• Acuerdos en lo oscurito y ruptura • La podredumbre del sistema político mexicano • “El rey de los túneles”
“El Chapo” o “El rey de los túneles” escapó en esta ocasión por un túnel de mil 500 metros gracias a la obra de infraestructura del sistema Cutzamala. |
Por Carlos Monroy Hermosillo
Toluca, Estado de México, a 12 de julio de 2015.- En un reportaje ya conocido por mucha gente en torno al caso “Chapo Guzmán” y su recaptura en febrero del año pasado, el ex director de inteligencia de la DEA, la agencia antidrogas de los Estados Unidos, Phil Jordan, reveló que el narcotraficante había financiado la campaña de Enrique Peña Nieto para la presidencia de la República durante el 2012. La inteligencia norteamericana habría documentado estas aportaciones además de las actividades de Joaquín Guzmán Loera en la política mexicana, sobre todo con políticos priístas y del PAN (recuérdese que según la periodista Anabel Hernández, a Fox le pagó veinte millones de dólares por su primera fuga). ¿Cuál fue el acuerdo entre “El Chapo” y EPN? ¿Si hubo ruptura entre ambos, qué hay detrás? Son preguntas. Tanto en la primera como en esta evasión ¿quién podrá creer que “El Chapo” (ahora figura legendaria) escapó sin ayuda, sin el clásico contubernio de custodios y autoridades carcelarias que actuaron por indicaciones de mandos del más alto nivel? Según versiones, “El Chapo”, a quien también podría calificarse como “el rey de los túneles”, por aquella especialidad que bien se le conoce de mandar a construir túneles por la frontera norte de México para el trasiego de droga hacia la Unión Americana, escapó en esta ocasión, por un túnel de mil 500 metros, gracias a la obra de infraestructura del sistema Cutzamala, en los alrededores del penal de “Alta Seguridad”, suspendida inexplicablemente desde hace tiempo, y ahora casualmente puesta al servicio del capo. Mientras tanto, muy orondo, Peña Nieto viaja a Francia con su séquito de 400 personas, entre familiares, amigos, lamebotas y patiños. ¿Qué cuentas traerá a su regreso con un país hundido en el desorden? ¿Cómo justificará su propio dicho de que otra fuga del legendario capo sería imperdonable? ¿Qué de las sospechas de que tanto “El Chapo” como Rafael Caro Quintero (ambos como pollitos en fuga) financiaron su campaña y la de otros políticos priístas? ¿Cuál será la reacción del gobierno de Barack Obama ante hechos como la nueva fuga del Chapo, la negativa del gobierno de México a que fuera extraditado, y la excarcelación de Rafael Caro Quintero? Son notas que ponen en severos prietos la gestión del Presidente de la República que lleva a México al “despeñadero”, y pone de nueva cuenta en severo cuestionamiento nuestro sistema carcelario y de procuración de justicia y exhibe la podredumbre del sistema político mexicano ante los ojos del mundo.
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