* Aseguró que la esclavitud sexual “es un crimen contra la humanidad, un delito contra la humanidad, y nace de una mentalidad enferma” durante la reunión pre-sinodal del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes
El Papa durante el diálogo con los jóvenes. Foto: Daniel Ibáñez/ACI Prensa. |
Por Redacción / Red-Accion | lunes 19 de marzo de 2018
Ciudad del Vaticano, 19 de marzo.- El Papa Francisco advirtió hoy que la trata de personas es un "problema grave", y señaló que si un joven tiene la "costumbre" de pagar por sexo es "un criminal" y tortura a la mujer, además de reflejar su estupor porque muchos de quienes explotan a estas mujeres o acuden como “clientes”, son personas bautizadas.
El pontífice se disculpó este lunes por los católicos que recurren a la prostitución y aseguró que quien paga por tener relaciones sexuales es un criminal y eso significa torturar a las mujeres, en respuesta a una víctima del tráfico de personas y de la prostitución.
"Si un joven tiene esta costumbre, es un criminal. Quien hace esto es un criminal. Esto no es hacer el amor, esto es torturar a una mujer”, afirmó.
El Papa enfatizó estos señalamientos en sus respuestas a preguntas de los jóvenes que participan, desde este lunes 19 de marzo, en la reunión pre-sinodal del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes que se celebrará en el próximo mes de octubre.
En estos días se reunirán en grupos por idiomas unos 300 jóvenes de los cinco continentes, representantes de movimientos eclesiales y del voluntariado, de otras confesiones cristianas y de otras religiones y también chicos que llegan de situaciones delicadas como la cárcel o la toxicodependencia, además de que habrá tres víctimas de la prostitución y la explotación laboral, destacó ACI Prensa.
En diálogo abierto y cercano, señaló ACI Prensa, contestó a las inquietudes que le presentaron diferentes jóvenes, y que versaron sobre la lacra de la trata de personas, el discernimiento vocacional, la educación, el sacerdocio y la vida consagrada
Víctimas de la trata
Una pregunta se la planteó una mujer nigeriana víctima de la trata de personas y de la explotación sexual. Francisco mostró su horror por esta realidad, por esta “esclavitud de hoy”.
Contó cómo en una visita a una casa de acogida de mujeres que habían sido liberadas, le narraban la forma en que eran sometidas a torturas, amenazas y violencia si intentaban resistirse, y explicó que muchas vienen de África o de Europa del Este engañadas con una falsa oferta de empleo.
Reflejó su escándalo por el hecho de que muchas de las personas que explotan a estas mujeres o acuden como “clientes”, son personas bautizadas. “Creo que aquí en Italia, el 90% de los ‘clientes’ son bautizados, son católicos. Y pienso en el asco que deben sentir estas mujeres cuando estos hombres les hacen hacer cualquier cosa”.
El Papa precisó que la esclavitud sexual “es un crimen contra la humanidad, un delito contra la humanidad, y nace de una mentalidad enferma”.
Discernimiento
En respuesta a otra pregunta de un joven estudiante francés no bautizado que aseguró encontrarse en un momento de discernimiento para descubrir su vocación en la vida, el Santo Padre aseguró que con solo plantearse la pregunta ya había dado un gran paso, “todos nosotros tenemos necesidad de discernimiento”.
En este sentido, lamentó que “muchas comunidades eclesiales no saben hacerlo, y falta esa capacidad de discernimiento”, sobre todo porque “el proceso de discernimiento dura toda la vida. Deja sacar fuera el sentimiento, no anestesiarlo, no disminuirlo”.
Subrayó la importancia del discernimiento, porque “cuando un joven no encuentra ese camino de discernimiento, no sólo vocacional, de cualquier aspecto, se cerrará mal, y eso es provocará un tumor en el alma. Un peso que te quita la libertad. Es importarle abrirlo todo. No maquillar el sentimiento, no mimetizar el sentimiento”.
Educación
La tercera pregunta la realizó una joven profesora argentina miembro de Scholas Occurrentes, que lamentó que en ocasiones se educa en verdades construidas desde la razón que debilitan el sentido de trascendencia.
El pontífice reconoció esa realidad y habló de “estructuras escolares donde se crece mucho en conocimientos, pero donde se pierde la capacidad de asombrarse, la capacidad de estupor”.
Aseguró que este problema “es una herencia educativa del iluminismo, que hoy se le critica mucho. De hecho, la experiencia de Scholas llegó a revertir esta tendencia en muchos lugares”.
Frente a ese modelo de escuela herencia del iluminismo, el Papa propuso tres pautas. “En primer lugar, aprender a pensar bien, no solo aprender cosas, sino buscar con el pensamiento, hacer el lenguaje del corazón”.
“En segundo lugar, el lenguaje del corazón, aprender a sentir bien. Ahí está el problema del bullying, que es un problema de no saber sentir bien. Educar el sentimiento, y esto no es tan común en las escuelas herederas del iluminismo. En tercer lugar, el lenguaje de las manos, hacer, ser artesanos y creadores”.
Preparación para el sacerdocio
La cuarta pregunta al Papa la formuló un joven seminarista ucraniano. En su respuesta, Francisco afirmó que el sacerdote debe ser testigo de Cristo, porque “el sacerdote que no es testigo de Cristo, hace mucho mal. Se equivoca, desorienta a la gente…, hace mal”.
En este sentido, subrayó la importancia de que el sacerdote de testimonio en una comunidad que también de testimonio, porque “de lo contrario, el sacerdote estará afectivamente solo en una comunidad que no lo acompaña, que sólo lo quiere como sacerdote funcional”.
En la última pregunta, formulada por una religiosa de origen chino, el Papa explicó que “la verdadera formación religiosa en la vida consagrada debe tener cuatro pilares: formación en la vida espiritual, formación en la vida intelectual, formación en la vida comunitaria y formación en la vida apostólica”.
Y afirmó que “esto también es válido para los laicos. Es importante educar en toda la potencialidad sin anular, sin sobre-proteger, porque uno se convierte en psicológicamente inmaduro”.
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