* El TLCAN de 1994 provocó la quiebra, el desmantelamiento y el abandono del campo
mexicano; a 23 años del Tratado hay más pobreza económica y alimentaria a nivel
nacional
* Produjo pérdida
de empleos del campo e incrementó migración hacia EU y Canadá por falta de
apoyo nacional; benefició la inversión extranjera y la venta de empresas
mexicanas
Foto: Tomada de Internet. |
Por Redacción | jueves 17 de agosto de 2017
Ciudad de México, 17 de agosto.- Desde la firma del Tratado
de Libre Comercio hace poco más de 23 años, nuestro país incrementó la
dependencia alimentaria, importando más del 45% (de acuerdo con la FAO) de los
alimentos básicos que consumimos, puntualiza la organización social El Barzón,
que ha seguido puntualmente todo lo relacionado a este tratado que el día de
hoy inició en Estados Unidos una revisión junto con Canadá y nuestro país.
Al entrar a un mercado abierto y “competitivo”, los
productos del campo con mayor importancia económica, son sólo
unos cuantos como las hortalizas, tomate, aguacate y frutos rojos, todos ellos
perecederos y muy vulnerables a cualquier medida proteccionista no arancelaria
(incluso para obligar a los productores nacionales a aceptar socios
estadounidenses), así también como industrializados como el tequila, la cerveza
y azúcar, señala en un comunicado.
Cuando iniciaron estas exportaciones, eran producidos por
empresas mexicanas en su totalidad. Sin embargo, ahora tienen más del 60% de su
inversión con capital extranjero (ejemplos: para el caso de bebidas
alcohólicas: Tequila Sauza pertenece a la compañía inglesa Allied Domecq, José
Cuervo a Diaego –empresa de origen británico-, Grupo Modelo posee Corona,
Modelo y Pacífico que pertenecen ahora a la compañía belga Anheuser-Busch
InBevque, por mencionar algunas).
Cabe señalar que, de acuerdo con la Secretaría de Economía,
de la inversión extranjera que llegó al país entre 1999 y 2016 hacia el sector
de manufactura, que representa 47.9% del total, la dirigida al sector de
alimentos representa la segunda en importancia, después de la destinada a
equipo de transporte. La primera se dirige a generar empleos y valor agregado
en el país, la segunda, al sector de alimentos, con un monto acumulado hasta
2015, de 37 mil 875 millones de dólares, pero en buena medida ya no llega a
ampliar la capacidad instalada, sino para adquirir empresas en operación.
Foto: Tomada de Internet |
Cabe mencionar que las ganancias de la apertura y de la
exportación se quedan en unas cuantas empresas y con ganancias que no ingresan
a nuestro país. Así pues, dichos beneficios no han impactado en los problemas
de pobreza, empleo y de falta de rentabilidad de la mayor parte de las unidades
de producción nacionales.
Es necesario incluir a los pequeños productores en el
crecimiento de la producción de productos básicos agroalimentarios, para
mejorar la calidad de vida de más de 53.2 % de la población que queda en
abandono, por la falta de mejora en las políticas públicas que generen un cambio
en los niveles de vida económicos del sector más vulnerable.
Nuestro país tiene una enorme ventaja con más de 200
productos alimenticios en comparación con Estados Unidos y Canadá; ya que
contamos con los dos ciclos agrícolas (PV-OI), sin embargo nuestros gobiernos
no han querido invertir en proteger la soberanía alimentaria, cubriendo las
cuotas de consumo nacional y de producción, así como la mejora de los paquetes
tecnológicos, para que los productores puedan integrarse a los precios del
mercado internacional, lo que nos deja muy lejos de ser competitivos y por lo
tanto sólo somos importadores de alimentos para cubrir más del 45% de las
necesidades de alimentación de nuestro país.
Productos básicos para la alimentación como maíz, arroz,
sorgo, frijol y lenteja, necesarios para la alimentación mexicana, sólo tienen
subsidios raquíticos como lo es “PROCAMPO – PROAGRO” el cual no es eficiente ni
suficiente, ni oportuno en tiempo de entrega a los productores, sin contar los
meramente asistencialistas que se van a fondos perdidos.
Además de los altos precios de importación de insumos
agrícolas como fertilizantes, semillas y agroquímicos los cuales dejan en
desventaja a los más de 4 millones de pequeños y medianos productores
nacionales, que no son involucrados en la mejora y el aumento de la producción
de alimentos básicos. En esas condiciones, los alimentos enlatados y procesados de bajo
contenido nutricional, sustituyen a los productos frescos de mayor calidad
nutritivo.
Mientras
las principales zonas de abastecimiento de alimentos son controladas por unas
cuantos (empresas como WALMART STORES INC., SORIANA y COSTCO WHOLESALE Co.),
siendo estas las que siguen las tendencias dominantes de la toma del control
corporativo de empresas distribuidoras y abastecedoras de alimentos.
Por
todo lo antes mencionado, según el Consejo Nacional de Evaluación de la
Política de Desarrollo Social, 53% de los mexicanos, es decir de consumidores,
tiene ingresos inferiores a la línea de bienestar, a quienes su salario no les
alcanza para la compra de alimentos básicos, y eso se explica porque más del
50% de la población mexicana se encuentra en situación de pobreza y cerca de
11.5 millones de mexicanos en situación de pobreza extrema. Estamos hablando de
seres humanos en México y de una política económica ineficaz.
Por lo
anterior, con los antecedentes y secuelas que dejaron nuestros gobiernos en el
campo y considerando la realidad de desigualdad social y económica que vivimos
los mexicanos ante los Acuerdos Comerciales como el TLCAN, exigimos un apoyo
total y de protección a las necesidades nacionales que desde hace más de 20
años se vienen exigiendo, para poder realmente ser un país competitivo en los
temas del Mercado Agrícola Nacional e Internacional que nos beneficien y
mejoren nuestras condiciones de vida.
Algunas empresas en
México con capital extranjero.
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