Ladrón mata a ladrón a bordo de microbús en Ecatepec

* Sólo la justicia divina salva a los pasajeros ante el fracaso de los operativos contra los asaltos en el transporte público 

Un asaltante accionó su arma pero la bala rebotó en la lámina del techo del microbús y le pego al otro asaltante.  Foto: Denuncia Ecatepec

Redacción | sábado 18 de abril de 2015

Ecatepec, Méx.- “¡Justicia divina!” dijo uno de los pasajeros momentos después de que un delincuente mató a su cómplice cuando la bala que disparó para intimidar a los usuarios, rebotó en el techo de la unidad y le pego al ladrón en el pecho.

Los hechos iniciaron cuando un par de sujetos se subieron a la unidad de la ruta Autotransportes Ecatepec número 266, frente al Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios Nº 60, en la colonia Tierra Blanca.

“¡Este es un asalto cabrones, entreguen todo y no se hagan los machitos!” expresó uno de los asaltantes, recordaron los pasajeros.

Sin importar que era el mediodía, con mucho movimiento de autos y peatones sobre la avenida Insurgentes y que estaban a dos cuadras de la presidencia municipal, pues se dirigía rumbo al paradero de Indios Verdes, nada de eso importó y a los hampones les tocó la “justicia divina”.
Uno de los ladrones accionó su arma para aumentar el miedo a los usuarios, pero la bala rebotó en la lámina del techo del microbús y le pego al otro asaltante en el pecho.

Este cayó fulminado como un rayo y su cómplice se agachó para auxiliarlo, pero al ver que no podía hacer nada, se bajó del microbús y echo a correr dejando a aquel desangrándose.

El chofer se detuvo en la calle Nicolás Bravo desde donde dio aviso a las autoridades y para que dieran parte de las condiciones del ladrón. Los pasajeros se bajaron de la unidad.

Para cuando arribaron los servicios de emergencia ya había fallecido el asaltante. Al lugar llegó personal de la Procuraduría estatal para levantar el cuerpo del asaltante y para identificarlo, para notificar a sus familiares, quienes al parecer ya estaban presentes ya que, se supo, el occiso vivía en San Carlos Cantera.