Reunión de Philippe Pétain con Adolf Hitler el 24 de octubre de 1940. Foto: Tomada de ww2diario.blogspot.mx |
Lunes 14 de agosto de 2017
La indigna subordinación de Enrique Peña Nieto a Donald
Trump nos pone en grave peligro a todos. Trump es un agresivo fascista que
acaba de amenazar con invadir simultáneamente a Venezuela y a Corea del Norte.
Es también un violento racista cuyas bases de apoyo asesinaron un manifestante
en Charlottesville, Virginia, este fin de semana. Para el ocupante de la Casa
Blanca, México y los mexicanos no somos más que carne de cañón en su lucha por
expandir el poderío mundial de Washington y defender los privilegios de
la raza blanca en Estados Unidos.
Trump cumple hoy la misma función que Adolfo Hitler durante
la Segunda Guerra Mundial. Ambos líderes responden a la decadencia del poder
económico y político de sus respectivas naciones con ataques desesperados
simultáneamente dentro y fuera de sus territorios. Hitler atacaba a Polonia,
Francia y Rusia mientras se lanzaba contra los judíos y los comunistas en su
país. Trump interviene militarmente en Asia, América Latina y Medio Oriente,
mientras agrede a los musulmanes y los mexicanos al norte del río Bravo.
Peña Nieto hoy jugaría entonces el mismo papel que el
general Philippe Pétain, quien gobernó el sur de Francia desde la
ciudad de Vichy por dos años después de la derrota de ese país por Alemania el
22 de junio de 1940. Hitler permitió a Pétain mantenerse como el líder de
la zona libre para dar la impresión de que una parte del país todavía
mantenía su independencia y soberanía. Pero en realidad Pétain compartía la
ideología fascista de Hitler y su gobierno siguió estrictamente las órdenes de
Berlín.
Los franceses hoy recuerdan con una sensación de profunda
vergüenza y aflicción la experiencia de la Francia Vichy. Durante dos años
un pueblo noble con una gran historia toleraba la ocupación nazi con el
pretexto de que por lo menos una parte del país todavía mantenía una
independencia nominal. Aunque muchos resistían activamente tanto la ocupación
alemana como el gobierno de Pétain, la gran mayoría prefirió el confort de la
ignorancia y los beneficios de la pasividad.
Muchos mexicanos hoy juegan el mismo papel que los
colaboracionistas franceses. Prefieren negociar en lugar de confrontar al nuevo
líder del fascismo y se conforman con la mera apariencia de la soberanía
nacional.Así colocan la soga a sus propios cuellos y facilitan la destrucción
de los principios internacionales de democracia, justicia y respeto mutuo que
surgieron precisamente en respuesta a la tragedia de la Segunda Guerra Mundial.
No podemos cerrar los ojos frente a la cruda realidad. Trump
no sólo prepara una posible invasión a Venezuela, sino también a México. El
ocupante de la Casa Blanca lanzó la amenaza correspondiente en su conversación
con Peña Nieto el pasado 27 de enero. Tal y como reveló la transcripción del
intercambio (véase: http://ow.ly/tjll30en6lC),
Trump dijo que, frente a la inefectividad de las fuerzas de seguridad
mexicanas, él prepara un operativo de grandes ligas en que los
militares estadunidenses apoyarían cien por ciento con la eliminación
de los “tough hombres” en México. En otras palabras, las tropas
estadunidenses pronto estarían realizando operativos dentro del territorio
mexicano como si fuera su propia casa.
Mientras, en respuesta a las cobardes amenazas de
intervención militar contra Venezuela, el canciller Luis Videgaray se limitó a
emitir un escueto comunicado que no menciona a Trump ni a Estados Unidos, sino
que simplemente señala, de manera hipócrita y engañosa, que México
continuará trabajando por una solución pacífica a la crisis en Venezuela (véase: http://ow.ly/Hwxm30en7jh).
Pero aún más grave es el congelamiento unilateral de las
cuentas y los activos de Rafael Márquez y Julión Álvarez en México por órdenes
de Washington. La lista de sospechosos de la Oficina de Control de Bienes de
Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de
Estados Unidos no está respaldada por juicio alguno y solamente aplica a los
extranjeros. Más allá de la culpabilidad o la inocencia de estos dos personajes
cercanos a Felipe Calderón y Peña Nieto, como mexicanos en su país cuentan con
el derecho constitucional a la presunción de inocencia.
Al tratar a estos dos personajes como si fueran extranjeros
en su propio país, el gobierno mexicano viola flagrantemente el estado de
derecho y comete un acto de deleznable servilismo que no tiene parangón en la
historia reciente de la nación.
Por obra y gracia del Pétain mexicano, Trump ahora tiene el
poder despótico e imperial de congelar las cuentas, y eventualmente también
confiscar los bienes, de cualquier mexicano dentro o fuera del territorio
nacional, sin ofrecer prueba alguna de que el indiciado hubiera cometido alguna
irregularidad. Si bien este poder ahora se utiliza para supuestos narcotraficantes,
mañana podría aplicarse a cualquier persona incómoda para el régimen.
Bajo la mirada impávida de los colaboracionistas y los
negociadores, México se nos va.
Twitter: @JohnMAckerman
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