* "La clave de un buen gobierno se basa en la honestidad": Thomas Jefferson * Que sea en beneficio de las grandes mayorías y la clase trabajadora * Peña Nieto impulsa franquicias de Pemex en EU en favor de empresarios y miembros de su gabinete
Toluca, México, a 6 de enero del 2016. A finales del año pasado, se supo que Pemex tiene una franquicia en Houston, Texas, en los Estados Unidos, que ofrece precios por la gasolina a la mitad de los que vende en México. A $6.98 por litro, cuando el precio de la MAGNA en nuestro país en su momento fue de $13.57 pesos; esto ocurría el mes pasado cuando los mexicanos estábamos en plenos festejos navideños, lo que quiere decir que la paraestatal está vendiendo al más del 100% la gasolina a los mexicanos, privilegiando a los texanos. Tratan de impulsar en los Estados Unidos franquicias de Pemex para empresarios en EU, y no dudemos que a funcionarios del gobierno federal convertidos ahora en magnates del petróleo, y a sus amigos empresarios. En el Foro México se realizó una encuesta sobre la disminución al precio de la gasolina anunciado por el gobierno federal bajo el siguiente planteamiento: "a partir del 1ro de enero la gasolina y el diésel bajarán de precio; la MAGNA será de $13,16 el litro, contra los $13,57 del 2015; un ahorro promedio de $18 00 por tanque. Los encuestados se manifestaron porque los precios en México también se reduzcan a la mitad. Hace un año, el Partido del Trabajo realizó un estudio técnico y económico sobre los costos reales del combustible y lo que los mexicanos deberíamos pagar por él, que luego fue impulsado como lema de campaña bajo la temática de "CONSTRUYAMOS UN MÉXICO JUSTO":
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Carlos Monroy Hermosillo |
"Paguemos, como país productor, la gasolina a $ 5.66 pesos por litro. ¡ES LO JUSTO! Es interesante retomar sus argumentos, por su validez, demostrada ahora en la propia determinación del gobierno de Enrique Peña Nieto, materializada en Texas. por lo que ahora los comparto: Pemex es una de las empresas petroleras más rentables del mundo, superior incluso a empresas de mayor tamaño como Exxon, Chevron, Shell o Petrobras. Sin olvidar que México está colocado entre los 10 primeros países productores de petróleo. Sin embargo, los malos manejos, la corrupción en que se ha visto envuelta, la ausencia de una política energética de largo plazo que le diera el valor de un asunto de seguridad nacional, el despilfarro, la irresponsabilidad de los gobiernos neoliberales de los últimos 33 años (Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, y ahora, Enrique Peña Nieto), su falta de una visión nacionalista que consolidara la independencia y soberanía económicas, así como el lamentable ejemplo de subordinación de esos gobiernos a los intereses de los Estados Unidos, trajo consigo en primer término ineficiencias en la paraestatal como en el caso particular de la refinación para la producción de gasolinas, burocratismo al servicio de la élite estatal, y finalmente la privatización del petróleo en beneficio de los Estados Unidos. La corrupción y la irresponsabilidad del gobierno se explica a partir de que, a diferencia de la mayoría de los países productores de petróleo, en México no existe crecimiento de la capacidad de refinación. De 1979 a la fecha no se ha construido una nueva refinería. Incluso la capacidad de refinación de nuestra industria es significativamente inferior a naciones con menores recursos petroleros como Francia, Alemania, Japón, India, Reino Unido o Corea del Sur. La falta de crecimiento en refinación no es una maldición del destino, sino una decisión mezquina del gobierno para restringir progresivamente recursos para invertir en infraestructura que de manera clara fundamenta el rezago y abandono que se tiene en materia de refinación. Todo esto a pesar del conocimiento preciso que se tenía en el crecimiento en la importación de gasolina que se consumía en el país, que del 25% en 1997 pasó al 49% en el 2013, equivalente a 395 mil barriles diarios de gasolina (un barril=159 litros), es decir 62 millones 800 mil litros de gasolina. Un dato muy importante, a pesar de toda la sangría deliberada aplicada a Pemex, sostenemos la viabilidad de bajar el precio de la gasolina. El costo de producción de un barril de petróleo crudo es de 7 dólares, muy inferior a las grandes petroleras como Chevron 15.46, Petrobras 13.62, Shell 12.47 o Exxon 9.91. Para efecto de cálculo se tomó la cotización de dólar a 15 pesos. El resultado del costo del litro de gasolina es de $ 2.88 pesos. México deberá dejar de ser país exportador de crudo. Por eso planteamos la necesidad de dar mayor valor agregado al petróleo, mediante la construcción de nuevas refinerías que posibiliten dejar de pagar altos costos a la gasolina importada, proceso en el que sin duda se realiza con altas dosis de corrupción ya que se compra una gasolina más cara que la ofrecida por otros proveedores. Con esta medida se incrementará la productividad por barril y se mejorará la calidad de los combustibles. Uno de los efectos inmediatos de invertir en refinerías sería la creación de empleos, el incremento de la recaudación fiscal y el crecimiento de la economía. Además, es urgente terminar con la confabulación entre autoridades gubernamentales y el crimen organizado que roban a Pemex gasolina por un monto de 8 mil millones de pesos. Adicionalmente deberá instrumentarse nuevos esquemas de captación tributaria para que las finanzas públicas no dependan de manera sustantiva a los ingresos petroleros. Actuar con sentido de responsabilidad como se propone y terminando con todo acto de corrupción, estaremos en posibilidad de reducir la gasolina a un precio justo, como ocurre en países productores como Venezuela, Siria, Libia, Arabia Saudita, Kuwait, Irán, Qatar, Argelia o incluso Estados Unidos. La disminución del precio de la gasolina desencadenará un proceso virtuoso a partir del decremento en el costo del transporte público o la congelación de las tarifas actuales, reducción en el costo de productos y servicios, mayor inversión en la economía, generación de empleos y mejores salarios, y consecuentemente, mejores condiciones de vida. Eso significaría dar un gran impulso a una verdadera política social integral y de profundos alcances en beneficio de las grandes mayorías, y dejar de darle atole con el dedo a la población en vísperas del año electoral en puerta. Mientras tanto Enrique Peña Nieto gastó más de mil 181 millones de pesos en su propaganda sobre la reforma energética, y pronto estrenará avión de superlujo con un costo de siete mil 500 millones de pesos a costa de los contribuyentes, y otros siete mil 423 millones de pesos en contratos publicitarios destinados a favorecer a sus aliados mediático en Televisa y TV Azteca. Bien lo decía Thomas Jefferson: "La clave de un buen gobierno se basa en la honestidad"
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