* El triunfo de López Obrador significa un mazazo a los
grupos de poder tradicionales
LUIS PABLO BEAUREGARD / El País | Ciudad de México, domingo
1 de julio de 2018
Morena ha dado un golpe en el tablero del poder local.
Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en el primer candidato que llega a
la presidencia sin haber sido postulado por el PRI o el PAN, las organizaciones
hegemónicas que han gobernado el país norteamericano. El partido que creó a su
imagen y semejanza, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), irrumpió
con fuerza este domingo como un nuevo actor que quiebra el bipartidismo que
imperaba en el escenario mexicano. Su partido ha ganado, en apenas sus segundas
elecciones, al menos cinco Estados de los nueve en juego e incrementará su
poder en el Congreso, donde ha rozado la mayoría.
Morena ha reclamado protagonismo en una histórica jornada
que tuvo una participación superior al 60%, pero no tan alta como la registrada
hace seis años. La organización, nacida como asociación civil en 2012, se
convirtió en partido político dos años después. En 2015 hizo su estreno en las
urnas logrando el 8.8% de la elección y solo 36 diputados. La bancada aumentó
hasta los 47 gracias al trasvase de varios legisladores del Partido de la
Revolución Democrática (PRD) a Morena.
Este domingo, la formación de López Obrador se ha convertido
en el partido más importante de la izquierda mexicana, desplazando al PRD del
papel protagónico que tuvo por 29 años, desde 1989. El PRD nunca ha logrado
tener una presencia dominante en la Cámara de Diputados. Su bancada más
numerosa se dio en el trienio 2006-2009, donde controló el 25% de la cámara
baja. Morena rompió ese hito esta noche porque podría conseguir la bancada más grande
para la izquierda con un rango que iría entre los 127 y 142 legisladores, de
acuerdo a las primeras encuestas.
El escenario en el Senado es similar. Morena se convertirá
en el grupo parlamentario mayoritario controlando entre 48 y 54 curules, de
acuerdo a la encuesta de Consulta Mitofsky. La cifra es similar a la que el PRI
tiene hoy en la Cámara alta, donde tiene una mayoría simple con el 38%. El
partido en el poder perdería terreno con entre 8 y 14 senadores, según los
sondeos, que tendrán que ser confirmados por la autoridad electoral a lo largo
de los próximos días.
Morena también arrebató al PRD tres de los cuatro Estados
que Gobierna. Los candidatos de López Obrador se han alzado con la victoria en
Tabasco, Morelos y Ciudad de México. El PRD se queda únicamente en control de
Michoacán y celebra el triunfo de por México al Frente en Guanajuato, una
entidad donde triunfó gracias a su alianza con la derecha del PAN. Además,
Morena triunfó en Veracruz, una de las entidades más pobladas, y Chiapas.
El resultado de esta noche también matiza el arrollador
dominio que había sostenido en la política mexicana el PRI y el PAN en los
últimos gobiernos. López Obrador hizo una campaña pidiendo el voto para
rechazar lo que él llama el PRIAN, dos partidos que suelen gobernar en tándem
con las mismas recetas. En la mente del electorado la idea tiene pegada. Más en
la actual Administración, que comenzó en diciembre de 2012 con el Pacto Por
México un programa de reformas constitucionales entre el Gobierno de Enrique
Peña Nieto, del PRI, y los partidos de la oposición: el PAN y el PRD. Morena
fue la voz cantante que repudió públicamente estas normas y López Obrador llega
al poder con la promesa de derogar buena parte de sus contenidos.
Política contra el
statu quo
Esta fue la campaña más pragmática de López Obrador. A
Morena se sumaron figuras salidas del PAN, PRI y PRD a pesar de que sus
militantes abrazan con fuerza el discurso antiélites.
Muestra de ello es la forma como el partido compuso sus
listas al Congreso. La organización es la única que elige a parte de sus
candidatos con un sorteo mediante una tómbola. Este domingo se eligieron en
México 300 diputados y 64 senadores por voto directo. Otros 200 legisladores y
32 senadores irán a las cámaras gracias a la representación proporcional,
mediante listados de cada fuerza política. Morena integra a estas a ciudadanos
comunes y corrientes con el único requisito de que sean militantes y que hayan
trabajado por el partido afiliando a otras personas. En la actual legislatura
cinco de sus diputados llegaron al Congreso por un golpe de azar. Estos
políticos noveles comparten escaños con veteranos impuestos en las listas por
la dirigencia. Serán estos quienes marquen la agenda legislativa guiada por el
presidente López Obrador con una bancada del PRI y el PAN en minoría por
primera vez en la historia.
La historia de Morena se escribe también a costa de partidos
más pequeños. El fenómeno López Obrador también ha catapultado a las
formaciones que lo acompañan en la coalición Juntos Haremos Historia. El
Partido del Trabajo, de tendencia socialista y con guiños de simpatía al
régimen de Corea del Norte, duplicará su presencia en el Congreso y podría
rozar los 60 políticos en la cámara baja. Lo mismo sucederá con Encuentro
Social (PES), un partido evangelista que al aliarse con López Obrador generó un
conflicto con las corrientes progresistas. El PES tiene 12 diputados y podría
llegar, en la próxima legislatura de septiembre, a entre 65 y 74 legisladores,
según los sondeos. Unida, la coalición se acerca a la mayoría absoluta en el
Congreso.
La noche electoral mexicana ha cambiado el rostro de la
política mexicana del futuro. El nuevo Congreso y las gubernaturas en manos de
López Obrador modifica para siempre el statu quo del poder en México, dominado
desde hace décadas por las formas instauradas por el PRI y que tenía, hasta el
día de hoy, al PAN como único recipiente del descontento ciudadano. Morena ha
acabado con esos días, lo que obligará a los grandes partidos tradicionales a
replantearse sus acuerdos políticos y la negociación con un Gobierno de
izquierda por primera vez. México es testigo esta noche del derrumbe del
régimen que conocía.
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