* No solucionará combate a la delincuencia pues no propone soluciones de fondo, por lo que fracasará, sostiene el legislador
* El titular de la comisión de Seguridad Pública en el Congreso dijo que debió pensarse en fortalecer las Policías municipales
El legislador Octavio Martínez Vargas considera que si no se acaba con la corrupción en los altos mandos, no cederá la delincuencia. Foto: Archivo |
Redacción | 30 de noviembre de 2014
Ecatepec, Méx.-Es incompleto, erróneo y frívolo el decálogo de medidas en materia de seguridad planteado por el presidente Enrique Peña Nieto porque está hecho al revés: plantea medidas para limpiar las bases, pero ninguna para combatir la corrupción desde las cúpulas de las policías Estatal, la Federal, el Ejército, la Marina y el Poder Judicial, advirtió el diputado Octavio Martínez Vargas.
Al parejo se debe eficientar el sistema de procuración de justicia y readaptación social, y combatir las causas sociales y económicas de la delincuencia, sostuvo el presidente de la Comisión de Seguridad Pública y Tránsito en la LVIII Legislatura mexiquense.
El legislador puntualizó que Peña Nieto tampoco propone soluciones de fondo e integrales relacionadas con el fortalecimiento de la educación, la creación de empleos suficientes y bien remunerados, o la oferta de alternativas para los jóvenes.
El también subcoordinador del grupo parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD), agregó que dicho decálogo de ninguna manera contempla medidas para sanear el Ejército, la Marina, la Policía Federal y las estatales, cuyos elementos se han visto involucrados en diversos ilícitos, con la protección de sus mandos.
Sin ir más lejos, recordó, hace algunas horas la Procuraduría mexiquense confirmó la detención de siete elementos de la Policía municipal de Ecatepec por su presunta participación en delitos de robo (con allanamiento de morada e intimidaciones) y extorsión.
Peña Nieto, prosiguió, habla de combatir el crimen organizado en los municipios, pero nunca plantea desarticularlo desde sus raíces económicas, con la investigación, el cierre y el congelamiento de cuentas de casinos o casas de cambio, por ejemplo, empleadas con frecuencia en el lavado de dinero.
Con el esquema de Policías Estatales Únicas, el servicio de seguridad pública será más lejano, menos inmediato, y concentrará el poder de toma de decisiones en una sola persona en toda la entidad.
Ese es el caso de la entidad mexiquense: se vuelve riesgoso cuando se tiene al frente a un personaje con antecedentes de corrupción, documentados en redes sociales, como Rogelio Cortés Cruz, titular de la Policía Estatal.
En todo caso, consideró, debió pensarse en fortalecer las Policías Municipales, capacitarlas, dignificar sus percepciones y otorgarles los instrumentos jurídicos y materiales para garantizar su buen desempeño.
De por sí en la actualidad las Policías responden con retraso en la atención de emergencias, refirió, y ahora, con un solo número, el 911, habrá saturación de líneas e indicaciones encontradas, al menos mientras el esquema se adapta y se vuelve eficiente como en Estados Unidos, para lo que tendrán que pasar varios años, en el escenario más optimista.
El Presidente, expuso Martínez Vargas, nunca habla de sanciones ejemplares y sin tolerancia para los delincuentes, en los casos en que su responsabilidad quede plenamente confirmada, ni para las autoridades que incurran en su protección: se vuelvan cómplices o se dejen corromper.
Tampoco contempla obligaciones ni sanciones para el Poder Judicial ni promueve la puesta en marcha de sistemas que garanticen una verdadera readaptación social.
Por estas razones, el legislador perredista auguró un rotundo fracaso en el combate a la delincuencia bajo las premisas recién diseñadas, con las que lamentablemente la más afectada seguirá siendo la sociedad.
Las medidas anunciadas, añadió, son sólo mediáticas y tienen como único propósito atajar el escándalo Ayotzinapa.
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