* Falta que partidos y políticos sean sicarios de poderes
fácticos
* Acabar con el derroche y opacidad para reconstruir México
* Rebatinga por el presupuesto 2018 tiene nuevos ángulos
Domingo 1 de octubre de 2017
Por constructoras no para este gobierno, que les ha dado las
facilidades a muchas de ellas señaladas en otros países como poco fiables, pero
ahora los terremotos del mes pasado dejaron miles de construcciones dañadas y
otras tantas derruidas, en lo que será el apremio de los candidatos en esta
elección que ya comenzó, sobre qué “venderles” a los 250 mil damnificados de 10
entidades.
Lo que ya venían preparando los actores políticos era qué
decirles después de tres quinquenios de inseguridad galopante en todo el país y
cómo recuperar la seguridad deseada por todos, a lo que ahora se suma la
destrucción, los huracanes y otras calamidades que pegan en el corazón del país
y retiembla en su centro la tierra.
De acuerdo con los donativos que en el país y en el
extranjero se han dado a conocer, se cuenta ya con los recursos necesarios para
iniciar la reconstrucción de las entidades afectadas sin problema alguno, solo
que este sexenio marcado por la corrupción, no garantiza ni cómo ni quienes se
encargarán de tal reto.
La población no confía en sus autoridades de los tres
niveles de gobierno y de todos los colores, cuando en una primera instancia se
veía que todo era sencillo. El gobierno tiene las constructoras para edificar
al momento miles de vivienda, nuevos hospitales y escuelas que cayeron, así
como toda la infraestructura que resultó dañada, pensando en las mejores en su
ramo, no la de los cuates y amigos, como la de socavón, que ahora está a cargo
del municipio de Jojutla y de la torre de control del nuevo aeropuerto del
país.
Es tiempo que el Atlacomulco se reivindique con los
mexicanos y deje de vivir en su burbuja, al grado de desconocer a sus propios
paisanos que le reclamaron en Joquicingo y les respondió con soberbia: “esos no
son de aquí”. Claro que sí, universitarios mexiquenses que son sensibles a los
abusos de su escolta.
Dice el clásico que “el horno no está para bollos” pero
quienes viven fuera de la realidad del país y de su población, no tienen la
sensibilidad para notarlo y todo indica que, ante la idea de privatizar las
campañas políticas, el descontento social se haga presente durante este proceso
electoral.
Se trata de mejorar la democracia y que sus avances se
reflejen en la calidad de vida de todos los mexicanos, cosa que no ha sucedido
pese a la alternancia en los gobiernos con diferentes colores. La gente lo
sabe, le da lo mismo el pinto que el colorado, y los actores políticos siguen
en sus nubes, volando alto y el pueblo abajo. Es tiempo de que recapaciten.
Dejar en manos de los poderes fácticos el proceso electoral,
sería abrir una herida que ya se estaba cerrando y el camino hacia gobiernos
que no tengan ningún compromiso con los ciudadanos y las familias mexicanas,
sino con sus promotores a los que deben rendirles cuenta, como ya sucede con el
actual gobierno.
Las televisoras se frotan las manos, ante la posibilidad de
que nuevamente se lleven el 80% de los gastos de publicidad de los partidos
como sucedía antaño, lo que les permitía contar con “analistas políticos” de
esos que hablan mal de los partidos y los políticos, pero cobran del subsidio
oficial en forma de publicidad.
Dinero para la reconstrucción ya hay. Sumen los donativos
que deportistas, gobiernos extranjeros, artistas y demás han entregado ya y
siguen juntando para ello, solo que no tenemos gobierno confiable para hacerse
cargo de ello. Solo falta que los partidos y los políticos se conviertan en
sicarios de los poderes fácticos.
RECONSTRUCCIÓN EN DUDA
La reconstrucción en las entidades afectadas por los sismos
y huracanes implica acabar con el derroche, la opacidad y la falta de rendición
de cuentas que han caracterizado al gobierno federal, en los casi cinco años
que van del sexenio, afirmó el michoacano coordinador PAN, Marko Cortés
Mendoza.
“Existe una fundada desconfianza y molestia ciudadana sobre
la forma en que se habrán de canalizar los recursos para la reconstrucción en
las entidades afectadas por los fenómenos naturales, como la Ciudad de México,
Chiapas, Morelos, Puebla y Oaxaca”, señaló el también presidente de la Junta de
Coordinación Política de la Cámara de Diputados.
Aseguró que la molestia ciudadana se ha visto agravada con
casos como la llamada “estafa maestra”, mediante la cual servidores públicos
saquearon miles de millones de pesos del erario a través de mecanismos
fraudulentos; o el socavón en la carretera México-Cuernavaca, obra en la que se
gastaron más de mil millones de pesos adicionales a los presupuestados y, a
pesar de ello, se hizo con pésimo control de calidad.
También con el desvío de miles de millones de pesos por
parte de ex gobernadores del PRI como Javier Duarte de Ochoa, en Veracruz;
César Duarte Jáquez, en Chihuahua, y Roberto Borge Angulo, en Quintana Roo, o
por el uso de aeronaves para transportar a los altos funcionarios de Pemex para
ir a un restaurante o a su residencia en la Ciudad de México.
Cortés Mendoza expuso la urgente necesidad de instaurar
mecanismos de control y vigilancia, “porque el dinero de la reconstrucción de
las zonas afectadas va a pasar por manos de funcionarios que han hecho mal uso
del dinero del pueblo”.
Apuntó que la Auditoría Superior de la Federación, en el
marco de sus facultades legales, debe iniciar de inmediato la realización de
auditorías en tiempo real, “para que México sepa, lo antes posible, cómo se usa
el dinero de sus impuestos y garantizar que los recursos lleguen a las familias
que en verdad lo necesitan y no a los bolsillos de los funcionarios”. ¿Se
podrá?
¿ALCANZARÁ EL PRESUPUESTO?
Después de los desastres naturales que hemos vivido, el
debate y aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2018 será
mayor para acordar cuáles son las prioridades nacionales, ante las nuevas
circunstancias derivadas de los sismos y huracanes recientes.
Las bancadas deberán atender la reconstrucción, pero sin
descuidar en absoluto rubros como seguridad, salud, educación y programas
sociales, afirmó el presidente del Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez
Marín, y así se espera que lo hagan.
El yucateco comentó que existen áreas indeclinables que, de
acuerdo con las leyes vigentes en el país, son primordiales y no pueden ser
vulneradas en ninguna circunstancia.
“El Congreso mexicano aprobará un Presupuesto 2018 con
vocación legislativa, destinando recursos suficientes para atender la
emergencia, pero sin desatender, temas como seguridad nacional, programas
sociales o servicios de salud, ya que ello vulneraría nuestro futuro
inmediato”, explicó.
El reto para los diputados de la LXIII Legislatura es
reorientar los recursos suficientes para la atención a víctimas y la
reconstrucción de las zonas afectadas.
“El compromiso de los legisladores, y su reto inmediato, es
aprobar un Presupuesto de Egresos que atienda las demandas de ciudadanos que se
encuentran vulnerables a consecuencia de los sismos; pero eso no debe impedir
que se sigan destinando recursos suficientes para la atención de otros
mexicanos que padecen de pobreza, o algún tipo de rezago social”, subrayó.
Mucho se ha esperado de los representantes populares que ya
están en su último año y deberán cumplir con las expectativas.
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