*Ni el gobernador Eruviel Ávilase dignó en verla cuando visito el CCMB
*Inflan estratosféricamente cifras de visitantes, autores y medios asistentes
*Presentan como buenas noticias fracasos burocráticos
Juan Pablo García Vallejo
Aspecto de lo que fue la Librería Itinerante vista desde la parte superior de la biblioteca del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario. Foto: Jorge Villa |
Texcoco, Méx., 1 de septiembre de 2014._ Estaba en el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario (CCMB) paseándome cuando vi en una de sus pantallas electrónica un promocional sobre la Librería Itinerante que había sucedió dos semanas antes.
Este promocional de inmediato me causo un gran dolor de cabeza simplemente porque está lleno de mentiras, quiere apabullar a los visitantes con una guerra de cifras bastante inventadas, están tomando como tontos a los supuestos beneficiarios:
Hablan de 133, 300 visitantes casi igual a lo que tienen la Feria del Libro de Antropología e Historia en 20 años de existencia; visité tres veces este experimento fracasado y siempre estaba desierto, veías todo, no te tropezabas con nadie y los dependientes paveando tomando el sol, ni siquiera estaba el payasito para la foto. Un experimento que inicia no tiene tanta asistencia, menos en un municipio periférico de la Ciudad de México.
Interior de uno de los pabellones y sus estands de venta de libros. Foto: Jorge Villa |
Dicen que asistieron 1, 000 medios de comunicación, casi igual a los que van a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara luego de 30 años de existencia, estuve en la inauguración y no pasaban de 10 medios locales y de discurso aburridos de los burócratas del Instituto Mexiquense de Cultura.
Dicen que fueron 100 autores, cuando en su programación tenían programados 32 presentaciones, de ¿dónde sacaron los autores faltantes?
¿Qué es la Librería Itinerante? Un elefante blanco. Tardaron más de un mes en poner las gigantescas carpas y los estand de los 9 pabellones para diez días de exposición y venta y otros 15 días para desmontarla, pero todo fue inútil no fue la gente lectora.
Porrúa tiene a su favor una gran tradición como editor, pero no como organizador, contrató a gente inexperta en los libros y la lectura para vender los libros de otras editoriales, pero siempre esos empleados del bomberazoestaban jugando con sus aparatos electrónicos.
Todo este promocionales un conjunto de mentiras que están presentando como buenas noticias, sólo para que las burocracias queden bien cuando sus proyectos ni tienen éxito ni atraen a la gente que quieren beneficiar.
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