Por Carlos Monroy Hermosillo
Carlos Monroy Hermosillo. Foto: Himself |
Martes 11 de noviembre de 2014
¿Y ahora qué nos pasa, Monroe? Ya empiezan a escucharse las voces de intolerancia de quienes están en la postura cómoda de pretender culpar a los jóvenes por la quema de la puerta de Palacio Nacional y calificarlos de revoltosos, nacos, etcétera, como si lo que nos está pasando fuera poca cosa…
Te voy a responder con la opinión de mi hijo, Alonso, que ha compartido vía Facebook en días pasados…
"Es un atentado en contra del patrimonio nacional". Es la clase de estupidez que se espera de alguien que no comprende que el verdadero patrimonio de un pueblo es el pueblo mismo. Y que una nación no es nación sin su gente. ¿Qué hace a un país si no las personas que lo habitan y cargan con su cultura? Si arden todos nuestros monumentos, la gente seguirá ahí para levantar nuevos desde las ruinas; una y otra vez. Algo así dijo Durruti. Construirá nuevos patrimonios tangibles para reemplazar a los viejos y les dará nuevos significados. ¿Acribillar y desaparecer entonces a la población no es un atentado en contra del patrimonio? Ese maldito palacio no es más que un antro de decadencia criminal en el que año con año se grita un grito que hace años perdió significado y que usa un cártel criminal para protegerse con un manto de legitimidad proveniente de un pasado que traicionaron ya”.
A su expresión inteligente, de gran coraje y rebeldía, respondí: ¡Claro! Así es hijo... Sólo que los que atentaron en contra de esa puerta de la decadencia que ahora representa "Palacio Nacional" como sinónimo de impunidad y corrupción, son provocadores del propio gobierno, agentes que estúpidamente pretenden culpar de nuevo a jóvenes participantes de un movimiento solidario con normalistas de Ayotzinapa y sus familias y que nos dan lecciones de rebeldía y conciencia... Sólo falta esperar la bienvenida que millones de mexicanos le darán al cobarde de Peña Nieto para mandarlo de regreso a la China....
Fueran infiltrados o un verdadero acto de desafío por parte del pueblo en el DF, al final no debería desacreditarse al movimiento, ya de masas. Aún habrá gente que cree que puede cambiar el sistema desde adentro -estudiar, trabajar, pagar impuestos para "educación" y otros delirios. Para ellos este acto podría desprestigiar un movimiento que aparentemente no entienden. Pero no es así. Para los que reconocen que el Estado se ha transformado en una mafia, ajena al pueblo de México y servil sólo a intereses privados y extranjeros; una entidad oscura que protege al crimen organizado y se alía con él, el incendio de una simple puerta no pagará jamás el dolor de 43 familias que perdieron a sus hijos.
¿Qué sigue entonces?
Se trata de un presagio para levantamientos mayores. Hace algunas semanas escribí que veía semillas de revolución por todos lados. Y la revolución no se hace hablando. Es desde el gobierno que se provoca la rebelión y luego la resistencia social y hasta la guerra civil, que ya está en puerta, y no al revés. Son la enorme corrupción en las instituciones, la impunidad, la ausencia de justicia y un verdadero Estado de Derecho; el ver en jóvenes estudiantes y sus maestros al enemigo público número uno, criminalizar la protesta social y polarizar hasta el extremo a la sociedad, lo que provoca esta gran indignación ciudadana largamente contenida, pero que ahora ha estallado, sin estar tan ciertos de sus consecuencias. Y lo vemos no solo en Ayotzinapa; también en la zona sur del estado de México, en Michoacán y Guerrero, además de Tamaulipas (territorio abandonado y donde cientos de miles han emprendido un éxodo masivo), Chihuahua, Veracruz, Sonora, Sinaloa, Durango y Coahuila. Como antes en Acteal, Aguas Blancas, Atenco, Oaxaca, Tlatelolco y más…
¿Debe renunciar Peña Nieto?
Opino que sí. Se ha convertido en un estorbo para el avance democrático, el Estado de derecho y la justicia en este país. El analista John M. Ackerman, recién afirmaba que si México tuviera un régimen parlamentario, Enrique Peña Nieto no regresaría de China por “la comprobada ineptitud de su gobierno, así como la enorme desconfianza social en su persona a raíz de la masacre de Iguala … -necesario es- destituirlo a él y a todo su gabinete, así como llamar a nuevas elecciones federales”.
Finalmente, puedo recomendarte la lectura del “Terrorismo Mediático; La Construcción Social del Miedo en México”, del investigador y periodista Carlos Fazio, donde trata precisamente el tema del manejo de crisis por parte del Estado Mexicano y sus fuerzas del orden e inteligencia, y la teoría de la desinformación y la mentira como claves en los conflictos sociales; el golpismo mediático, la ingeniería del consenso y un capítulo especial: “La República de Televisa”, que te darán más luz sobre lo que ahora ocurre en México, y quiénes, desde arriba, nos pretenden llevar a un Estado de excepción y contrainsurgencia.
(Noviembre 10 de 2014).
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