Homero Alonso Sánchez, académico de la FES Cuautitlán, capacita a los estudiantes con la técnica y tecnología de la ingeniería del riego para incrementar el uso racional del agua en la irrigación agrícola.”
El doctor Homero Alonso Sánchez trabaja en colaboración con sus pares académicos para racionar el uso de agua en los sembradíos de la Facultad. Fotos FES Cuautitlán. |
FES Cuautitlán / Red-Accion | Ecatepec, Méx., sábado 11 de agosto de 2018
La agricultura es una de las actividades de mayor relevancia
en nuestro país. Constituye un elemento de desarrollo que impulsa la economía,
las relaciones comerciales basadas en la exportación y la generación de
alimentos tanto para la industria como para el consumidor local.
Ante la notoria diversidad socioeconómica de México, el
incremento poblacional, la cada vez mayor demanda alimentaria, las condiciones
de desigualdad y la sobreexplotación de recursos, esta actividad enfrenta
rezagos que merman su potencial y afectan directamente al ambiente y al productor,
causas que obligan a los involucrados a razonar sobre cómo actuar de cara al
futuro.
Una respuesta se centra en la sostenibilidad de los recursos
naturales y, en este contexto, la recién implementada línea de investigación
del doctor Homero Alonso Sánchez, académico de la FES Cuautitlán, capacita a
los estudiantes con la técnica y tecnología de la ingeniería del riego para
incrementar el uso racional del agua en la irrigación agrícola.
Cuándo y cuánto, la
programación del riego por gravedad
En México se emplean dos métodos de riego, los presurizados,
que utilizan equipos de bombeo y tuberías para conducir el agua hasta la zona
de raíces de los cultivos, y el riego por gravedad, que utiliza canales y la distribuye
en la parcela a través de la superficie libre.
El RIGRAT ha demostrado entre un 10 y un 15% en el ahorro de agua. |
Sin embargo este último procedimiento, empleado en más el 90
% de la superficie agrícola, tiende al uso desmedido del recurso y a mostrar un
bajo índice de aprovechamiento a causa de pérdidas por evaporación, fugas,
percolación, entre otros.
De acuerdo con el Atlas del Agua de México del 2017 de la
CONAGUA, hay aproximadamente 6. 5 millones de hectáreas dedicadas a la
agricultura de riego, que comprenden los Distritos y Unidades de Riego. En esta
superficie se consume aproximadamente el 77 % del total del agua dulce que es
utilizada anualmente por los diferentes sectores.
Este panorama ha propiciado la búsqueda de alternativas que
contrarresten dicha problemática, como aquélla que lanzó el Gobierno Federal en
2014, el RIGRAT (Riego por Gravedad Tecnificado), un programa que fue puesto en
marcha para tecnificar y mejorar el aprovechamiento del agua en varios estados
del país mediante asesoría y equipamiento.
Por su participación en ese programa en 2014, la iniciativa
del doctor Alonso Sánchez se basa en la aplicación de los procedimientos
sistemáticos para la tecnificación del riego por gravedad, una tecnología
viable con resultados alcanzables a corto plazo.
Así, nivelando la parcela para la mejor distribución
espacial del agua y estableciendo calendarios de riego a partir de las
variables del clima, suelo y tipo de cultivo, la metodología responde al
¿cómo?, ¿cuándo? y ¿cuánto?, cuestionamientos apegados a la sustentabilidad y
eficiencia del uso del agua.
El nivelado de la parcela se realiza con el fin de que el agua se distribuya de una mejor forma. |
Para ello se realizan evaluaciones y el diseño del riego que
permiten mejorar el aprovechamiento del recurso hídrico con base en tres
principales indicadores: eficiencia de aplicación del riego, de aplicación del
requerimiento y uniformidad del proceso. Un parámetro fundamental para mejorar
las estimaciones y la programación es el coeficiente de cultivo (Kc), que
estima el consumo de agua de una planta en un lugar específico en sus etapas
fenológicas.
Esta innovación ha demostrado un incremento del 10-15 % de
la eficiencia de riego por gravedad, logrando con ello un rendimiento estimado
del 65 % en comparación con el procedimiento tradicional, que apenas alcanza la
mitad del aprovechamiento total del recurso utilizado. “Podría interpretarse
como una cifra muy baja, pero si la extrapolamos a la superficie total de riego
en México, son volúmenes extraordinarios de agua que se pueden ahorrar, lo que
impactaría significativamente en reducir la presión actual sobre este recurso”.
La metodología ya se ha implementado en la parcela siete de
Campo Cuatro, donde en colaboración con el equipo de mejoramiento de maíz
encabezado por la doctora Margarita Tadeo, académica de Ingeniería Agrícola, se
han realizado experimentos relacionados con la línea de investigación y recomendaciones
para un uso eficiente del agua.
Se espera que la técnica se extienda a todas las parcelas de
producción de la Facultad como parte de la actividad docente e investigación y
que de la mano de los ingenieros agrícolas sea llevada a cada rincón del país,
logrando con ello un impacto directo en la sociedad.
El académico trabaja en una línea que busca dar solución a la escasez de los recursos hídricos y alimentarios del país. Fotos FES Cuautitlán. |
De la academia al
campo, la misión de la Universidad
La colaboración es fundamental con Instituciones como la
Universidad Autónoma de Chapingo que encabeza al RIGRAT, ya que el reto en el
país es tecnificar la superficie que practica este método de riego. Para ello
se necesita de la convergencia de los actores del sector agrícola, y es que
esta innovación no sólo racionaliza en el aprovechamiento del agua para el
sustento de la tierra, sino que pretende superar paradigmas y convencer a los
usuarios de sus ventajas.
Aunque el escenario parece complicado debido a la renuencia
de los campesinos, el doctor Alonso Sánchez considera que los estudiantes serán
los “emisarios” que darán a conocer esta metodología. “Es un gran reto, y una
alternativa es instrumentar parcelas demostrativas e invitar a los agricultores
para que vean los beneficios”, comentó.
“Hay una gran problemática en cuanto al uso de los recursos
hídricos en el país. La población está creciendo exponencialmente, ése es el
principal factor que nos ha llevado a esta condición. Esa población demanda más
alimentos, entonces, requerimos producir más, pero no disponemos de agua para
podernos expandir. Hoy en día todos los profesionistas inmersos en el sector
agrícola debemos sumar esfuerzos y hacer todo lo posible para incrementar los
rendimientos y producir más en la misma superficie que tenemos disponible, con
menor cantidad de agua para incrementar la productividad de este recurso
vital”, concluyó.
Académicamente, representa una oportunidad para los
estudiantes, quienes a través de servicio social, prácticas profesionales y
tesis aprenderán de las últimas innovaciones en materia de ingeniería del
riego. En lo social, ambiental y económico, es una forma de contribuir con la
sociedad mediante la reducción del desperdicio de agua y la mejora de su
eficiencia. La propuesta finalmente coadyuva a la formación de especialistas
que atiendan y entiendan nuestro entorno y las exigencias del mundo de hoy en
un marco de sustentabilidad.
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