POCA INVERSIÓN EN JÓVENES
Domingo 12 de agosto de 2018
Para la OCDE, México está entre los países con el mayor número de jóvenes de entre 15 y 29 años que ni estudian ni trabajan (Ninis), además que mientras los países miembros del organismo destinan un promedio de más de 10 mil dólares anuales para su educación, nuestro país no rebasa los 3 mil 600 dólares de gasto por estudiante al año.
Si tuvieran empleos generarían 194 mil millones de pesos al PIB anualmente, esto significa el 0.9%, lo cual se considera entonces representa una pérdida para la economía mexicana por la inactividad laboral de este sector de la población.
Existen muchas interrogantes sobre cómo educarlos, como integrarlos al mundo laboral, cómo hacerlos partícipes del desarrollo cultural y económico del país, cómo integrarlos a la sociedad porque son el presente de México, más que el futuro que desde ahora deben estar promoviendo.
Es este sector de la población el que tiene que dejar la escuela, obtener el primer empleo, iniciar la vida marital y tener el primer hijo durante los años de la adolescencia y la juventud según sexo del joven y la escolaridad de la madre de acuerdo a las estadísticas que combinan muchas variables al respecto.
De acuerdo a estudios oficiales, una elevada proporción de jóvenes ve limitada, a edades tempranas, sus oportunidades de bienestar como consecuencia de las características que asume la transmisión intergeneracional del capital educativo y de las oportunidades laborales; ello deriva sobre todo de las desigualdades socioeconómicas y de la asignación cultural de los roles de género en nuestra sociedad.
Una gran parte de la población de 15 a 24 años realiza alguna actividad económica, donde la relación laboral predominante entre los jóvenes es el trabajo asalariado (empleados u obreros), el cual concentra a 55.2 y 70.3 % de los hombres y las mujeres, respectivamente. En el caso de los varones le sigue el trabajo como jornalero (16.6), el trabajo sin pago (13.4) y por cuenta propia (11.2%). Por su parte, 15.2 por ciento de las mujeres que trabajan lo hacen sin pago y una de cada diez por cuenta propia.
Los datos duros dan un panorama de la vida de los jóvenes en la sociedad mexicana, donde muchas veces lo que estudias no tiene relación con las necesidades laborales del país para el logro del primer empleo, al que exigen llegues con experiencia. Las universidades ligadas al sector productivo tampoco han sido eficientes para ligar estudio con trabajo, porque la economía no crece al ritmo que demanda la población económica.
Por ello la alta tasa de jóvenes que no estudian ni trabajan dentro de la OCDE, apenas inferior a los de España, Grecia, Italia y Turquía, de manera que se convierten en potenciales miembros de la delincuencia organizada que ofrece trabajo fácil y dinero rápido y abundante con relación a los salarios que obtienen.
HALCONES O PROFESIONISTAS
Ser joven en México es sinónimo de discriminación laboral; los mejores empleos son los negocios de comida rápida extranjeros que conocemos, donde los salarios son menos que nada, o los empleos temporales con irrisorios sueldos que promueve el gobierno federal, el cual se ufana de la creación de ellos.
Los jóvenes de nuestro país constituyen una fuente de riqueza invaluable, pero también de grandes desafíos, señalan los especialistas, si participan en los cambios económicos, sociales y culturales del país, para tomar sus propias responsabilidades y decisiones incluso, en su vida reproductiva y en el combate de la desigualdad de género.
Ese es el discurso académico ideal, porque la realidad es si vendes pizzas, ayudante de mecánico, de obrero de la construcción, voceador, ambulante o algún otro empleo informal pero legal, o tienes la posibilidad de ser contratado como “halcón” con un salario garantizado de cuando menos 10 mil pesos mensuales, asistente de sicario, para luego llegar a esa posición del sicariato y tus emolumentos van creciendo de manera exponencial.
En México la educación es obligatoria hasta el nivel medio superior, pero nadie garantiza su calidad y la pertinencia económica que obtendremos con esos conocimientos si el crecimiento de la economía deja mucho que desear.
De manera que necesitamos no solo tener valores y los conocimientos profesionales necesarios para el desarrollo de una profesión en el mundo laboral, sino que tengamos una economía que crezca y que demande el trabajo de millones de jóvenes para su inserción productiva, en trabajo conjunto con los trabajadores experimentados para abrevar sus enseñanzas.
Para lograr un desarrollo con justicia y equidad, México necesita de la participación plena de sus jóvenes, y brindarles condiciones y oportunidades de vida que propicien el desarrollo pleno de sus potencialidades en el presente para que sean los que proyecten un mejor futuro económico para el país, para sus familias y generaciones y no morir con la delincuencia o ser encarcelados.
Los jóvenes viven hoy empleos precarios, embarazo adolescente creciente como en ninguna época, condiciones laborales ínfimas y fueron de los que votaron por el cambio en México por lo que esperan mucho de políticas que hagan realidad el lema de “Becarios si, Sicarios no” en el nuevo gobierno.
Mejor educación, empleos dignos y economía creciente son necesarios para hacer de México una Nación boyante en el mundo.
NUEVO CONGRESO
Los legisladores que estaban ya se fueron, algunos cambiaron de curul a escaño o viceversa, muchos ya no están ni figuran entre los personajes que tendrán en sus manos los cambios que el país necesita. En los próximos días los nuevos diputados y senadores estarán registrándose para integrar la LXIV Legislatura federal y una veintena de congresos locales con una nueva expectativa.
Pero como las fuerzas vivas del régimen no esperaban el tsunami de Morena, ahora se aferran a la última tablita para conservar sus privilegios de los que durante décadas gozaron con los gobernantes que llegaban y que no cambiaban nada de lo que ofrecían hacer, ni sacaron a las víboras prietas y tepocatas, sino que se mimetizaron junto a ellas para simplemente simular un cambio.
Por eso vemos que antes de que terminen los congresos locales, imponen a su fiscal carnal, aprueban lo improbable por los que llegarán, cambian legislación para hacerla a modo, blindan sus vetos de bolsillo para evitar la promulgación de nuevas leyes que afecten sus intereses como gobernantes, utilizan a los tribunales para ganar lo que no pudieron en las urnas y con ello tratar de minimizar los cambios que la población demanda en México.
Pero ni los Del Mazo, Yunes y demás podrán detener los cambios que se avecinan, ni los corifeos del viejo régimen podrán con sus líneas pagadas, ni sus periodistas sicarios, esconder en sus párrafos las demandas de la sociedad mexicana.
Misma que deberá cuidar que sus representantes populares y los del pacto federal, cumplan con sus responsabilidades con los mexicanos, evite el maiceo a que serán sometidos por los representantes del régimen que aún está vivo y que deberá cambiarse profunda y paulatinamente para tener un México nuevo.
Los pataleos legales del viejo régimen se definirán en este mes, a partir de septiembre debe comenzar una nueva etapa para devolverle la paz y la tranquilidad al país.
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