JORGE LUIS VILLA ACEVEDO
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| Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, excandidato presidencial. Foto: Tomada de Reforma |
Que tan imposible es luchar contra la adversidad es algo que no se descubre sino hasta el término de un ciclo o bien al cabo de los resultados obtenidos cuando se concluye un propósito al través de largos años de lucha. Un breve repaso a una extensa carrera política que en sus momentos tuvo como finalidad el ascenso al poder presidencial no es poca cosa, por supuesto, sobre todo si dejó una honda huella en un 1988 nostálgico y parteaguas al mismo tiempo de un futuro posible que no llegó a concretarse. En ese año definitivo a la postre, mucha gente votó por primera vez por un líder de izquierda en la figura de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, político converso al haber abandonado al PRI. Apreciaciones personales a vuelapluma recuerdan al Cárdenas que gobernó el Distrito Federal en 1997, dejando atrás a los regentes y convirtiéndose en el primer Jefe de Gobierno de la ciudad de México y en la visión de muchos simpatizantes el posible gobernante que podría continuar con una ideología en ascenso. En 1999 ya no se pensaba lo anterior cuando por segunda vez fue candidato a contender por la Presidencia de la República y peor, pensé, pensábamos varios, cuando repitió el mismo esquema para el 2005, que finalmente favoreció al divisible AMLO. Y apenas en septiembre o desde antes, como si fuera un 2005, sólo que partidario, sí parecía en verdad que buscara realmente la presidencia del PRD, pero en ese trance se miraba de una forma ya desgastada, como si fuera un imán que atrae pero ya no resiste el peso específico, y ya tampoco bastaba el peso moral que se le reconocía y, con todo y ello, con las adversidades latentes en el interior de su partido, o quizá por ellas, quería ser el candidato único para presidirlo, pero se arrepintió. Y ya en corto, la semana pasada pide la renuncia del actual dirigente del PRD, Carlos Navarrete, del que recibe una respuesta institucional al tiempo que lo invita a dialogar. Sea cual fuere la conversación pública que hayan tenido este día, el ingeniero decidió que un cuarto de siglo ya había sido suficiente y renunció a continuar en el partido que fue abandonando poco a poco.
Carta de Ifigenia Martínez, consejera emérita
Fechada este día y encabezada por el logotipo del PRD en la parte superior junto al nombre de la remitente, Ifigenia Martínez y Hernández, su carta cuyo mensaje se refiere a la defección del PRD del excandidato presidencial, expresa su “respaldo a mi compañero de lucha, Ing. Cuauhtémoc Cárdenas en su demanda de reformar al PRD, pero considero que la única manera de aportar a la solución de los problemas nacionales es manteniendo la unidad, evitando cualquier exclusión, fortaleciendo nuestra cohesión y representatividad.
“Exhorto a no perder de vista que el compromiso primordial de las izquierdas es la defensa de la nación y del pueblo de México”.
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