de Texcoco, que a su vez es una obra complementaria del Aeropuerto Alterno al de la Ciudad de México, el legislador por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) consideró necesario crear una comisión parlamentaria plural, no sólo integrada por los coordinadores, para dar seguimiento a la donación y al proyecto de la terminal aérea.
“Hay que verificar si es viable o no; en caso contrario, que el inmueble se regrese y mejor sirva de pulmón a los mexiquenses de la zona metropolitana, pues se trata de un área natural protegida”, manifestó.
Martínez Vargas advirtió que aun cuando se argumenta que la terminal aérea es una obra de beneficio general, sólo 4 por ciento de la población mexicana tiene posibilidades de pagar un vuelo porque al resto le resulta inaccesible pagar 8 mil pesos para ir, por ejemplo, a Tepic o Nuevo León.
Aunque aclaró que no está en contra de la obra, destacó la necesidad de garantizar que no vaya a ser costeada con recursos públicos para después cederla a particulares para su usufructo a través de figuras como la concesión, el comodato o el título gratuito.
En la actualidad, expuso, “más de la mitad de las terminales aéreas del país han sido concesionados a dos empresas, incluyendo los de Quintana Roo, Los Cabos, Guadalajara, Colima, Tapachula y Veracruz; por lo que vale la pena preguntarse si correrá la misma suerte el nuevo; ¿estamos cediendo bienes públicos de más de 9 millones de metros cuadrados de un área natural protegida en beneficio de lo incierto y de la iniciativa privada?”
Finalmente, lamentó que la iniciativa no haya sido analizada ni dictaminada en comisiones, mientras en el Pleno se dispensó su trámite, por la urgencia con que se tomó una decisión que requería mayor análisis y reflexión.
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