José Guadalupe Chan, Rubén Pat Cauich, Javier Enrique Rodríguez Valladares y Francisco Romero. Gráfico Red-Accion. |
Otros responsables del silenciamiento a
Por Rogelio Hernández
López*
Lunes 20 de mayo de
2019
En apenas once meses ya se acumularon en Quintana Roo cuatro
nuevos silencios, de esos que pesan más. Pudieron evitarse. Pero todo se
acomodó para la muerte.
Con datos públicos e intercambios recientes se puede hacer
un elemental análisis de riesgo que muestra las vulnerabilidades crecientes de
nuestros colegas.
Primero, es extremosa la violencia y la corrupción en la
entidad, impulsadas por las disputas de los dos grandes corporativos de la
delincuencia mayor. Ellos provocaron esa atmósfera de corrupción, muerte y
miedo que ya alcanzó a medios y periodistas. Y no parece que habrá frenos
pronto.
Hay culpa del Congreso del estado que derogó la segunda
mejor ley de protección a periodistas del país.
También del gobierno de Carlos Manuel Joaquín González que
no quiso, o no pudo, instalar un mecanismo local de protección y reacción
inmediata institucional y eficiente a pesar de peticiones de comunicadores y de
la federación.
Hay responsabilidad, por omisión, de las y los periodistas
más organizados y serios que se bifurcaron en dos grandes corrientes por filias
convenencieras y que no cesan de confrontarse. Eso aumenta la vulnerabilidad de
todas y todos.
El mecanismo de protección federal, tuvo en sus manos a dos
victimados, pero no le alcanzaron los recursos humanos ni sus protocolos para
protegerlos; tampoco tuvo la fuerza para convencer a los gobiernos del estado y
de los municipios de Cancún y Playa del Carmen para que les reforzaran la
protección cautelar.
Los colegas mismos desestimaron las medidas mínimas de
autoprotección: tres de ellos contribuyeron a una línea editorial de Playa News
alejada de los estándares éticos básicos; sabían del entorno, recibieron
amenazas, dos con alto riesgo evadieron a quienes les protegían: todos se
confiaron y, los cuatro fueron citados a lugares específicos: uno para vender
su auto y tres a bares por la noche. Acudieron. Y así, con ese mismo modo de
operación, fueron asesinados.
Hay al menos otros dos colegas en alto riesgo. Deseamos que
todo este contexto cambie y ellos atiendan los protocolos básicos de
autoprotección y tengan la solidaridad y apoyo del resto de sus colegas que
puedan eliminar el encono sectario.
Los cinco silencios
José Guadalupe Chan, reportero y coeditor del semanario
Playa News fue asesinado el 29 de junio de 2018. Le habían convocado al Bar La
Baticueva.
Rubén Pat Cauich, reportero y propietario del semanario y
portal web Playa News fue asesinado en 23 de julio de 2018 por la madrugada,
también en un bar (Arre o Psicodelia) de Playa del Carmen. Tenía medidas de
protección semi duras del mecanismo federal de protección. Se había solicitado
que las reforzarán las autoridades locales.
Javier Enrique Rodríguez Valladares, camarógrafo de Canal 10
y colaborador en otros medios, fue ultimado en una avenida de Cancún el 29 de
agosto de 2018. Había acudido a una cita probablemente para la compra venta de
su auto.
Francisco Romero, reportero de policiacas, ex colaborador de
Playa News, director reciente del muro de Facebook Ocurrió Aquí de Playa del
Carmen y colaborador de Quintana Roo Hoy, fue asesinado a golpes con remate de
un balazo en la cabeza. Según la fiscalía el dueño del periódico, Amir Ibrahim
Mohamed Alfie, le llamó a las 5:05 horas para que acudiera al Bar Gotta. Allí
encontraron su cuerpo dos horas después ese 16 de mayo. Tenía medidas de
protección muy duras por el alto riesgo que corría, pero volvió a evadir su
círculo de protección.
El semanario y portal informativo Playa News también fue
acallado desde el mes de julio de 2018.
“…La muerte es el silencio más doloroso que el mismo
silencio,” escribió Bertolt Brecht. Hay silencios que pesan más; por ejemplo,
los que derivan del acallamiento a periodistas y medios porque impide que los
otros se informen, se formen, se liberen, completaría Erich Fromm.
Responsabilidades
Graciela Machuca, reportera quintanarroense, colaboradora de
Ricardo Rocha, del diario Por Esto y directora de Mayas sin Fronteras, en su
carácter de consejera suplente del Consejo Consultivo del Mecanismo de
Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la
Secretaría de Gobernación ha estado insistiendo desde hace meses en señalar las
malas prácticas y omisiones de los poderes de Quintana Roo. Lo hizo nuevamente
el 15 de mayo, horas antes del crimen más reciente.
“La Fiscalía General del estado no da muestras de que trabaja”.
Y advirtió de otro colega en riesgo: “Ya paso un mes de la
agresión a balazos que recibió en su domicilio particular, en la ciudad de
Chetumal, el reconocido periodista Rubén Vizcaíno Aguilar. Y no ha pasado
nada”.
Tampoco se habían tomado medidas suficiente para proteger al
periodista Héctor Valdez Hernández, quien debió abandonar Tulum, apenas este 10
de mayo.
Graciela y todos los periodistas dentro y fuera de la
entidad saben que las fiscalías estatales tienen la obligación de investigar
atentados y asesinatos y que, cada vez que un crimen no se investiga ni se
castiga a los responsables materiales e intelectuales crece la impunidad, y
esto es como una invitación a quienes delinquen para que sigan actuando.
“El Congreso del Estado -señala también Graciela Machuca-
específicamente durante la XV Legislatura, por ignorancia en el tema de los
derechos humanos abrogó la Ley de Protección Integral a Personas Defensoras de
Derechos Humanos y Periodistas que obligaba a las autoridades estatales a generar
condiciones para garantizar la Libertad de Expresión y la seguridad de ambos
sectores de la población.”
Sobre las omisiones del gobierno del estado agrega la
periodista “Por ello, ahora son normales y cada día con más intensidad,
diversos agravios hacia personas trabajadoras de medios de comunicación, de
parte de servidores públicos de los gobiernos federal, estatal y municipales.
El medio ambiente de miedo que alcanza a los periodistas de
Quintana Roo lo reflejó ese mismo 15 de mayo la ex corresponsal de Televisa
Ernestina Mac Donald al reaccionar por el cuarto asesinato de colegas allá, en
menos de un año:
“Justo ayer miércoles
solicitábamos al gobernador Carlos Joaquín nos sentáramos a dialogar sobre el
tema de la seguridad para los que ejercemos el periodismo porque los tenebrosos
tentáculos nos están alcanzando a todos, sea en nuestro patrimonio, familia e
integridad física”.
De la federación cada vez más se piden mayores definiciones
y acciones. El mismo 15 de mayo, a propósito del segundo aniversario del
asesinato del reportero sinaloense Javier Valdez, representantes de medios y
periodistas en lo individual dirigieron un pronunciamiento al presidente de la
República:
“Sabemos que hay disposición de su gobierno para mantener la
protección, pero esto no es suficiente. Necesitamos ver acciones concretas a
corto plazo.
“Hasta ahora, el Mecanismo de Protección ha sido un órgano
reactivo, pero no considera la prevención como una acción fundamental para la
protección, ni tampoco cuenta con una visión integral para coordinar acciones con la propia Fiscalía,
instituciones estatales, ni federales, para llevar a cabo una política de
protección verdaderamente efectiva. Tampoco los gobiernos locales han asumido
su responsabilidad en esta materia.
“Mientras esto sucede, vemos como cada día los ataques a
periodistas se mantienen, sobre todo al interior del país… le exigimos:
“1.- Fortalecer el Mecanismo de Protección para Personas
Defensoras y Periodistas donde se brinde una atención integral a sus
beneficiarios.
“2.- Informar cuál será la política que implementará su
gobierno para acabar con la impunidad en torno a los ataques a periodistas.
“3.- Abstenerse de utilizar un discurso estigmatizante
contra medios y periodistas críticos de su gobierno.”
Y, sí, además de los asesinos intelectuales y materiales de
periodistas, otros tenemos distintos niveles de responsabilidad para disminuir
nuestras vulnerabilidades y cambiar la atmósfera de altos riesgos para frenar
las agresiones y esa vergonzosa estadística de crímenes que aumentan estos
silencios que pesan más. (rogeliohl111@gmail.com).
***
(*) Reportero desde 1977. Especializado en investigación en
Excélsior, El Universal, Milenio y otros. Dos veces Premio Nacional por el Club
de Periodistas. Autor de los libros Zócalo Rojo, Zorrilla y Sólo para
periodistas. Profesor invitado en varias universidades. En 2013 y 2015 el
Colegio de Sinaloa le concedió la Cátedra de Periodismo y Comunicación “Pablo
de Villavicencio”. Miembro fundador del Consejo Consultivo del Mecanismo de
Protección a Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas de la
Segob (2010-2014). Director fundador de Casa de los Derechos de Periodistas,
A.C. Consultor en temas de protección, leyes y políticas públicas sobre el periodismo
en la asociación periodistastrespuntocero. Consejero editorial de la revista
Zócalo y del Sistema Informativo Vía Libre.
Su columna para periodistas, Miradas de Reportero, se publica en medios
impresos y digitales de 14 entidades del país. Es autodidacta. Email:
rogeliohl111@gmail.com
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