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El 7 de junio era y es una fecha infamante. Su
inercia sigue.
resaltar a
periodistas militantes
Por Rogelio Hernández
López*
Lunes 10 de junio de 2019
Como dicen los cronistas deportivos: esa jugada no la
veíamos venir. Nos falló el cálculo a varios periodistas este 7 de junio.
Algunos suponíamos sinceramente, que por ser esta la primera vez que le toca a
López Obrador desentendería esa fecha infame y así ayudaría a desarraigarla de
las efemérides nacionales. Pero no.
El presidente de la República rescató la fecha, le cambió de
nombre, encabezó otro tipo de ceremonia, la hicieron al aire libre, sin
empresarios ni organizaciones de periodistas, designó a un escritor para el
mensaje central y éste exaltó a dos políticos periodistas del periodo de la
reforma en México: Francisco Zarco y Paulino Martínez. Nuevo significado para
una fecha vieja: periodismo militante.
La fecha infame
Una corriente de colegas hemos hecho esfuerzos por disociar
al 7 de junio como el día de la libertad de expresión en México. La significancia de esta fecha todavía no
desaparecido, representa al sistema de conveniencias mutuas entre políticos en
el poder y dueños de los grandes medios de comunicación; esa alianza provocó
que durante 67 años los grandes empresarios de la prensa fuesen acotando a sus
intereses los flujos y el sentido de la información de interés público a cambio
de libertad y privilegios, lo que también restó posibilidades de desarrollo a
medios alternativos y vulnerabilizó a periodistas.
El 7 de junio era y es una fecha infamante. Su inercia
sigue. En algún momento, con ayuda de colegas en cada entidad del país,
podremos informar lo arraigado de tal fecha: de cuántos gobernadores, alcaldes,
partidos, legisladores de todas las corrientes siguen promoviendo comidas,
ceremonias, patrocinando entregas de premios para quedar bien con propietarios
de medios y periodistas afines; algunos reparten dinero en efectivo a los
“pobres reporteros”. Unos y otros son muchos todavía. Estas inercias siguen
oliendo a concubinato y a corrupción.
Las cuatro fechas
Esta columna para colegas ha referido constantemente el
desconcierto amplio que persiste en todo el país por las cuatro fechas en las
que se pondera al periodismo como “una actividad necesaria para la democracia”.
Repasemos:
El 4 de enero, es el “día del periodista” que inventó
Enrique Peña Nieto cuando gobernador del Estado de México y luego trató de
meterlo a la agenda nacional, ya como presidente, pero sin decreto alguno y
menos sin consenso.
El 3 de mayo, “día de la libertad de prensa”, que todavía no
se asienta en México a pesar de que lo proclamó Mundial la Asamblea General de
las Naciones Unidas Unesco en 1993. Esa libertad –de acuerdo con la declaración
original de la Unesco-- es la piedra angular de las sociedades democráticas.
El 7 de junio, “día de la libertad de expresión”. En 1951 el
presidente Miguel Alemán Valdés aceptó una invitación de los empresarios de los
medios organizados a una reunión de agradecimiento por “hacer posible la
libertad de prensa”. Al año siguiente el día quedó institucionalizado. Carlos
Salinas de Gortari comenzó a desacralizarlo, se suspendieron las comidas
anuales, restringió algunas prebendas, pero continuó la inercia que facilitó
desde el poder político el desarrollo de los corporativos mediáticos en detrimento
de la libertad de circulación de la información y dificultó el posicionamiento
de la etapa profesionalista de los periodistas.
La otra fecha es el 30 de mayo. Desde el primer aniversario
del asesinato del columnista Manuel Buendía Tellezgirón una corriente de
periodistas democráticos inició la tradición de acudir a la plaza Zarco de la
Ciudad de México para hacer recuentos las vulnerabilidades y agravios a
periodistas y al periodismo de vocación social. Han solicitado la
institucionalidad de los 30 de mayo como el día del periodista en México y de
la plazuela con ese nombre.
El nuevo símbolo
Por todo lo anterior fue sorpresivo para algunos lo que
ocurrió en la Presidencia de la República cuando no esperábamos rememoración
oficial. Desde la conferencia mañanera López Obrador insertó la fecha y anunció
su acto posterior.
“Hoy, por ejemplo -añadió cuando hablaba otro tema- es un día especial porque hoy se conmemora el Día de la Libertad de Expresión, libertad de prensa.
“Hoy, por ejemplo -añadió cuando hablaba otro tema- es un día especial porque hoy se conmemora el Día de la Libertad de Expresión, libertad de prensa.
“Hoy yo voy, terminando este acto, a develar una placa de un
periodista, Paulino Martínez, un periodista ejemplar, casi desconocido, pero
muy importante, que luchó desde la época de la Reforma, enfrentó al porfiriato,
incluso antes que los Flores Magón tuvo que huir del país, se fue a refugiar a
Laredo, allá siguió luchando con otros revolucionarios.
“Él siempre escribiendo, es como el decano del periodismo en
todo un periodo, desde la Reforma a la Revolución, luego forma parte del
Partido Liberal Mexicano, del movimiento antirreeleccionista con Madero,
considera que no se están cumpliendo las promesas que se hicieron con el pueblo
una vez que se triunfó y se desliga (…).
“Luego de eso ayuda en el movimiento zapatista, es el
representante de Zapata en la convención de Aguascalientes, él es el que
encabeza a los zapatistas que van a reunirse con los villistas y con otras
fuerzas en Aguascalientes.”
Y casi al final de la conferencia añadió
“Y hoy, que es Día de la Libertad de Expresión, que además
retomamos lo que dice la compañera, que vamos a respetar siempre a los
periodistas y buscar que puedan trabajar y llevar a cabo su profesión, su
oficio, con libertad, con dignidad. Ese es un propósito, mínimo que no haya
persecución, que puedan vivir libres de miedos y de temores, que no se les
agreda. Todo esto es el compromiso que se está haciendo con este propósito.
El mensaje
A un lado de la Plaza de Santo Domingo, sobre la callejuela
que da acceso al Centro Cultural del México Contemporáneo en la Ciudad de
México, este presidente hizo su primer acto por el 7 de junio, acto que en
comunicados y el sitio web oficial le llamaron “Conmemoración del Día de la
Libertad de Prensa” (ya no de Libertad de Expresión, porque se entiende que
este es un derecho para todos los ciudadanos).
En el presídium no había empresarios de medios ni
periodistas que crean opinión, como antes. Si estaban los secretarios de
Gobernación, de Educación, la esposa del Presidente, la jefa de Gobierno de la
Ciudad, el dirigente del SNTE, la bisnieta de Paulino Martínez, los periodistas
Jesús Ramírez Cuevas, Jenaro Villamil y el escritor Paco Ignacio Taibo (PIT-II).
Frente a un centenar de gente plural, bajo la luz solar se
develó una placa para Paulino, el político militante liberal y luego de la
Revolución Mexicana que eligió como arma escribir relatos y opinión en medios
de prensa de su tiempo.
Taibo hizo el mensaje central y sin guion decidió dedicarlo
a Francisco Zarco, otro político destacado del movimiento de la Reforma y de
quien los libros de texto y enciclopedias reflejan como “periodista,
historiador mexicano, miembro del Congreso Constituyente de 1856 y escritor
liberal de la Reforma. Su labor periodística tuvo gran trascendencia y
singularidad en la prensa mexicana, y por ella sufrió posteriormente
persecuciones y prisión” (Wikipedia).
7 de Junio de 2019. El círculo cercano presidencial decidió
retomar la fecha para crear otra significancia: reivindicar a periodistas
militantes, perfil en que se ubican hoy Jenaro, Jesús, Paco, ahí presentes con
toda intención. Símbolo que refleja la aspiración política de fomentar una
corriente periodística comprometida con un proyecto de país y que se desgaje de
quienes creen todavía o utilizan el modelo occidental de que el periodista debe
ser libre de militancia política para poder criticar al “príncipe”, aunque, en
los hechos se han alineado con ideologías o partidos.
En esa intención, la de crear un medio ambiente para que
periodistas reconozcan su orientación política y militen por ella, se ubican
las palabras del presidente en Palacio Nacional: “refrendo mi compromiso de
garantizar la libertad de expresión, que nadie sea perseguido, que no haya
censura. Sí polémica, sí debate, pero con respeto a todas las expresiones”. (rogeliohl111@gmail.com)
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(*) Reportero desde 1977. Especializado en investigación en
Excélsior, El Universal, Milenio y otros. Dos veces Premio Nacional por el Club
de Periodistas. Autor de los libros Zócalo Rojo, Zorrilla y Sólo para
periodistas. Profesor invitado en varias universidades. En 2013 y 2015 el
Colegio de Sinaloa le concedió la Cátedra de Periodismo y Comunicación “Pablo
de Villavicencio”. Miembro fundador del Consejo Consultivo del Mecanismo de
Protección a Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas de la
Segob (2010-2014). Director fundador de Casa de los Derechos de Periodistas,
A.C. Consultor en temas de protección, leyes y políticas públicas sobre el
periodismo en la asociación periodistastrespuntocero. Consejero editorial de la
revista Zócalo y del Sistema Informativo Vía Libre. Su columna para periodistas, Miradas de
Reportero, se publica en medios impresos y digitales de 14 entidades del país.
Es autodidacta. Email: rogeliohl111@gmail.com
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