Por Rogelio Hernández López*
Lunes 27 de mayo de 2019
Esta es una asesoría pública -no pedida-, para los
responsables de la comunicación social en el Ejecutivo Federal y para colegas
periodistas interesados en hallar salidas a las disrupciones actuales del
sistema mexicano de comunicación política.
Me enfoco en una alternativa contra el desempleo,
probablemente el problema más ingente entre nosotros los periodistas, por su
impacto e injusticia social.
Primero el contexto. La teoría del caos encontró aplicación
plena en apenas medio año en las relaciones prensa gobierno. Hace crisis por
varios lados y algunas las agudiza el poderoso líder del Ejecutivo Federal.
El presidente, al parecer sí sabe cuáles son los
“atractores”, en comunicación política para crear un nuevo régimen, el más
visible es su objetivo de quebrar el corrupto sistema de conveniencias mutuas
entre el poder político y el poder económico. Pero yerra en las soluciones.
El manoseo de datos incompletos e imprecisos sobre
corrupción que salen desde la Presidencia contra personas, sin referir a los corporativos
y grandes empresas, discrimina, criminaliza socialmente y pone más riesgos a la
integridad física de los señalados, también atiza el desconcierto de otros
actores, nuevos desequilibrios políticos, abre otros frentes de confrontación y
acumula adversarios en el hipersensible campo de la comunicación.
Lo caótico es que no hay indicios de que tengan alternativas
distintas a la reasignación del gasto público en publicidad, ni comienzan la construcción de otras
propuestas ni de consensos con nuevos aliados para la comunicación política
gubernamental.
La ruptura de equilibrios sin nuevos polos de orden, es el
caos. Lo saben los pocos académicos y políticos experimentados dentro del
gabinete federal. El desconcierto crece por desconocimiento de los operadores
de las varias crisis empalmadas en el sistema de comunicación social, de su
complejidad y de la presencia de otros actores que podrían ser aliados.
En ese marco es dable considerar el impulso a la Prensa no
Lucrativa como una de las alternativas necesarias al caos.
Nuestro desempleo,
problema social
Sin exageración se cuentan por miles a las y los periodistas
experimentados, en todo el país que deambulan entre el desempleo abierto y el
subempleo. Muy probablemente también sean más de 4 mil los intentos por tener
un espacio digital tipo periodístico para conseguir el ingreso mínimo para
subsistir y la mayoría sin éxito.
Al crearse cientos de mini empresas se formó un actor nuevo
que no ha podido instalarse en el mercado de la información de interés público,
porque es poco aceptado, muy frágil y vulnerable debido a que aún no conforma
un modelo de negocio alternativo para competir con los grandes corporativos de
la comunicación y algunas empresas consolidadas.
En todos los intentos recientes de posesionar sus marcas
como medios, hay impresos, sitios web, canales en internet, muros en Facebook,
alimentados por una persona, a veces 2 y en ocasiones llegan a 20.
Este fenómeno relativamente nuevo tiene varios defectos: no
siempre se generan contenidos propios de interés social por falta de recursos
monetarios o de capacidad profesional. Son demasiados los que permanecen
“pegando” contenidos de otros y con frecuencia plagiando descaradamente y lo
peor es que las redes sociales se plagaron de espontáneos ignorantes de la
ética mínima del periodismo.
Literalmente hay filas en las oficinas de comunicación
social de municipios y estados de quienes buscan que les compren algún espacio
de publicidad; los menos exploran en el sector privado: industrias, comercios y
otras empresas para lograr clientes pero fracasan reiteradamente porque no
garantizan una cobertura mínima (alcance de públicos) ni diferenciación de su
medio frente a otros.
Un movimiento de
respuesta
En este medio ambiente generado por las crisis empalmadas
del modelo de comunicación de prensa mexicano, en distintos puntos concéntricos
de buscan fórmulas para aliarse y encontrar alternativas: enlaces de decenas de
medios para publicar investigaciones, cofradías para buscar entre varios ser
considerados para publicidad, empadronarse en las listas oficiales pero se
topan con requisitos muchas veces incumplibles, unirse para intentar competir
con los industrializados pero haciendo periodismo de investigación.
Todo lo anterior explica en parte un fenómeno que se inició
el 18 de mayo. A una incitación informal en Facebook en cinco días se nuclearon
voluntariamente más de cien periodistas desempleados, subempleados, periodistas
propietarios de impresos modestos y muchos medios digitales. Así se inició un
movimiento plural que se denominó Prensa no lucrativa. Buscan periodistas
profesionales que quieran ser o estar en empresas pequeñas sin fines de lucro y
funcionar como códigos de ética para democratizar la información.
El propósito central de este incipiente movimiento es lograr
un marco jurídico que reconozca la existencia de medios pequeños como sujetos
mercantiles, sin tantos requisitos como se ponen a las empresas lucrativas y
también con la personalidad jurídica de “actividad de interés público sin fines
lucrativos”.
Una meta inmediata será lograr que esas dos figuras, la
social y la mercantil (medios no lucrativo de interés público) se inserten en
las discusiones de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión para la Ley
General de Comunicación Social.
Ese incipiente movimiento de Prensa no lucrativa podría
crecer y, con la fuerza suficiente, alcanzar esas metas para convertirse en una
alternativa de autoempleo para tanto cesante y empresas nuevas con poco futuro,
también como un nuevo actor en el mercado de la publicidad que reste la
preponderancia de los corporativos y para democratización de la información.
Veremos.
Caso de éxito
Son muy pocos los casos de empresas pequeñas que a pesar de
las dificultades y exceso de requisitos actuales han logrado un modelo exitoso
y que puede ser ejemplo para otras muchas que vengan.
Un caso. En Pachuca Hidalgo se puede observar una pequeña
empresa con dos ramas que logra alcanzar a más de 4 mil personas al día a las
que otros no llegan, con información que ni los medios nacionales ni locales
consiguen, información bien tratada y presentada profesionalmente.
Sus directores y propietarios son ex corresponsales de El
Financiero y La Jornada, Alberto Witvrun y Carlos Camacho y a su esfuerzo le
llaman sistema informativo Vía Libre.
El primero dirige la producción diaria de una manteleta
informativa impresa de nombre Sobremesa, que se distribuye muy temprano en
restaurantes, cafeterías, expendios de pastes y sitios parecidos; también es
responsable del diario meridiano Vía
Libre, impreso a color, con 8 páginas en tamaño carta y que se distribuye
gratuitamente en zonas de educación media y superior, tiendas de conveniencia y
puntos de concentración de personas.
Por su parte Carlos Camacho dirige el semanario Vía Libre, con portada y medio pliego a
color, 32 páginas, con una línea editorial de información general pero con
investigaciones, entrevistas y columnas de temas y personajes políticos de la
entidad. El diario y el semanario tienen sitios web con el mismo nombre y son
también harto visitados. Entre ambos tienen como empleados fijos a no más de 20
personas y tienen también un programa de radio con ese nombre en una estación
muy popular.
“Cuando iniciamos, dice Alberto Witvrun, nuestras decisiones
más importantes fueron manejar más el criterio periodístico de cercanía, esto
es la información hiperlocal, pero también la estatal con el ángulo directo y
explicado para los públicos que otros no buscan. Muy pocas veces manejamos
información nacional o internacional. Eso lo hacen los demás.
“En materia de ingresos hemos buscado equilibrio, alternando
espacios para comercios, productos, servicios y, por supuesto del sector
público sin depender de una sola dependencia porque son alcaldías, congreso
local, partidos y organizaciones. Para lo que sigue de 2019, que se complicó
para todos, nosotros estamos actualizando los requisitos para acreditarnos como
proveedores de la federación del estado, los derechos de autor, el registro en
Hacienda, etcétera. Y también buscamos como innovar contenidos. A pesar de
todo, sí se puede”, explica Witvrun.
Periodismo profesional, una manteleta, un meridiano
gratuito, un semanario, dos sitios web y escuela en la práctica para decenas de
jóvenes reporteros y editores. Es un caso de éxito.
“Nosotros podemos ayudar al movimiento de Prensa no
lucrativa explicando cómo armamos nuestro modelo” ofrece el periodista
hidalguense. (rogeliohl111@gmail.com)
***
(*) Reportero desde 1977. Especializado en investigación en
Excélsior, El Universal, Milenio y otros. Dos veces Premio Nacional por el Club
de Periodistas. Autor de los libros Zócalo Rojo, Zorrilla y Sólo para
periodistas. Profesor invitado en varias universidades. En 2013 y 2015 el
Colegio de Sinaloa le concedió la Cátedra de Periodismo y Comunicación “Pablo
de Villavicencio”. Miembro fundador del Consejo Consultivo del Mecanismo de
Protección a Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas de la
Segob (2010-2014). Director fundador de Casa de los Derechos de Periodistas,
A.C. Consultor en temas de protección, leyes y políticas públicas sobre el
periodismo en la asociación periodistastrespuntocero. Consejero editorial de la
revista Zócalo y del Sistema Informativo Vía Libre. Su columna para periodistas, Miradas de
Reportero, se publica en medios impresos y digitales de 14 entidades del país.
Es autodidacta. Email: rogeliohl111@gmail.com
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