“(…) Nos motivó el dolor de los padres de los 43 estudiantes desaparecidos, la lucha de los maestros contra la reforma educativa, pero sobre todo, el saqueo que ha sufrido el municipio de Tixtla, la corrupción y los problemas de agua y drenaje, servicios por los que pagamos y sin embargo no existen.”: maestra Miguelina Ramos, candidata para la presidencia municipal
Doctor John M. Ackerman |
Lunes 23 de noviembre de 2015
La misma Asamblea Popular de Tixtla, Guerrero que boicoteó las elecciones el pasado 7 de junio ahora se ha aliado con Morena para la elección extraordinaria del próximo domingo, 29 de noviembre. Esta emergente alianza ciudadana ha postulada como candidata para la presidencia municipal a la maestra Miguelina Ramos Hernández, mujer con amplio reconocimiento por los tixtlecos por su impecable trayectoria de honestidad y compromiso social. La maestra Ramos ha explicado el cambio de parecer de la Asamblea Popular de la siguiente manera: Nos motivó el dolor de los padres de los 43 estudiantes desaparecidos, la lucha de los maestros contra la reforma educativa, pero sobre todo, el saqueo que ha sufrido el municipio de Tixtla, la corrupción y los problemas de agua y drenaje, servicios por los que pagamos y sin embargo no existen.
Nos encontramos, sin duda, frente a una coyuntura histórica que abona a la esperanza con respecto a la futura transformación del país por la vía electoral. Todas las personas que buscan cargos de elección popular no son iguales. Si bien muchos son motivados por ambiciones personales e intereses oscuros, otros simplemente quieren servir a su pueblo. No nos lleva la ambición del poder, no nos lleva el dinero, sino poder ofrecer un pueblo diferente para que niños y jóvenes vivamos de manera distinta, ha aclarado la maestra Ramos.
Hoy despacha en la presidencia municipal de Tixtla, territorio donde se encuentra la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, el señor Raúl Vega Astudillo, primo del nuevo gobernador represor Héctor Astudillo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Después del boicot del 7 de junio, el Congreso del estado de Guerrero nombró a Vega Astudillo presidente interino para que el gobernador pudiera tener control directo sobre este consciente y participativo municipio que ha visto nacer a grandes luchadores sociales, como Vicente Guerrero y Pablo Sandoval Ramírez. Vega Astudillo ahora se apresta a pasar la estafeta al señor Saúl Nava Astudillo, candidato del PRI a la presidencia municipal y también primo del gobernador en turno.
Para garantizar una transición tersa entre los dos primos, el primo gobernador de ambos ha recurrido a la típica estrategia de plata o plomo, tan común tanto entre políticos priístas como entre narcotraficantes. El pasado miércoles 11 de noviembre, en Tixtla, policías estatales y federales con acompañamiento militar atacaron violentamente a una caravana de autobuses en que viajaban estudiantes de la normal de Ayotzinapa. Ocho normalistas fueron heridos y 13 detenidos arbitrariamente por las fuerzas de seguridad. El mensaje de intimidación fue perfectamente claro.
Inmediatamente después de este ataque cobarde a activistas sociales desarmados, el gobierno del estado inició un programa de reparto masivo de despensas, tinacos y otros materiales en el municipio de Tixtla. La entrega de los materiales ha corrido a cargo de líderes y promotores del voto del PRI, de acuerdo con las pruebas presentadas por el nuevo presidente de Morena en Guerrero, Pablo Amílcar Sandoval. Esta acción viola tanto la Constitución como la normatividad electoral que prohíben tajantemente el uso de programas y recursos gubernamentales para proselitismo electoral.
Más de 40 por ciento de la población de Tixtla se encuentra en situación de pobreza extrema y 20 por ciento habla náhuatl además de español. El próximo 29 de noviembre esta digna comunidad tendrá la oportunidad para enviar un claro mensaje de ya basta a la corrupción, la pobreza y el saqueo. La dignidad no tiene precio y las balas jamás podrán matar la esperanza.
El PRI siente pasos en la azotea y actúa con desesperación. No solamente busca comprar elecciones locales y reprimir a estudiantes críticos, sino que también quiere terminar de censurar al líder indiscutible de la izquierda política en el país: Andrés Manuel López Obrador. En días recientes, Manlio Fabio Beltrones ha anunciado que promoverá una reforma electoral para prohibir que el nuevo presidente de Morena aparezca en los promocionales de su propio partido.
No satisfechos con la total servidumbre de Televisa, Tv Azteca y otros medios al régimen priísta ni con la eliminación de comunicadores críticos como Carmen Aristegui, el nuevo presidente del PRI quiere borrar totalmente de la televisión y la radio a su principal contrincante hacia 2018. Se repite el escenario del desafuero del ex jefe de Gobierno impulsado en su momento por Vicente Fox.
Al parecer, el sistema autoritario está dispuesto a absolutamente todo con tal de frenar la llegada a Los Pinos de alguien honesto y comprometido con su pueblo. Solamente corruptos y cínicos tendrían derecho de paso a la Presidencia de la República.
El sistema jamás aceptará su derrota. Pero, a pesar de todo, las victorias ciudadanas sí son posibles. En la UNAM, por ejemplo, la comunidad universitaria recientemente logró frenar el intento de Peña Nieto de imponer uno de sus alfiles en la rectoría. La histórica alianza entre la sociedad organizada y el nuevo partido ciudadano en Tixtla tendría que fungir como ejemplo para la nación entera. Urge remplazar las viejas prácticas de plata o plomo con una nueva lógica de honestidad republicana y de confluencia entre las luchas sociales y la batalla en las urnas.
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