Lunes 10 de octubre de 2016
A colegas de algunas zonas de México les inquietan dos temas permanentemente. El primero, por supuesto, es sobre cómo mejorar sus ingresos profesionales sin demeritar el periodismo serio; el segundo, va ligado, y es la búsqueda de normas que permitan respetar la mínima ética profesional sin que eso choque con empleos bien remunerados o la construcción de un modelo de negocios digno.
En las consultas que inmerecidamente dirigen a este reportero aparece recurrente el mismo dilema: participar realmente en el mercado de la información (como empleado de grandes empresas y/o ser pequeño empresario) o defender un código ético entre penurias económicas. En mi modesta opinión ambas prácticas no deben ser contrapuestas.
Pero una respuesta mejor explicada, como siempre, se encontrará en quienes tienen más experiencia, conocimientos y prestigio. Recomiendo seguir a tres periodistas reporteros: Gerardo Albarrán de Alba, Raymundo Riva Palacio y Tomás Eloy Martínez. Los tres han sido esencialmente practicos. De éste último transcribo un modelo sintético para ejercer en cualquier medio, escrito hace 16 años, que parece tener una vigencia extraordinaria frente a la estática ensordecedora que provoca el exceso de información sin confirmar o propagandística de la era digital.
Gerardo
Para las y los colegas que quieran obtener ensayos, referencias de libros, artículos sobre la profesión del periodista y su entorno, una de las mejores herramientas en México es el muro Sala de Prensa en Facebook que nos regala y alimenta continuamente el mexicano Gerardo Albarrán de Alba.
En el fichero que tenemos de Gerardo aparecen algunas referencias de sus tamaños. Ha sido jefe de redacción de El Financiero; subdirector de Informex, muchos lo conocimos como reportero investigador de Proceso, luego como profesor y organizador de los diplomados en la UIA de periodismo de investigación y de la Cátedra UNESCO sobre deontología informativa; ha sido expositor, profesor invitado y conferencista en posgrados, diplomados y congresos en 18 países. Es coautor de una larga lista de libros. Es candidato a Doctor en Derecho de la Información con el eje Deontología del periodismo. Diseñó y ocupó la función del Ombudsman de la información en el sistema MVS de 2001 a 2013.
Pero sobre todo, Gerardo es un reportero efectivo, de trato cordial y firme. En sus mensajes de redes sociales y en persona se confirmará que tiene y comparte una visión bien práctica -no teorizante- del ejercicio del periodismo. Para todo periodista preocupado por mejorar su ejercicio es casi una obligación leerlo en su Sala de Prensa en facebook y twitter.
Raymundo
Otro periodista mexicano igualmente práctico (no academicista) es Raymundo Riva Palacio. Una de las fichas, que sus admiradores circulan en la web, anota que estudió en la Escuela de Periodismo Carlos Septién y luego realizó estudios de posgrado en la Escuela de Trabajo de la Universidad de Harvard como becario de la Fundación Nieman. Como reportero fue corresponsal en Washington, Madrid, París, Buenos Aires y Centroamérica. Ha cubierto acontecimientos en más de 85 países. Tiene cuatro premios nacionales de periodismo y tres de la Society for News Design.
Su pragmatismo lo condujo a ser innovador y diseñador de medios periodísticos: en Excélsior fundó la sección Ideas, fue subdirector de Investigación de Reforma y de El Financiero; cofundó y dirigió Milenio Diario, El Independiente, la edición en inglés de El Financiero. Dirigió El Universal, El Gráfico y Notimex. Dirige Eje Central (digital e impreso). Otra responsabilidad actual es reorientar periodísticamente al corporativo de medios CapitalMedia como Director de Contenidos.
Raymundo acrecentó la esencia de reportero. Su columna Estrictamente personal, es una de las dos o tres más leídas, entre centenares que aparecen diariamente, porque es también de las muy pocas que resulta de reportear diariamente en la calle (no en internet ni con el trabajo de otros). Sus siete libros publicados son producto de investigaciones de campo. Por todo eso, su Manual para un nuevo periodismo (Porrúa, 2013) es lectura obligada para todos los colegas que quieran tener una visión práctica de que no hay dicotomia entre negocio y ética en el ejercicio del periodismo.
Tomas Eloy
Del argentino Tomás Eloy Martínez es díficil que algun periodista serio no le haya leído algo. Escritor de carrera, guionista, crítico de cine, reportero, corresponsal, jefe de redacción, director de ediciones, suplementos culturales, fundador de diarios entre otros Siglo 21 de Guadalajara, México; consejero de la Fundación Nuevo Periodismo Ibero- americano (FNPI), creada por Gabriel García Márquez y mucho más. Él nos heredó un texto, (La Nación, Buenos Aires, 10 de septiembre del 2005) no academicista, sino profundamente práctico, que todo reportero debe tener a la vista diariamente:
Decálogo del periodista
1. El único patrimonio del periodista es su buen nombre. Cada vez que se Firma un artículo insuficiente o infiel a la propia conciencia, se pierde parte de ese patrimonio, o todo.
2. Hay que defender ante los editores el tiempo que cada quien necesita para escribir un buen texto y el espacio que necesita dentro de la publicación.
3. Una foto que sirve solo como ilustración y no añade información alguna, no pertenece al periodismo. Las fotos no son un complemento, sino noticias en sí mismas.
4. Hay que trabajar en equipo. Una redacción es un laboratorio en que todos deben compartir sus hallazgos y fracasos.
5. No hay que escribir una sola palabra de la que no se esté seguro, ni dar una sola información de la que no se tenga certeza plena.
6. Hay que trabajar con los archivos siempre a la mano, verificando cada dato y estableciendo con claridad el sentido de cada palabra que se escribe.
7. Hay que evitar el riesgo de servir como vehículo a los intereses de grupos públicos o privados. Un periodista que publica todos los boletines de prensa que le dan, sin verificarlos, debería cambiar de profesión y dedicarse a ser mensajero.
8. Hay que usar siempre un lenguaje claro, conciso y transparente. Por lo general, lo que se dice en diez palabras siempre se puede decir en nueve o siete.
9. Encontrar el eje o cabeza de una noticia no es tarea fácil. Tampoco lo es narrar una noticia. Nunca hay que ponerse a narrar si no se está seguro de que se puede hacer con claridad, eficacia y pensando en el interés del lector más que en el lucimiento propio.
10. Recordar siempre que el periodismo es, ante todo, un acto de servicio. Es ponerse en el lugar del otro, comprender lo otro. Y, a veces, ser otro.
Las trayectorias y escritos de esos tres destacados nos confirman que en 2016 demasiadas personas de la academia, de la política de la cybernavegación, se dicen periodistas pero que reporteros somos pocos. Y seremos mejor si atendemos al menos esas pautas mínimas de Tomás Eloy.
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(*) Reportero desde 1977. Especializado en investigación en Excélsior, El Universal, Milenio y otros. Dos veces Premio Nacional por el Club de Periodistas. Autor de los libros Zócalo Rojo, Zorrilla y Sólo para periodistas. Profesor invitado en varias universidades. En 2013 y 2015 el Colegio de Sinaloa le concedió la Cátedra de Periodismo y Comunicación “Pablo de Villavicencio”. Miembro fundador del Consejo Consultivo del Mecanismo de Protección a Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas de la Segob (2010-2014). Director fundador de Casa de los Derechos de Periodistas, A.C. Consultor en temas de protección, leyes y políticas públicas sobre el periodismo en la asociación periodistastrespuntocero. Consejero editorial de la revista Zócalo y del Sistema Informativo Vía Libre. Su columna para periodistas, Miradas de Reportero, se publica en medios impresos y digitales de 14 entidades del país. Es autodidacta. Email: rogeliohl111@gmail.com
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