* El caso del
asesinato de su hija a manos de su cónyuge el 28 de junio de 2010 en el
municipio de Chimalhuacán, en la incertidumbre Irinea Buendía lo convertiría en histórico
-sin que ello fuera un fin-, al lograr llevarlo a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (Primera Sala, 2013), con todo y la negativa de las
autoridades del Estado de México de acatar la sentencia de la Corte para investigar
la muerte de Mariana Lima Buendía como feminicidio; finalmente así fue emitida
la sentencia por la Corte en agosto de 2015 y se convirtió en el primer
feminicidio en el país que llegó a la SCJN, logro en el cual estuvo siempre acompañada
del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF); hasta la fecha,
después de nueve años, reitera con firmeza lo que siempre ha dicho: Justicia. La
entrega de este día, de la gaceta semanal digital de la Red Todos los Derechos
para Todas y Todos, Red TDT, publica su mensaje del 29 de mayo pasado con
motivo de una iniciativa de Spotlight en beneficio de los derechos humanos. La
Redacción.
Irinea Buendía. Foto RTDT. |
Publicado en 29 mayo, 2019
Discurso de la señora Irinea Buendía en el
lanzamiento de la Iniciativa Spotlight
lanzamiento de la Iniciativa Spotlight
impulsada por la Unión Europea, ONU
y el Gobierno de México
y el Gobierno de México
Lo único que pedimos es justicia: Irinea Buendía, madre de
Mariana Lima, joven víctima de feminicidio en 2010, a manos de su esposo, un
policía judicial del EDOMEX. Ciudad de México a 29 de mayo de 2019.
Agradezco la invitación, saludo y reconozco a todas las
personas del Presidium, al Director General de Cooperación Internacional y
Desarrollo de la Unión Europea, a la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, y a la
Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, a todas y todos los presentes.
Hace nueve años, cuando recibí la noticia del feminicidio de
mi hija Mariana Lima Buendía, mi vida cambió para siempre. Nunca me imaginé que
enfrentaría un dolor tan grande y sobre todo: no imaginé que acceder a la
justicia en México nos costará casi la vida.
Como familiares de víctimas, además del dolor que llevamos a
cuestas, enfrentamos la pérdida irreparable de nuestras hijas, y que aún
después de ser asesinadas, la complicidad entre las autoridades y los asesinos,
llega a tal grado que buscan imponer y hacernos creer que fueron ellas mismas
quienes se suicidaron.
Somos las madres y nuestras familias, quienes además de
víctimas transgredimos el dolor para convertirnos en investigadoras, en
activistas y defensoras.
Es tan obvia la falta de perspectiva de género en las investigaciones que la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en la sentencia “Mariana Lima Buendía”, estableció como criterio fundamental que: “Toda muerte violenta de mujeres debe ser investigada de inicio con perspectiva de género para acreditar si es un feminicidio”. Es ahí donde se materializó una parte de nuestra lucha, sin embargo, a pesar de esa sentencia histórica, los vicios y los vacíos siguen existiendo.
Es tan obvia la falta de perspectiva de género en las investigaciones que la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en la sentencia “Mariana Lima Buendía”, estableció como criterio fundamental que: “Toda muerte violenta de mujeres debe ser investigada de inicio con perspectiva de género para acreditar si es un feminicidio”. Es ahí donde se materializó una parte de nuestra lucha, sin embargo, a pesar de esa sentencia histórica, los vicios y los vacíos siguen existiendo.
En el caso de mi hija como en el de otras jóvenes, los obstáculos para acceder a la justicia son inagotables. La falta de voluntad política mantiene a la impunidad como la reina imperante de la violencia feminicida en México.
La falta de perspectiva de género en las investigaciones
hace que difícilmente logremos que se acredite el delito como feminicidio, pero
aún iniciándose como tal, los datos nos dicen que son pocas las sentencias como
feminicidio en nuestro país, del 2012 al 2016 solo se emitieron a nivel
nacional 304 sentencias por feminicidio, sin determinar si estas fueron o no
condenatorias. No existe una debida diligencia y eso deriva también en la
revictimización de nuestras hijas y de nuestras familias.
A pesar de que en México contamos con leyes de vanguardia:
la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la Ley
General de Víctimas, entre otras, todo queda en el papel. El discurso es bonito
pero en realidad, los resultados son mínimos.
Cuando me tocó comenzar a caminar en este peregrinar, eran 5
o 6 mujeres las que se asesinaban al día. Casi una década después, los
proyectos de vida que se truncan son los de 9 o 10 mujeres por día. Las propias
cifras son una respuesta de que las acciones y políticas públicas son
insuficientes y hasta la fecha han sido ineficaces.
Aunado a ello, lejos de mirar nuestro actuar como una
contribución en la construcción de un sistema democrático y de un Estado de
Derecho, son las propias autoridades las que deslegitiman nuestra labor, y
muchas veces quienes nos agreden, denostan y hostigan para intentar acallar
nuestra voz. Eso muchas veces nos hace perder la confianza en las propias
autoridades, porque lejos de garantizarnos nuestra seguridad, son ellos mismos
quienes nos agreden.
Las organizaciones de la sociedad civil y defensoras de
derechos humanos, son quienes nos creen, nos escuchan y quienes comparten el
compromiso para que las mujeres y niñas accedan verdaderamente a la justicia, y
su muerte no sea un número más en un país donde todo pasa y no pasa nada. En lo
personal agradezco al Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, quienes
me creyeron, me acompañaron y posicionaron el caso de mi hija Mariana Lima
Buendía, hasta lograr la sentencia histórica de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación y hasta el momento que se encuentra en el proceso.
Ante esta emergencia nacional iniciativas como Spotlight son
una bocanada de aire fresco, una esperanza que conjunta los esfuerzos del
gobierno, la cooperación internacional, los organismos internacionales de
derechos humanos y esperemos que vaya muy de la mano con las víctimas y con las
organizaciones de la sociedad civil, cuyo papel es fundamental para erradicar
de raíz problemáticas que impactan de manera negativa en nuestras sociedades,
como lo es el feminicidio y todos los tipos de violencia contra las mujeres.
El diagnóstico está hecho, el propio Comité CEDAW y el
Examen Periódico Universal a México han sido puntuales con sus recomendaciones,
que de seguirlas al pie de la letra, el panorama sería otro. La capacitación a
las y los servidores públicos, la incorporación de las sentencias, en
particular la sentencia de Mariana Lima, las investigaciones prontas y
expeditas, son solo algunas acciones que pueden iniciarse a partir de la
voluntad política de las autoridades.
Es tiempo de aprovechar todo lo que como familiares,
organizaciones, defensoras y autoridades hemos avanzado, sino vamos de la mano
entonces ¿de quién nos agarramos? nosotros podemos seguir y seguiremos en pie
de lucha, los organismos internacionales podrán presentar estas y otras
iniciativas, pero al final son las autoridades de todos los niveles de gobierno
quienes tienen que implementar las acciones de atención, prevención y sanción
para poner un freno a la impunidad y sancionar a las personas responsables.
Las familias de víctimas lo único que queremos es justicia,
la vida de nuestras hijas jamás nos la regresarán por lo que es la justicia lo
mínimo a lo que aspiramos y a lo que tenemos derecho. Los impactos en nuestra
salud, en nuestra economía, son más de los que imaginamos, con eso batallamos
todos los días y lo seguiremos haciendo hasta el último suspiro. Hasta
acariciar la mano de la justicia !Justicia y justicia! Por ellas, por nosotras
y por las que continúan nuestros pasos.
!Ni una más!
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