En la gráfica, el autor de este artículo apoyando la lucha
de San Antonio Zaragoza, Valle del Mezquital, Hidalgo.
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Lunes 16 de enero de 2017
Fracasó la estrategia del miedo. La represión asesina, las
cortinas de humo mediáticas y los provocadores violentos no lograron apagar el
fuego de la indignación ciudadana. Al contrario, hicieron crecer aún más la
llama de la protesta y la esperanza.
Desde la entrada en vigor del gasolinazo el
1º de enero, ha habido movilizaciones todos los días a lo largo y ancho de la
República Mexicana. Algunas han sido pequeñas e intensas, otras medianas pero
con gran arraigo popular, y otras enormes, llenando hasta el tope las plazas
públicas correspondientes. Desde Tapachula hasta Tijuana, desde Ixmiquilpan
hasta Mexicali, desde Acapulco hasta Camargo, y desde Guadalajara hasta la
Ciudad de México, el pueblo mexicano se ha levantado.
Todos los sectores de la población han participado,
incluyendo estudiantes, campesinos, maestros, carpinteros, médicos,
oficinistas, transportistas y empresarios. El colapso en el valor del peso, el
saqueo de los recursos naturales y el aumento generalizado en los precios nos
afectan de manera directa a todos. El pueblo mexicano clama con una sola voz la
exigencia común de paz, justicia, democracia y bienestar. Nos encontramos en
medio de una auténtica coyuntura de ruptura del régimen imperante.
Enrique Peña Nieto se ha quedado solo y da la impresión de
haber tirado la toalla. ¿El Presidente en funciones ya habrá echado a andar los
preparativos para su escape anticipado del país? Siguiendo el ejemplo tanto de
su amigo y cómplice Javier Duarte como de su maestro Raúl Salinas de Gortari,
es muy probable que Peña Nieto ya haya mandado a imprimir pasaportes falsos
para él y su familia para burlar los controles fronterizos. Seguramente también
ya iniciaron las transferencias de las riquezas mal habidas de la familia real
a cuentas blindadas en Miami, Panamá, las Islas Caimán o algún otro paraíso
fiscal.
Quien hoy gobierna a México no es Peña Nieto, sino
la dupla de Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong. Videgaray opera en los
bajos mundos del sector financiero internacional para, junto con su amigo
Donald Trump, facilitar el saqueo nacional y la destrucción de la economía
mexicana. Mientras, Osorio Chong comanda las fuerzas represivas del Estado para
evitar que las protestas ciudadanas pacíficas crezcan y se coordinen. El
secretario de Gobernación siembra provocadores, ataca la población con su
Policía Federal y opera en el Congreso de la Unión para establecer una
suspensión permanente de nuestros derechos humanos en todo el país.
Ya tenemos varios mártires. En el municipio de Ixmiquilpan,
Hidalgo, por ejemplo, los policías federales se desquitaron con los indígenas
del Valle de Mezquital disparando de manera indiscriminada entre una multitud
de manifestantes pacíficos. Perdieron la vida los jóvenes Alan Gutiérrez, de 26
años, y Fredy Cruz, de 22 , y fueron heridas 20 personas más. Tanto Alan como
Fredy eran los hermanos mayores y sostenes económicos de sus familias
respectivas. Alan era empleado de una tienda de abarrotes y Fredy laboraba como
agente de seguridad privada en un supermercado.
En Ixmiquilpan las protestas se iniciaron desde el 2 de
enero. Ese día miles de personas bajaron a la carretera federal para protestar
en contra del gasolinazo y la carestía. Simultáneamente se
colocaron más de una docena de otros bloqueos a lo largo de todo el Valle del
Mezquital.
Pero el 5 de enero, el ex gobernador de Hidalgo Osorio Chong
mandó cientos de policías federales a desalojar violentamente la carretera. Los
pobladores no cedieron y los policías emprendieron la huida, derrotados por la
dignidad rebelde y pacífica del pueblo. Sin embargo, en plena retirada varias
patrullas se detuvieron y como acción de desquite dispararon cobardemente
contra el pueblo inerme (video aquí: http://ow.ly/vUSD3081u93).
La zona del Mezquital es mayoritariamente indígena (otomí de
lengua hñähñú), de alta marginación y con una gran trayectoria de lucha social.
Durante la Independencia, la Intervención Francesa y la Revolución Mexicana se
colocó siempre a la vanguardia de las luchas sociales por la soberanía y la
justicia. Ahí, en el municipio de Francisco I. Madero, se fundó en 1926 la
siempre combativa Escuela Normal Rural Luis Villareal o El Mexe. Y el 18 de
marzo de 1939, el general Lázaro Cárdenas eligió la ciudad de Ixmiquilpan para
celebrar el primer aniversario de la expropiación petrolera.
Hoy no es ninguna excepción. En respuesta a la agresión
gubernamental, las comunidades mantienen sus bloqueos hoy más firmes que nunca.
Ahora no solamente exigen el fin al gasolinazo, sino también
justicia para sus héroes caídos, así como la renuncia de Peña Nieto y la
revocación de las 11 reformas estructurales. Comparto, por ejemplo, un mensaje
que envía la comunidad de San Antonio Zaragoza a todo el pueblo mexicano,
llamando a un levantamiento pacífico nacional, que un servidor tuvo la
oportunidad de grabar en una visita de solidaridad durante el fin de semana (http://ow.ly/1g5r3081tff).
Un gobierno que responde con balas, provocaciones y cárcel a
los justos reclamos pacíficos de su pueblo es un gobierno acorralado que ha
perdido toda legitimidad y teme a su propia gente. La lucha será larga y no
será fácil pero ya tomamos el primer paso: perderle el miedo a los saqueadores
y los asesinos en el poder. El siguiente paso es conquistar al poder
gubernamental para poder juntos, autoridades, movimientos y ciudadanos,
reconstruir la Nación.
Twitter: @JohnMAckerman
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