* En una carta, el pontífice se disculpó por los casos de
abusos sexuales cometidos por sacerdotes y llamó a los católicos a sumarse en
los esfuerzos para erradicarlos
Foto Daniel Ibañez / ACI Prensa |
Red-Accion | Ecatepec, Méx., lunes 20 de agosto de 2018
Vaticano, ACI Prensa. El Vaticano publicó esta mañana una
“Carta del Papa Francisco al Pueblo de Dios” en la que el
Pontífice expresa su enérgica condena a los abusos sexuales cometidos
durante décadas por sacerdotes en Pensilvania (Estados Unidos) y reconoce que
ningún esfuerzo por pedir perdón y reparar los daños será suficiente.
En su carta firmada el 20 de agosto, el Santo Padre indica
que “nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar
el daño causado” ante los “abusos sexuales, de poder y de conciencia”
cometidos por un “notable número de clérigos y personas consagradas”.
“El dolor de las víctimas y sus familias es también nuestro
dolor, por eso urge reafirmar una vez más nuestro compromiso para
garantizar la protección de los menores y de los adultos en situación de
vulnerabilidad”, aseguró.
La carta del Papa se da a conocer luego de la difusión del
informe de la Corte Suprema del estado de Pensilvania que da cuenta de más de
mil casos de abuso sexual cometidos por miembros del clero durante los últimos
70 años en las diócesis de Allentown, Erie, Greensburg, Harrisburg, Pittsburgh
y Scranton.
El informe de 884 páginas fue escrito por 23 miembros de un
gran jurado, que durante 18 meses examinó medio millón de páginas de
documentos. El FBI ayudó con la investigación de estos casos sucedidos entre
1947 y 2017.
El otro escándalo que también ha dado la vuelta al mundo fue
el de Theodore McCarrick, cuya renuncia al Colegio de Cardenales fue aceptada
por el Papa el pasado 28 de julio, tras conocerse una serie de inconductas
sexuales de quien fuera Arzobispo de Washington.
En su carta del 20 de agosto, el Papa sostiene que “si bien
se puede decir que la mayoría de los casos corresponden al pasado”, “con el
correr del tiempo hemos conocido el dolor de muchas de las víctimas y
constatamos que las heridas nunca desaparecen y nos obligan a condenar
con fuerza estas atrocidades, así como a unir esfuerzos para erradicar esta
cultura de muerte; las heridas ‘nunca prescriben’”.
“Con vergüenza y arrepentimiento, como comunidad
eclesial, asumimos que no supimos estar donde teníamos que estar, que
no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del daño que se
estaba causando en tantas vidas. Hemos descuidado y abandonado a los pequeños”,
lamentó Francisco.
Sin embargo, aunque “en el pasado la omisión pudo
convertirse en una forma de respuesta”, el Papa aseguró que hoy se quiere que
“la solidaridad”, “se convierta en nuestro modo de hacer la historia presente y
futura” para que las “víctimas de todo tipo de abuso puedan encontrar una mano
tendida que las proteja y rescate de su dolor”.
“Tal solidaridad nos exige, a su vez, denunciar todo aquello
que ponga en peligro la integridad de cualquier persona”, agregó.
También, el Papa pidió todos los bautizados que se sientan
involucrados “en la transformación eclesial y social que tanto necesitamos” y
denunció cualquier forma de clericalismo.
“Invito a todo el santo Pueblo fiel de Dios al ejercicio
penitencial de la oración y el ayuno siguiendo el mandato del Señor, que
despierte nuestra conciencia, nuestra solidaridad y compromiso con una cultura
del cuidado y el ‘nunca más’ a todo tipo y forma de abuso”, expresó el
Pontífice.
También dijo que “es imprescindible que como Iglesia podamos
reconocer y condenar con dolor y vergüenza las atrocidades cometidas por
personas consagradas, clérigos e incluso por todos aquellos que tenían la
misión de velar y cuidar a los más vulnerables”.
“Pidamos perdón por los pecados propios y ajenos”,
agregó.
El Santo Padre recordó que, a través de la penitencia y la
oración, se permitirá “sensibilizar nuestros ojos y nuestro corazón ante el
sufrimiento ajeno y a vencer el afán de dominio y posesión que muchas veces se
vuelve raíz de estos males”.
Finalmente, el Papa pidió para que “el ayuno y la oración
despierten nuestros oídos ante el dolor silenciado en niños, jóvenes y
minusválidos”.
“Ayuno que nos dé hambre y sed de justicia e impulse a
caminar en la verdad apoyando todas las mediaciones judiciales que sean
necesarias. Un ayuno que nos sacuda y nos lleve a comprometernos desde la
verdad y la caridad con todos los hombres de buena voluntad y con la sociedad
en general para luchar contra cualquier tipo de abuso sexual, de poder y de
conciencia”, concluyó.
Para leer la carta completa ingrese AQUÍ.
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