* Exigimos llevar a consulta popular los términos de la
renegociación del TLCAN, sostiene; posición del gobierno federal pretende ceder
ante los intereses de las grandes empresas trasnacionales en nuestro país
* El gobierno de Estados Unidos tiene la intención de
modificar los alcances del marco legal y económico de la relación trilateral; busca
eliminar el capítulo 19, relacionado a los paneles de solución de controversias
Infografía: El Barzón. |
Redacción | lunes
14 de agosto de 2017
Ciudad de México,
14 de agosto.- La organización nacional El Barzón, en su reciente comunicado,
refiere que de acuerdo con el documento de la Secretaría de Economía
“Prioridades de México en las Negociaciones para la Modernización del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte”, dichas prioridades del gobierno del
presidente Enrique Peña Nieto en las negociaciones son:
1. Fortalecer la
competitividad de América del Norte, a partir de eliminar barreras, agilizar
los trámites aduaneros, transparentar la regulación, cooperación regional para
el desarrollo de competencias laborales y nuevos modelos educativos.
Este eje destaca por la importancia que ha ganado en el
país, por su posición geoestratégica, la instalación de plantas de partes y
equipos terminados para exportar a Estados Unidos o a otras regiones, que
genera empleos y valor agregado y que un gobierno comprometido podría
aprovechar la riqueza que generan para construir un desarrollo sostenible y
mejorar las condiciones de vida. No sucede lo mismo en el caso del campo, que
requiere un tratamiento diferente. La apuesta no debe ser la de los últimos
gobiernos, de producir perecederos y abandonar la producción de básicos, buscando
desplazar a los productores para dejarles las tierras a inversionistas
privados, que van a producir selectivamente más perecederos. Se requiere una
visión diferente, una visión que no pueden tener los funcionarios de Peña
preocupados por algunas firmas trasnacionales, y no por los millones de
productores del país.
2. Avanzar hacia un
gobierno inclusivo y responsable. Aquí incluye la promoción de las pequeñas y
medianas empresas y también el cumplimiento de las disposiciones nacionales y
compromisos internacionales en materia laboral, anticorrupción y medio
ambiente.
En este eje se puede coincidir plenamente -apunta Alfonso
Ramírez Cuellar, dirigente nacional de El Barzón-, ya que la sociedad mexicana
requiere el fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas y exige el
cumplimiento de las obligaciones laborales, el combate a la corrupción y la
impunidad y el respecto al medio ambiente.
“La pregunta es si el gobierno de Peña va a avanzar en estos
aspectos en los que no tiene autoridad moral para sentarse a negociarlos. No es
necesario renegociar el acuerdo, sólo tener voluntad política, lo que no se
observa en el régimen mexicano, como se comprobó con la corrupción y la
impunidad en la elección del Estado de México o con la permisividad con las
empresas mineras o el impulso al fracking, a pesar de que representa un dumping
ecológico. Pero, hay que advertirlo, con o sin TLCAN, la sociedad va a avanzar
en estos aspectos”, advierte el barzonista.
3. Aprovechar las
oportunidades del Siglo XXI. Actualizar el alcance de las disposiciones sobre
energía, el comercio electrónico, facilitar el acceso de los mexicanos
prestadores de servicios financieros a Estados Unidos y Canadá e integrar los
mercados de telecomunicaciones.
Esta prioridad tiene varios elementos de alto riesgo. El
sector energético está a debate en México. No se puede incluir en las
negociaciones del TLCAN. Lo mismo el sector telecomunicaciones, a menos que se
establezcan reservas en materia cultural y de inclusión a las radios y
televisoras comunitarias. Lo del sector financiero habría que evaluarlo en
función de la mala calidad de la supervisión de las autoridades mexicanas.
4. Promover la
certidumbre del comercio y las inversiones en América del Norte. Propone
consolidar el régimen legal de las Empresas Productivas del Estado, y los
mecanismos de solución de controversias. Inversionista-Estado; Estado-Estado;
comercio, servicios financieros y libre competencia.
Esta prioridad del gobierno de Peña, que coincide con el eje
implícito de la propuesta de Trump, es inaceptable. México debe reservarse las
posibilidades de desarrollar su propia política económica, incluyendo un sector
público que impulse el desarrollo de sus empresas en un marco legal y
transparente, pero en condiciones asimétricas con Estados Unidos.
Como se observa:
· Prioridad
1. Excluyendo el campo, puede resolverse estableciendo como objetivo el mutuo
beneficio y la conveniencia para las partes; en el campo debemos establecer
como prioridad el desarrollo de los pequeños y medianos agricultores, con una
política de Estado diferente, que impulse su desarrollo en armonía con el medio
ambiente.
· Prioridad
2. Es una meta de los mexicanos, el respeto a los derechos humanos, laborales,
medioambientales, la verdadera democracia, la verdadera libertad y el combate a
la corrupción e impunidad son un reclamo de la sociedad mexicana, no están a
discusión y el gobierno de Peña no tiene autoridad moral para hablar de esos
temas;
· Prioridades 3. y 4. El campo requiere una revisión profunda por parte de
la sociedad mexicana, organizaciones campesinas y las universidades. No se
pueden negociar como lo propone el gobierno ilegítimo de Peña.
Por cierto, agrega Alejandro Castillo Morales, integrante de
El Barzón, el documento de la Secretaría de Economía no se refiere a la
pretensión de Trump de vigilar la política cambiaria y monetaria de México. Tampoco
se refiere al riesgo de un cambio unilateral en la política fiscal, como
amenazó Trump. Parece que los funcionarios de Peña no han advertido de los
problemas que se pueden presentar o, quizás salgan con “sorpresas” negativas
para el país, por falta de previsión y compromiso con el país.
Los mexicanos no debemos aceptar las negociaciones
impulsadas por el gobierno de Peña, que en su desprestigio, abuso y falta de
legitimidad, está dispuesto a recibir espejitos a cambio de que se les permita
entregar el resto del país al extranjero. En El Barzón consideramos que es
indispensable establecer los límites que se deben respetar en el Tratado de
Libre Comercio, por lo que rechazamos los términos en que se proponen negociar
los funcionarios de este gobierno.
Por eso mismo,
apoyamos la propuesta de someter la renegociación a consulta popular. Lo que
pretende incluir el gobierno de Peña y lo que espera obtener el gobierno de
Trump son aspectos demasiado importantes para el futuro del país, como para
dejarlo a la voluntad de un gobierno y un Senado que no han demostrado
compromiso con el país.
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