Miércoles 10 de diciembre de 2014
Lamentable en verdad que desde Los Pinos se promueva el enfrentamiento entre las fuerzas armadas del país, ya que a la certera afirmación del titular de la Defensa Nacional de que lo que pasa en México es responsabilidad del Estado y no de los gobiernos, vino la réplica del Comandante en Jefe, a través del titular de la Marina, que hizo una desafortunada declaración que pronto tuvo una réplica de los padres de las víctimas de Iguala, que lo llamaron “títere” del presidente.
Es cierto que en ocasiones el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas (Ejército, Marina y Fuerza Aérea), cuando ordena un operativo en contra del crimen organizado y existen indicios de que alguna de las fuerzas a su mando, sus operativos están infiltrados, manda a otra fuerza que no tenga compromisos con la delincuencia y lo hemos visto en los dos últimos sexenios.
Pero cuando el de Atlacomulco, séquito, seguidores y partido no quieren aceptar, o serán que no han leído tampoco sobre esto, que el Estado Mexicano tiene un jefe que es el Presidente de la República, responsable de mantener la paz pública, la seguridad de vida y patrimonios de todos los mexicanos, de impulsar el crecimiento económico, la armonía de los factores de la producción y de la sociedad en su conjunto, como lo dejó en claro el titular de la Defensa Nacional, entonces estamos ante un vacío grave de poder.
Tenemos las barbaridades del Jefe de la Oficina de la Presidencia declaradas a diversos medios de comunicación, donde con la conjugación de los verbos que usa, usurpa el cargo al Presidente porque como lo mencionaron analistas y todos debemos de saberlo, este solo lo ocupa una persona, no sus empleados por más cercanos que estén en la casa presidencial. El gabinete mismo son empleados del Ejecutivo que operan las políticas públicas, no sus suplentes ni nada que parezca.
Luego de las afirmaciones del General Cienfuegos de la Sedena, el titular de Marina, empleados ambos del Presidente quien lo puso para dirigir las actividades de nuestras gloriosas fuerzas armadas, acusó en conferencia de prensa, a los padres de los normalistas victimados y desaparecidos, de ser ahora víctimas de la manipulación, no dijo de quiénes, y de prestarse para criticar las políticas del gobierno, no dijo cuáles, porque en materia de seguridad se han duplicado el número de ejecutados del gobierno anterior.
Y es que la cultura política que el sistema surgido de la Revolución Mexicana durante décadas permeó entre los actores políticos no ha desaparecido, sino que se ha acentuado en estos tiempos, donde ya no basta ser licenciado, en Derecho era lo común, para ocupar cargos públicos, sino que hay que presumir los doctorados como si esto, les diera más conocimiento y autoridad sobre quienes no los tienen, en este caso, los campesinos padres de los normalistas de Ayotzinapa.
Porque se cree que por ser pobres y sin estudios, son “ignorantes”, lo que ya significa un trato discriminatorio hacia mexicanos menos favorecidos por la fortuna, como si tener propiedades en Las Lomas y mucho dinero, sea garantía de sapiencia y sabiduría. Porque eso fue lo dio a entender el titular de Marina y políticos y periodistas afines al gobierno dicen lo mismo: “¡Ellos no saben!”, “¿Quién los mueve?”, cuestionan, pero lo mismo preguntaríamos de los cientos de personas que acuden a los actos del presidente, de los gobernadores y alcaldes.
Quienes hemos andado en la selva chiapaneca indagando la problemática de las diversas etnias que ahí sobreviven, la huasteca hidalguense con tantos asesinatos de líderes indígenas, los campesinos cafetaleros de la sierra de Puebla explotados por caciques, los Huicholes, Coras, Rarámuris y Yaquis, hemos encontrado en muchos de sus líderes naturales personas con una capacidad de discernimiento y conocimiento de sus derechos, mejores que la de los ladinos de las zonas urbanas que se conforman con paquetes alimenticios y otros regalos para cooptarlos.
Así que además de discriminatoria la declaración del titular de la Marina, que por ello debe ser indagado por la Conapred, todo indica que fue una orden de su Comandante Supremo, para tratar de componer la afirmación del titular de la Sedena, lo que podría aumentar las fricciones entre ambas fuerzas armadas, mismas que en su momento se opusieron a entregar a sus soldados y marinos para conformar lo que llaman la Gendarmería como lo había anunciado el propio Presidente, que se ve, que su comandancia es simbólica.
Esto porque el caso de Tlatlaya no fue abordado por la Sedena cuando habló de la responsabilidad del Estado, ya que si los militares son soldados del Presidente, se entiende entonces que si no fue su Comandante en Jefe quien dio la orden de las ejecuciones extrajudiciales de civiles, ¿quién fue entonces?
Porque este hecho, algunos actores políticos lo quieren justificar diciendo que si bien se habían rendido, eran familias de delincuentes y su ejecución hace que tengamos menos en las calles, sin duda, muchos quisiéramos que así fuera, que haya menos, pero quienes los ejecutaron eran militares no civiles que se hicieron justicia por propia mano, y ambos deben cumplir las normas sino para que son.
No hay que echarle leña al fuego desde Los Pinos, porque es ahí donde quieren ver sangre para justificar la represión e incendiar el país, donde las fuerzas armadas al ver la debilidad de su Comandante en Jefe, asumirían el mando.
Pero lo más importante es lo que usted, amigo, amiga del México Real opina.
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