Desarrollaron prototipo de programa que capta, clasifica y evalúa los ladridos de perros domésticos para determinar si estos son provocados por una situación de riesgo, como la presencia de intrusos en robos a casa habitación”
Por Claudia Karina Gómez Cancino | jueves 9 de junio de 2016
Tepic, Nayarit., (Agencia Informativa Conacyt).- Especialistas
de la Unidad de Transferencia Tecnológica Tepic, del Centro de
Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE UT3),
desarrollaron el prototipo de un programa informático —software— que
capta, clasifica y evalúa los ladridos de perros domésticos para determinar si
estos son provocados por una situación de riesgo, como la presencia de intrusos
en robos a casa habitación.
Fotos Conacyt
El doctor en ciencias computacionales Humberto Pérez
Espinosa explicó que el software, denominado Clasificación
y reconocimiento de ladridos, se desarrolló en conjunto con la empresa de
publicidad e innovación Efecto Mescalina, S.A.P.I. de C.V. de Morelia,
Michoacán.
“El objetivo desde nuestra competencia fue clasificar
diferentes tipos de ladrido respecto al contexto en que fueron generados, por
ejemplo, si se generó por la presencia de un extraño u otro perro, o porque se
lastimó el perro, o algún otro estímulo; la empresa pretende que esto se
enfoque en temas de seguridad, por ejemplo, que se reconozcan ladridos si hay
extraños fuera de casa o que cruzan la barda”, expuso.
Pérez Espinosa indicó que el trabajo en la unidad de
transferencia inició con el análisis de la señal generada por los ladridos,
luego a esta se le caracterizó a partir de un procesamiento digital de señales.
“Se buscaron patrones para generar modelos de identificación
de actividades y emociones, para que cuando se reciba un ladrido el software pueda
determinar en qué contexto fue generado, si es una causa normal o común, o si
hay alerta”, planteó.
Razas pequeñas,
grandes guardianes
Para obtener los patrones se grabaron los ladridos de 35
perros de razas más comunes en los hogares mexicanos, entre los que encontraron
Schnauzer, French Poodle y Chihuahua, así como otros 15 de otras razas.
“Se grabaron los perros y decidimos generar una base de
datos, trabajando con esquemas de aprendizaje supervisado, basados en tener
ejemplos de los ladridos y poder entrenar los modelos computacionales para que
aprendan de estos ejemplos”, explicó.
Dijo que para inducir a los perros a que ladraran, junto con
estudiantes de veterinaria de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) se
desarrolló un protocolo para diseñar estímulos; en un primer momento se buscó
generar emociones como alegría, hambre o sed, pero por dificultades para lograr
espontaneidad en ello acotaron el proyecto a cuestiones de seguridad, donde no
intervienen cuestiones fisiológicas.
“Lo que hicimos entonces fue un modelo emocional que se
parecía al de las personas, donde existen primitivas emocionales: el eje
vertical representa valencias y el horizontal, la activación; con estas dos
primitivas se puede determinar el tipo de emoción que ocurre. Por ejemplo,
si la activación se eleva hacia arriba y la actitud es positiva, puede ser un
estado de alegría; si tiene altos niveles de actividad y actitud negativa,
entonces revela alertas”, ejemplificó.
Ladridos, salud y
bienestar
El investigador del CICESE UT3 dijo que se
completó al 100 por ciento el objetivo para el que se desarrolló el proyecto,
que fue crear este sistema de identificación y modelaje de ruidos domésticos,
así como los diferentes niveles de alarma que pueda generar; sin embargo, la
plataforma podría servir para otro tipo de situaciones de riesgo, como asuntos
de salud del perro o de sus dueños.
“El software ya está completo en una
versión beta, falta robustecerlo con más ladridos y modelos de reconocimiento,
pero ya es funcional; la segunda etapa es hacerlo flexible hacia diversas
aplicaciones, no solo de seguridad, sino que se pueda conectar a una API
(interfaz de programación de aplicaciones) para generar datos sobre la salud o
bienestar del perro o su dueño, u otras cuestiones, pero eso quedará abierto
para que se basen en nuestra plataforma”.
Para lograr estas otras posibilidades, el especialista
indicó que sería necesario entrenar al perro para que ladrara de manera
diferente entre los eventos ocurridos, para poder generar otro tipo de
patrones.
Mientras tanto, indicó que la empresa Mescalina también
buscó alianzas con el Instituto Tecnológico de Morelia para desarrollar un
dispositivo que emplee este software.
“Están desarrollando un dispositivo adjunto a un chaleco de
collar que se encargue de cargar los datos ofrecidos por el ladrido y subirlos
después a nuestra plataforma, para luego generar la información deseada”,
detalló.
Humberto Pérez Espinosa
Esta obra cuyo autor es Agencia Informativa Conacyt está
bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative
Commons.
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