* Ratifica el dictamen de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México. “Nos solidarizamos con la víctima y su familia”, expresa
Carlos López Valdés –actualmente de 72 años de edad–, servía en la parroquia de San Agustín de las Cuevas, en Tlalpan, al sur de la Ciudad de México. Foto: Tomada de Internet. |
Por Redacción / martes 13 de marzo de 2018
Ecatepec, Méx., 13 de marzo.- La Arquidiócesis Primada de México reafirmó su compromiso en la lucha contra los abusos sexuales y expresó su apoyo a la condena de 63 años de cárcel contra un sacerdote, que se encuentra en prisión desde 2016, luego de ser aprehendido en Jiutepec, Morelos.
En un comunicado, la Arquidiócesis de México precisó hoy que ratifican el dictamen de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, así como “nuestra plena disponibilidad para colaborar con las autoridades en procurar la justicia en la sociedad”.
La condena impuesta al sacerdote Carlos López Valdés se debió a que abusó varias veces de Jesús Romero Colín, entre 1994 y 1998, cuando este tenía 11 años y era su acólito.
López Valdés –actualmente de 72 años de edad–, servía en la parroquia de San Agustín de las Cuevas, en Tlalpan, al sur de la Ciudad de México. Romero Colín interpuso su denuncia contra el sacerdote en 2007. La Arquidiócesis de México abrió un proceso eclesiástico que lo halló culpable e inhabilitó para desempeñar su ministerio.
La víctima envió una carta al Papa Francisco en 2013. El Santo Padre le respondió expresando su “dolor” y “vergüenza” por lo ocurrido; y le pidió “perdón en nombre de la Iglesia”.
El 27 de agosto de 2016 López Valdés fue arrestado en Jiutepec, Morelos, y enviado al Reclusorio Oriente de la Ciudad de México, donde está actualmente. Es la primera vez que en México un sacerdote recibe una sentencia condenatoria al comprobarse que abusó de un menor de edad.
El comunicado, emitido por la dirección de Comunicación de la Arquidiócesis, precisa que “ratificamos el dictamen de la Procuraduría General de la República y manifestamos nuestra plena disponibilidad para colaborar con las autoridades en procurar la justicia en la sociedad”.
“Nos solidarizamos con la víctima y su familia. Lamentamos profundamente lo sucedido. Estos comportamientos terribles nos producen dolor y vergüenza, y nos confirman en el compromiso de hacer todo lo necesario para sanar estas situaciones desde la raíz”, apunta enseguida.
“No estaremos conformes hasta que quede extirpado este mal. Como ha dicho recientemente el Papa Francisco, esta es una de las prioridades de la Iglesia de nuestra época”.
En la última parte del texto, en función de las prioridades, refiere:
“Secundando la afirmación de los últimos papas: ‘no hay absolutamente lugar en el ministerio para los que abusan de los menores’, ratificamos nuestro criterio actuación de ‘tolerancia cero’ ante estas situaciones, y de la necesidad de informar, de reconocer el mal de pedir perdón”.
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