* En el estado de México el mayor número de pobres * La corrupción le cuesta a México más de 347
mil millones de pesos
Por Carlos Monroy Hermosillo
Toluca, estado de México, 12 de enero del 2016. Mientras
desde la secretaría de Gobernación se declara que no habrá ganancia política de
la visita del Papa Francisco a México ni temor por el mensaje del pontífice, en
su paso por el estado de México, Jorge Mario Bergoglio, de quien se dice
"ara y siembra con la paciencia del jesuita", se encontrará con que en
la entidad mexiquense es donde "habita" el mayor número de pobres en
este país, superando la cifra de ocho millones 260 mil personas viviendo en
condiciones de miseria, lo que me hace recordar una expresión de Fidel Castro
(el líder cubano ya visitado por Francisco), cuando en su paso por México,
previo a su gesta revolucionaria, se preguntaba por "el extraño mundo
social de México" donde había demasiada resignación... después de haber
hecho una revolución de más de diez años, veía demasiados pobres en las calles.
"La más radical de las revoluciones en el continente", no coincidía
con los niños de la calle.
Ahora diríamos que ni tampoco con los feminicidios, la trata
de personas, la violencia del narcotráfico, los levantones, desapariciones,
asesinatos de periodistas y estudiantes, violencia contra migrantes, violación
a los derechos humanos, y la más grave crisis de corrupción, sobornos e
impunidad de funcionarios públicos y políticos de que se tenga memoria y que a
este país le cuesta más de 347 mil millones de pesos.
Pero en su calidad de Jefe del Estado Vaticano y pastor de
la Iglesia Católica, Francisco sabe perfectamente de los males que sufre
México, el de la globalización y de las megalópolis, como el caso mexicano y el
de su natal argentina, el del capitalismo rapaz y salvaje que golpeó al propio
Estado Vaticano, evidenciado en el manejo de su Banca y sus finanzas y exhibido
a través del caso Vatileaks.
Francisco sabe el terreno que viene a pisar. El de un México
en su gran mayoría católico, pero que ha visto disminuida su feligresía por su
pérdida de fe y esperanza, en buena medida por culpas de su propia Iglesia.
Pero en su opción por los pobres Francisco se decidió por "ser pastor con
olor a oveja", "pues la Iglesia no está para controlar a la gente,
sino para acompañarla allí donde está", y por ello se explica también su
rechazo a los lujos, palacios, autos y guaruras, y la elección de su nombre en
honor y memoria a San Francisco de Asís. Francisco que es el hombre de la paz y
significa cruz, alegría, pobreza.
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