* Para ofrecer al paciente enfermo un tratamiento específico
a su estado el Laboratorio de Farmacología del Miocardio de la Facultad efectúa
una investigación de gran impacto
Estudio de la función cardiaca por medio de cateterismo cardiaco; la responsable de la investigación, doctora Luisa Martínez Aguilar, considera que las enfermedades cardiovasculares van a provocar aproximadamente 25 millones de muertes a nivel mundial en 2020. Fotos FES Cuautitlán.
Redacción | sábado 28 de mayo de 2016
A lo largo de la historia de la humanidad, el desarrollo de
la ciencia ha comprobado que una de sus más importantes funciones es la
preservación de la naturaleza y del hombre mismo, misión en la que se
concentran dos ejes fundamentales: las acciones que contrarrestan el impacto de
distinta índole y las investigaciones con las que se construye la base del
conocimiento.
Con el objeto de conocer del origen de cuatro de las
enfermedades cardiovasculares a fin de acercar a la medicina humana, y por ende
al paciente enfermo, un tratamiento funcional y adecuado a su estado, el
Laboratorio de Farmacología del Miocardio de la FES Cuautitlán, del que es
responsable la doctora Luisa Martínez Aguilar, lleva a cabo una investigación
de gran impacto.
En contexto, la doctora Martínez comentó que varios estudios
epidemiológicos han estimado que para el 2020 las enfermedades cardiovasculares
van a provocar aproximadamente 25 millones de muertes a nivel mundial, cifra
que se ve extendida en el 2030 y por la cual la Organización Mundial de la
Salud (OMS) busca difundir información.
Sistema aislado Langhendorf para la obten- ción de células aisladas del corazón. |
Debido a ello, la preocupación de estos investigadores los
ha llevado a conocer más acerca del origen de estas enfermedades, investigación
que comenzó en la década de los 90, cuando la doctora Martínez participó en un
proyecto sobre el desarrollo de fármacos que comprobó que siete compuestos
tenían efectos benéficos en hipertensión arterial, infarto miocárdico,
insuficiencia cardiaca y arritmias cardiacas. A partir de ese momento, el
estudio de estos padecimientos se volvió la razón de sus estudios.
Sistema
Renina-Angiotensina en las enfermedades cardiovasculares
El fundamento del trabajo tiene dos ejes principales: el
estudio molecular y celular de varios compuestos que han sido desarrollados en
la Facultad y el estudio del sistema Renina-Angiotensina que genera las cuatro
enfermedades mencionadas y que, por tanto, está presente en cada una de ellas,
aunque con ciertas particularidades diferenciales.
La relevancia del trabajo, asegura la doctora Martínez,
consiste en su innovación y finalidad, es decir, ser una solución viable contra
las cuatro enfermedades cardiovasculares, ya que actualmente no existe en el
mercado algún compuesto eficiente para su tratamiento (comenzando con la
hipertensión arterial) ni tampoco un conocimiento acertado sobre el origen que
las propician o su evolución en el tiempo.
“De hecho, en México aún no existen fármacos antiarrítmicos
que mejoren el ritmo cardiaco en insuficiencia e infarto, de hecho, hay
mortalidad postinfarto porque no se le ha dado al blanco a un antiarrítmico que
sea efectivo sobre esas arritmias que se generan por la necrosis o muerte
celular de una parte del corazón”, destaca la doctora Martínez.
Esta etapa de la enfermedad es punto de partida en el
desarrollo de los consecuentes padecimientos cardiovasculares, los cuales
evolucionan gradualmente hasta producir un infarto e insuficiencia cardiaca,
proceso en el que las arritmias permanecen como un problema constante. “¿Por
qué menciono la hipertensión arterial?, porque genera el infarto miocárdico y,
si sobrevive el paciente, insuficiencia cardiaca”.
El estudio de los
biomarcadores
Es en este punto donde el sistema Renina-Angiotensina
adquiere sentido en el estudio de esas enfermedades, puesto que está presente
en cada una de esas fases de evolución y del que particularmente se encargan
los investigadores liderados por la doctora Martínez: la doctora Jazmín Flores
Monroy, el maestro en ciencias Diego Lezama Martínez y el licenciado en
Farmacia Raúl Sampieri Cabrera, todos egresados de la FES Cuautitlán.
Sistema para estudiar los tejidos aislados.
La singularidad del sistema es su conformación molecular,
integrado por varios péptidos que, por sus características y por estar en
contacto con otras vías, logran proteger al corazón, punto de partida de la
investigación: determinar cuáles son los marcadores de daño y cuáles de
protección. Uno de los péptidos es la Angiotensina (1-7), que ha demostrado
tener efectos vasodilatadores y no permite el crecimiento del corazón. Para
ello se realiza investigación experimental, objetivada en el uso de especies
animales como principal fuente de investigación e identificación del sistema
Renina-Angiotensina, así como de los biomarcadores que lo conforman.
Determinar, pues, la función de los péptidos de este sistema
permitirá definir cómo un marcador en particular evoluciona en cada una de las
cuatro enfermedades cardiacas estudiadas: “Si terminamos por descubrir qué
marcador es el de daño fuerte como el de prevención, entonces le daríamos
importancia a buscar fármacos que promuevan esos marcadores de protección para
evitar la hipertensión o controlarla”, asegura la doctora Martínez.
Sin embargo, la importancia va más allá de ser una fuente
efectiva de tratamiento médico que pudiera complementar o sustituir los
actuales medicamentos en el mercado; busca ser una fuente de información de
diagnóstico para el paciente, adecuada a su etapa de padecimiento, además de
que a partir del conocimiento de los marcadores de daño o protección será
posible conocer las causas que propician las enfermedades cardiovasculares.
Mecanismo para medir la presión arterial de las ratas empleadas en la investigación.
El fin de la
investigación: mapa de interacciones
Actualmente, la industria farmacéutica ya no sólo exige que
las investigaciones conduzcan a la invención de medicamentos, busca brindar una
explicación que dé información acerca del origen de las enfermedades, por
tanto, de las combinaciones de fármacos, viabilidad y optimación en el
paciente. Precisamente por ello, y tras aproximadamente año y medio de trabajo,
el equipo a cargo de la doctora Martínez ha comprobado que uno de los
marcadores de daño está relacionado con la interacción de receptores AT1, esto
es, la acción de la angiotensina II en la interacción de un receptor como el
AT1 que resulta perjudicial en las cuatro enfermedades cardiovasculares
estudiadas.
En contraste, en la acción de bloquear dicho receptor, la
expresión del receptor AT2 presenta efectos de protección, entre los que
destacan el no crecimiento de corazón ni producción de arritmias, generando
además que otras vías metabólicas produzcan otros productos protectores que
potencian ese efecto benéfico en el corazón.
En este sentido, el objetivo es dar seguimiento a los
péptidos del sistema Renina-Angiotensina para saber qué hace que un péptido sea
dañino o protector. La finalidad es clara y está basada en la recomendación de
la industria, brindar al paciente un tratamiento óptimo, para lo cual se busca
la creación de un kit de diagnóstico que determine la evolución de las
enfermedades cardiovasculares o el control de las mismas.
Hoy, este equipo de trabajo continúa con las
investigaciones, las cuales tienen como fundamento el estudio de los mecanismos
moleculares para saber más de las enfermedades cardiovasculares; patogénesis,
control y evolución, para asegurar que no habrá evolución hacia otro de los
padecimientos. “La ciencia es nutrir el conocimiento y nuestra investigación
para conocer cómo son las enfermedades y llegar al punto de controlarlas”,
afirma la doctora Martínez al respecto de la investigación.
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