Tomado del libro El Patrimonio Sitiado.- El punto de vista de los trabajadores. Trabajadores académicos del INAH. Delegación DII-IA-I. Sección X, SNTE. José Antonio Contreras Ramírez, María Trinidad Durán Ramírez, Asunción García Samper y Francisco Rivas Castro.
La población en defensa del patrimonio: el caso de Santa María Chiconauhtlan
Durante los últimos años, ante la incorrecta aplicación de las leyes y reglamentos vigentes y una política institucional de conservación orientada a satisfacer requerimientos y necesidades políticas más que sociales, la Delegación Sindical de Académicos del INAH, a través de la Comisión Interdisciplinaria para la defensa del Patrimonio Cultural, se apegó a su programa político asumido por el Comité Ejecutivo, nos hemos dado a la tarea de participar tanto en acciones tendientes a la defensa del patrimonio cultural como a la organización de la sociedad a través de las juntas de vecinos, asociaciones civiles y campesinas, con el objetivo de que éstas defiendan su patrimonio.
Lo anterior ha sido determinado porque las demandas de las organizaciones han sido desatendidas o los dictámenes o puntos de vista de los responsables de las unidades administrativas del Instituto fueron opuestos a las demandas de protección de monumentos planteadas por las agrupaciones. En su mayoría de los casos se demostró que las instancias administrativas se vieron rebasadas y gran parte de ellos tuvieron que modificar su postura inicial.
En estos tiempos enfrentamos grandes problemas nacionales en lo social, en lo económico y en lo político. En este contexto, la defensa y protección del patrimonio cultural, tema que nos ocupa, tiene que ver con la falta de financiamiento, la ausencia de políticas culturales que tiendan a resolver en forma efectiva los reclamos de la sociedad y el fortalecimiento de una política de difusión y divulgación sobre el patrimonio cultural, tratando de que cada vez sea menos oficialista.
Debido a un desmesurado crecimiento de los centros urbanos y como consecuencia de la dotación de servicios públicos, se han alterado contextos históricos de valor cultural. El saqueo, robo y comercialización de nuestros vestigios arqueológicos, el uso de nuestro patrimonio es privilegio de unos cuantos; la legislación existente sobre el tema no se cumple cabalmente, el entorno natural se destruye, se trastocan los valores de las comunidades indígenas, se promueve el desalojo y marginación delos habitantes tradicionales de los centros históricos, no se atiende la conservación.
Frente a esta situación los trabajadores del INAH hemos entablado la lucha por la defensa del patrimonio cultural de México. En esta labor hemos trabajado conjuntamente con instituciones, organizaciones e individuos; participamos en el proceso de revisión y reformas de la Ley Orgánica del INAH (13 enero de 1986) y también cuando se intenta modificar la Ley Federal sobre Zonas y Monumentos arqueológicos, Artísticos e Históricos (junio de 1991).
En el primer caso, planteando alternativas que permitieran la participación de los diversos sectores de la población en la defensa de su patrimonio cultural, tangible e intangible; y para el segundo, logrando que el Estado siga teniendo la rectoría en la aplicación de la normatividad técnica y jurídica sobre el patrimonio arqueológico e histórico; así mismo, hemos colaborado con organizaciones y asociaciones de pueblos, colonias y barrios para defender el patrimonio cultural que consideran suyo; y también para defender el derecho de la sociedad civil para opinar ante las instituciones competentes sobre el uso y preservación del patrimonio cultural.
En este sentido, la protección es la defensa de nuestras tradiciones, usos, costumbres, forma de vid, lenguaje, que es imposible rescatar mediante investigaciones etnográficas urbanas y rurales, o bien a través de nuestras evidencias materiales, ofrendas y vestigios, zonas arqueológicas o restos de ellas, convento, parroquias, templos y capillas, las celebraciones religiosas que ahí se realizan, la utilización de callejones y calles para actividades comunes.
Así mismo defendemos, en las diversas regiones del país, el derecho a conservar no sólo el monumento, sino también de usarlo, gozarlo y disfrutarlo. Se pretende convertir a los lugares con vestigios arqueológicos en fraccionamiento o centros para el turismo internacional (como a Santa María Chiconauhtlan, la Turba, Tajín, Teotihuacan, etcétera); se ha cambiado el uso habitacional del conjunto de casas históricas de los centros de las ciudades por el de oficinas y hoteles (edificios de Iturbide, el Colegio de Niñas, la casa de los Condes de Valparaíso, etcétera).
Como ejemplo de lo antes planteado tenemos el caso específico de Santa María Chiconauhtlan, Estado de México, donde las autoridades del INAH, a través del subdirector de Salvamento Arqueológico, autorizan la liberación del terreno para la construcción de un fraccionamiento sobre la zona de monumentos arqueológicos declarada, y una vez más se observa que esta decisión es determinada, más que por criterios estrictamente académicos, por intereses políticos y económicos, probablemente contraídos.
Planteamiento
El poblado de Santa María Chiconauhtlan se localiza en el municipio de Ecatepec al noroeste del Estado de México.
En la década de los años 30 George Vaillante(1935) realiza exploraciones arqueológicas en el llamado "terreno de los Ídolos o Casa Reales", localizado en las estribaciones suroeste del cerro Chiconauhtlan y en la parte posterior de la iglesia de Santa María, colindando al norte con la avenida Veracruz, al sur y este con la avenida Las Flores y al oeste con la calle Dolores, donde se encontró con tres épocas constructivas de un palacio del posclásico, como el representado en el códice Quinatzint; además, reconstruye la columna estratigráfica-temporal del postclásico, que ha fundamentado cronológicamente los hallazgos de cerámicas Mazapa (1000-1200 d.c) y Azteca I,II,III y IV (1200-1519 d.c.) en la Cuenca de México.
En la década de los años 60 Sanders (1967) realiza exploraciones arqueológicas en un asentamiento habitacional ubicado en Venta de Carpio, al suroeste de Santa María Chiconauhtlan, detectando dos etapas constructivas, una correspondiente al preclásico tardío (600-150dc), lo que le permitió planear que tal asentamiento se constituyó como un centro de control comercial de paso obligado al puerto de Acalhuacan o Albarradón, donde además existen sistemas de riego por medio de canales, casas habitación y sitios de culto. En 1970 se realizan excavaciones arqueológicas a lo largo del Albarradón y se descubren evidencias distintivas del asentamiento del postclásico (Sanders et al. 1979).
Como consecuencia de los estudios arqueológicos antes mencionados y con el fin de tener un marco legal que permitiera la conservación de ese sitio, el INAH, a través de la Subdirección de Registro Arqueológico, lo reconoce como zona de monumentos arqueológicos en el Catálogo Nacional de Zonas y Sitios, con el número EI4-A29-25-164.
Sin embargo, a finales de 1992 un supuesto propietario del predio donde se ubica el sitio arqueológico "Los Ídolos o Casas Reales" pidió al INAH la liberación del terreno para construir un fraccionamiento. Por tal motivo se le solicito a la Subdirección de Salvamento Arqueológico, a cargo del arqueólogo Luis Alberto López Wario, emitiera su opinión como titular de esa dependencia, por lo cual se efectuó una inspección que derivó en un rescate arqueológico, estudio que ratificó la importancia del sitio, ya señalada desde 1535 por las exploraciones de George Vaillant. Sin embargo y desafortunadamente el dictamen emitido por el titular de esa dependencia fue que no existían vestigios arqueológicos, lo cual evidentemente ponía en riesgo los edificios prehispánicos.
Ahora, como en otras ocasiones, asistieron y participaron en el foro personas de las comunidades de Santa María Chiconauhtlan, Santo Tomás Chiconauhtlan, Venta de Carpio, Ecatepec y Tecámac. |
En este contexto, un grupo de vecinos, preocupados por el deterioro que se pudiera generar al patrimonio arqueológico por esas obras de infraestructura, recurrieron a varias instancias: dirección general del INAH, autoridades municipales y estatales y Cámara de Diputados, en donde les sugirieron se entrevistaran con la Comisión de Defensa del Patrimonio Cultural y el Comité Ejecutivo de los trabajadores académicos del INAH, con el fin de delinear y definir una estrategia tendiente a la protección del patrimonio arqueológico.
En esta reunión se acordaron dos acciones: por un lado la conformación de una junta vecinal de protección del patrimonio con el fin de tener personalidad jurídica que les permitiera la defensa de su patrimonio cultural; por otro lado se planteó que la Comisión de Defensa del Patrimonio Cultural hiciera una visita al sitio, con el propósito de tener elementos para una fundamentación académica que permitiera la defensa del patrimonio arqueológico. Al respecto, se aclaró al grupo de vecinos que nuestra opinión sería de orden académico y que las instancias adecuadas facultadas para la autorización de la construcción o no es materia de competencia de las dependencias del INAH.
Otro lineamiento que asumimos como Comité y como Comisión de Defensa del Patrimonio, corresponde a la divulgación y a la difusión de los resultados de nuestras investigaciones, y una de las vertientes la constituye la realización de foros académicos con el fin de que la comunidad conozca su patrimonio cada vez más y le permita su defensa.
En el caso particular de Santa María Chiconauhtlan, consideramos fundamental llevar a cabo un evento que reforzada el dictamen académico de la Comisión de Patrimonio Cultural y fortaleciera las secciones de la junta vecinal en defensa del sitio arqueológico "Casas Reales o Los Ídolos".
A raíz de todos los anteriores sucesos se propuso efectuar el "Primer Simposio de Patrimonio Arqueológico e Histórico-Cultural, su defensa e impacto en las comunidades", con la participación de la Universidad Autónoma del Estado de México, la Delegación Sindical ID-II-IA-1 de trabajadores académicos del INAH, el Centro de Estudios Mesoamericanos. A. C, la Escuela Normal de Estudios Superiores de Ecatepec y la Junta Vecinal de Santa María Chiconauhtlan, evento desarrollado del 25 al 27 de febrero de 1994.
En el evento se presentaron trabajos sobre defensa del patrimonio a nivel nacional para obtener conclusiones que permitieran fundamentar su defensa a nivel regional. Los trabajos fueron presentados por investigadores de diferentes especialidades, enfocándolos a sus áreas de estudio y abordando problemas específicos sobre la defensa y conservación del patrimonio cultural.
Centro cívico ubicado en la plaza principal de Santa María Chiconautla. |
Asimismo participaron en el simposio tanto la comunidad de Santa María Chiconauhtlan como de otros pueblos de la región, como las de Santo Tomás Chiconauhtlan, Venta de Carpio y Tecámac; también las autoridades municipales, quienes no solamente presentaron una ponencia sino que aportaron recursos económicos para que la junta vecinal llevara a cabo el evento, solicitaron participación en la publicación de las memoria del mismo a través de la Dirección de Administración y Turismo del ayuntamiento de Ecatepec.
A partir de la realización del foro se logró impulsar la conformación de otras juntas vecinales, en proceso las de Tlapacoya, Los Reyes La Paz, Ixtapaluca y Coatepec, todas en el Estado de México.
Es importante señalar que en dicho evento se logró la participación de la población, los antropólogos y las autoridades municipales, donde las partes asumimos los siguientes acuerdos generales:
- La experiencia del trabajo en Santa María Chiconauhtlan se debe impulsar como modelo para la protección del patrimonio cultural nacional.
- La conformación de un museo comunitario que sea el depositario de los diversos objetos de valor cultural, conforme a la reglamentación en materia de patrimonio.
- La defensa del Albarradón de Acalhuacan, con antecedentes prehispánicos y coloniales, ante su inminente destrucción.
- Un pronunciamiento por la no construcción de viviendas actuales sobre la zona arqueológica de "Casas Reales o Los Ídolos".
- La publicación de la memoria del evento por parte del ayuntamiento de Ecatepec, la junta vecinal y la Delegación Sindical, y en suma, vigilar que las autoridades del INAH no emitan un juicio a favor de los fraccionadores, que quieren seguir avanzando en su proceso de modernización a costa de la destrucción de zonas arqueológicas afectando intereses comunales, entre los que figura el patrimonio nacional.
Propuestas
Frente a tal panorama, consideramos que no podemos seguir dando luchas aisladas o coyunturales, tanto a nivel de ciudadanos conscientes que reclaman a las autoridades municipales, estatales y federales la salvaguarda del patrimonio, ni como Comisión de Defensa de Patrimonio que reclama inclusive a las propias autoridades del INAH no antepongan criterios económicos y políticos a los principios técnicos y legales de la investigación, conservación y difusión.
Por lo tanto, proponemos se conformen juntas y asociaciones civiles, ya que pensamos que a partir de actividades conjuntas podremos contribuir a la resolución de nuestro problemas, así como a promover en la sociedad el respeto y uso de patrimonio cultural.
El objetivo fundamental de las juntas y asociaciones civiles es la protección integral del patrimonio cultural de las comunidades para el gozo y disfrute de este patrimonio en su entorno regional.
Por lo tanto, las juntas y asociaciones civiles serán organismos de denuncia, lucha y apoyo solidario en la defensa del patrimonio cultural; deben tener capacidad para enfrentar la intolerancia y burocracia de los funcionarios, así como la voracidad de algunos grupos interesados en convertir el patrimonio en mercancía, impulsando las leyes de protección cultural existentes para hacerlas respetar:
1. Dar mayor cobertura legal hacia aquellas manifestaciones carentes de protección de bienes, tanto tangibles como intangibles y naturales.
2. Promover una mayor coordinación y articulación entre las leyes federales y estatales, concernientes a la protección de los bienes culturales.
3. Dar alternativas para construir una política cultural democrática que posibilite generalizar la conciencia de respeto y uso social del patrimonio.
4. Promover la integración de las diferentes regiones y localidades en los municipios, estados y en el país para que con las experiencias y problemáticas de la defensa del patrimonio cultural se coordinen acciones tendientes a la resolución de los problemas que se presenten.
5. Dar asesoría necesaria para la formación de asociaciones y juntas civiles.
6.-La asesoría política, legal y técnica necesaria para proteger y salvaguardar los bienes culturales a las juntas y asociaciones que lo demanden.
Bibliografía:
1. García Samper, Asunción (1990) "La presencia otomi-matlame en la región norte de la cuenca de México; un caso el de la federación de señoríos Xaltoca Ecatepec-Chiconauhtlan, siglos IX-XII, en Mesoamérica y norte de México, siglos IX-XII. Seminario de Arqueología Wigberto Jiménez Moreno. Federica -Sodi Miranda, coord. Museo Nacional de Antropología, INAH, Vol. 2, México.
2.--Miranda F., Fernando; Ramírez C., Marco A. y Contreras R, José A. (1989), "Participación de agrupaciones en la protección del patrimonio cultural", en Primer Foro por la defensa del patrimonio arqueológico, Histórico y subacuático, Delegación sindical D-II-IA-1, trabajadores académicos del INAH, Sección X, del SNTE, pp 219-222.
3.-Sanders, W, T (1967) "Informe de exploración arqueológica de un asentamiento en Venta de Carpio, A.T.D, en Arqueología, INAH, México.
4.-Sanders, Jeffrey, W. T., Parson R, y Stanley, Robert S. (1979). The Basin of Mexico, Ecological Process in the Evolution of Civilization, New York. Academy Press.
5.-Vaillant, George (1935a). Informe de excavaciones Sta. Maria Chiconuhtla del 4 de mayo al Consejo de arqueología, Archivo de la Dirección de Arqueología.
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