* “Que el presidente de la República descarte a la ligera
una denuncia de esta gravedad, pone en entredicho la posibilidad de que se
conduzca una investigación seria, objetiva, transparente y efectiva; de nada
sirve que se instruya a que se realice una indagatoria si el Presidente anuncia
con antelación su posterior y fallido resultado”
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Boletín Red TDT / Redacción | viernes 23 de junio de 2017
Comunicado publicado ayer por la Red Todos los Derechos para
Todas y Todos (Red TDT), y aparecido hoy en su boletín informativo de fin de
semana, el cual se reproduce a continuación.
#GobiernoEspía | Con
sus declaraciones, EPN condena al fracaso la investigación por #GobiernoEspía y
amenaza a quienes han denunciado
Ciudad de México, 22 de junio de 2017.- El día de hoy, el presidente
de la República, Enrique Peña Nieto, se refirió por primera vez públicamente a
las denuncias sobre el uso ilegal de tecnología para intervenir ilegalmente
telecomunicaciones de personas vinculadas al trabajo periodístico, a investigar
y denunciar la corrupción, y a la defensa de los derechos humanos. Las
expresiones del primer mandatario ocurrieron en Lagos de Moreno, Jalisco, en el
marco de la inauguración de un parque industrial.
En su discurso, el presidente Peña Nieto rechazó la
vulneración de la privacidad de todas las personas y ordenó una investigación.
Asimismo, aceptó que el Estado mexicano efectivamente cuenta con la tecnología
de espionaje en cuestión. Al mismo tiempo, sin embargo, el primer mandatario
realizó diversas expresiones impropias de su investidura y en extremo
preocupantes.
En primer lugar, sin esperar a que la investigación siquiera
iniciara, el Presidente condenó al fracaso la indagatoria al afirmar que “[…]
Resulta muy fácil señalar y apuntar; resulta muy fácil convocar para que se
señale al gobierno como alguien que espía, como una entidad que espía. Nada más
falso que eso”, insistiendo en que las denuncias son “falsos señalamientos”. Es
decir, el titular del Ejecutivo calificó, sin que mediara una indagatoria, como
falsas las denuncias y exoneró de antemano a su gobierno de cualquier
responsabilidad.
Dado que la investigación aún no ha comenzado, el mandatario
carece de elementos técnicos y jurídicos para afirmar que las denuncias son
falsas y, por el contrario, los informes científicos realizados hasta ahora
apuntan en otra dirección. Que el presidente de la República descarte a la
ligera una denuncia de esta gravedad, pone en entredicho la posibilidad de que
se conduzca una investigación seria, objetiva, transparente y efectiva; de nada
sirve que se instruya a que se realice una indagatoria si el Presidente anuncia
con antelación su posterior y fallido resultado.
En segundo lugar, el presidente de la República normaliza la
gravedad de las denuncias y minimiza las consecuencias en la vida de las
personas que han denunciado las intervenciones, al señalar que “Ninguna de las
personas que se sienta agraviada puede afirmar o mostrar o evidenciar siquiera
que su vida se haya visto afectada por esas supuestas intervenciones y por ese
supuesto espionaje”. De nuevo, estas afirmaciones son irresponsables y carecen
de sustento. Como se ha documentado y denunciado, los intentos de espionaje
registrados afectan en la vida personal e íntima de las personas espiadas,
generando incertidumbre y zozobra. La vigilancia impacta en el ejercicio de
libertades y es un mecanismo efectivo para el control de la información.
En tercer lugar, el primer mandatario realizó una afirmación
en extremo grave, al aceptar que él mismo podría ser objeto de espionaje, al
señalar que “Yo mismo como presidente de la República, a veces recibo mensajes
cuya fuente u origen desconozco. Pero procuro en todo caso ser cuidadoso en lo
que digo telefónicamente. No faltará que alguien, o alguna vez, exhiban una
conversación mía”. Para provenir de un Jefe de Estado, una aceptación así de
pasiva de las intervenciones ilegales es alarmante. La seguridad de las
comunicaciones del Presidente interesan a la estabilidad del Estado, por lo que
la ligereza con que el Titular Ejecutivo acepta su vulnerabilidad, confirma que
en México la vigilancia está fuera de control y debería motivar una profunda
investigación.
En cuarto lugar, el Presidente profirió una muy preocupante
amenaza a las personas denunciantes al decir al final de su discurso: “Espero
que la PGR con celeridad pueda deslindar responsabilidades, y espero al amparo
de la ley pueda aplicarse contra aquellos que han levantado estos falsos
señalamientos”. Con estas expresiones, Enrique Peña Nieto no se comprometió a
aplicar todo el peso de la ley a los responsables de las intervenciones
ilegales, sino que envió un mensaje amenazante para quienes documentaron
técnicamente la existencia de esta ilegal vigilancia, para quienes la
reportaron desde sus medios de comunicación, para quienes siendo objetivos
alzamos la voz y denunciamos. Esta posición presidencial es en extremo
preocupante y denota una deriva autoritaria que a todos debe alarmar. Cuando el
Presidente de un país pide que se aplique todo el rigor de la ley a quienes
acuden a las instituciones para denunciar los delitos que resienten, se vulnera
la esencia misma de la democracia, que son los contrapesos y la rendición de
cuentas. Esta amenaza, impropia de un jefe de Estado, despierta la más alta preocupación
y ya se ha puesto en el conocimiento de las principales instancias de derechos
humanos a nivel global.
En suma, al condenar al fracaso las investigaciones, al
normalizar el impacto de los intentos de espionaje en la vida de las personas,
al restar importancia a las intervenciones y, sobre todo, al proferir una
preocupante amenaza a las y los denunciantes, el presidente Peña Nieto ha
mostrado que no será capaz de investigarse a sí mismo.
En vía de consecuencia, reiteramos que la única forma de asegurar
una investigación profunda y real es mediante la conformación de un panel
independiente de expertos que en todo caso hagan escrutinio de la acción o
inacción de la PGR en la “investigación” del espionaje. En el mismo sentido
demandamos –dado que el Presidente afirmó que su gobierno cuenta con la
tecnología de espionaje-, que se transparenten y publiciten los contratos
firmados con empresas de espionaje.
Estos dos elementos serán los indicadores para considerar
que existen posibilidades mínimas para una investigación en contexto de
democracia. Mientras tanto, lo único que tenemos al día de hoy son amenazas a
quienes denunciamos públicamente el espionaje y ausencia total de condiciones
para una verdadera investigación.
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