* El sábado 22 de febrero como a las cuatro de la tarde concluyó sus labores en una tienda de calzado en la colonia Guadalupe Victoria y luego estuvo con un “amigo”
ROBERTO ACEVEDO
Sandra Cabrera en la filiación de la PGR. Foto: Especial |
Ecatepec, Méx., martes 7 de octubre de 2014._ A nueve meses de que desapareció Sandra Cabrera Flores de 18 años, nadie sabe su paradero, sólo existen tres indicios: el sábado 22 de febrero como a las cuatro de la tarde concluyó sus labores en la tienda de calzado Class que se localiza en la avenida José López Portillo en esta demarcación.
Salió de este local rumbo a su domicilio en el poblado de Guadalupe Victoria, a 15 minutos de su trabajo, llamó por teléfono a su amiga Ana y envió un mensaje a sus familiares desde un aparato que no era el suyo.
Ese día que desapareció, su compañero Alejandro al terminar el turno se ofreció a llevarla a su casa, pues por las tardes conduce un taxi, circularon por la vía López Portillo y doblaron a la izquierda en la avenida de Las Flores.
En la esquina con Francisco Villa, Sandra le indicó detener el vehículo, según versión de Alejandro. Al pasar por esta vialidad, ella se percató que su papá caminaba por ahí y le dijo que lo iba alcanzar.
A las 19:00 horas, la mamá de Sandra le marcó a su celular y la joven contestó que estaba en casa de Ana, su mejor amiga y quién tiene su domicilio por esta zona.
A las 20: 30 horas, Sandra se comunicó de nuevo. Pero esta vez envío un mensaje de texto al celular de su madre, pero uso el teléfono de su compañero Alejandro, desde el taxi que por las tardes maneja.
Sandra le comentó a su mamá que en un rato más llegaría a su casa y que estaría ahí a las 22 horas, pero esto ya no ocurrió.
Posteriormente una vecina aseguró que observó cuando Sandra caminaba cerca de su casa, alrededor de 17 horas, acompañada de un joven no muy alto, que usaba gorra roja, pantalón recto.
Armando Cabrera, hermano de Sandra, indicó que estas evidencias y argumentos fueron recabados y esto es lo único que tienen desde la fecha en que desapareció.
Armando detalló que ese día como a las 23 horas, le marcó. En el primer intento la llamada entró, pero nadie contestó. Y en el segundo intentó sucedió lo mismo. En otra llamada posterior el teléfono fue apagado. Y así lo dejaron desde entonces.
El domingo 23 de febrero, Armando de nuevo marcó el número del teléfono con el cual Sandra mandó un mensaje. En este contestó Alejandro: era su celular. Fue cuando él aseguró que la tarde anterior le dio un aventón a Sandra a la esquina de Francisco Villa y las Flores.
Y ese día pero más tarde, de casualidad se encontró a Sandra en la calle Francisco Villa. En compañía de un muchacho con “pantalón blanco” y “pelos parados”. Sandra le hizo la parada y le pidió prestado el celular.
Los familiares contactaron a su amiga Ana, quien dijo que le marcó desde un celular que no conocía para indicarle que había dicho a su familia que estaría con ella, ante los cuestionamientos de Ana. Sandra le dijo a su confidente: “Luego te cuento”. Era una niñería; una travesura y ya no apareció.
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