* El punto de acuerdo promovido por el legislador Max Correa
Hernández -y presentado por su compañera de bancada Nancy Nápoles- advierte que
el convenio UPOV 91 promueve la privatización de plantas alimenticias,
medicinales o silvestres, incluso las variedades campesinas, indígenas o
comunitarias producidas y mejoradas con conocimiento milenario
Red-Accion | Estado de México, Méx., jueves 13 de junio de
2019
Para evitar que la agricultura mexicana entre a un proceso
de privatización y monopolización de semillas y variedades vegetales, la comisión
permanente del Congreso del Estado de México aprobó exhortar al Senado de la
República y a la Secretaría de Relaciones Exteriores para que no suscriban el
acta de la Unión Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales UPOV
91, también conocida como “ley Monsanto”.
Asimismo, exhortaron a los integrantes de la LXIV
Legislatura Federal a desechar la iniciativa que reforma y adiciona diversas
disposiciones de la Ley Federal de Variedades Vegetales presentada el pasado 19
de febrero por el diputado Eraclio Rodríguez Gómez, porque limita el uso e
intercambio de semillas por parte de agricultores, como ha sucedido de manera
milenaria.
La propuesta del diputado Max Correa Hernández, que fue
presentada por su compañero de bancada, Nancy Nápoles Pacheco, advierte que la
nueva versión del Tratado de Libre Comercio, ahora Tratado-México-Estados
Unidos-Canadá (T-MEC), obliga a México a entrar al convenio UPOV 91, el cual es
una ley que despoja de la riqueza ancestral a los campesinos y a los mexicanos
para que las empresas transnacionales se adueñen y privaticen la diversidad
genética del país.
La propuesta del diputado Max Correa Hernández, que fue presentada por su compañero de bancada, Nancy Nápoles Pacheco. Fotos Red-Accion. |
“La ley Monsanto ha significado en otros países aceptar
legalmente la propiedad sobre los cultivos mediante patentes vegetales
denominados ‘Derechos del Obtentor’, es decir, para la reproducción o
multiplicación de lo que denominan “variedad protegida” se requerirá una
autorización para la siembra, cultivo, posesión, venta o cualquier forma de
comercialización, importación, exportación o acción que involucre su manejo.
Tras señalar que de acuerdo con el Atlas de la agroindustria
2019, las trasnacionales que dominan el mercado de las semillas son Monsanto,
DuPont-Pioneer y el Grupo ABCD que se conforma por Archer Daniels, Midland
Bunge, Cargill y la Louis Dreyfus Company, la diputada de Morena dijo que la
UPOV 91 promueve la privatización de toda serie de plantas alimenticias,
medicinales o silvestres, incluso las variedades campesinas, indígenas o
comunitarias producidas y mejoradas con conocimiento milenario.
El punto de acuerdo propuesto por el legislador Max Correa,
también coordinador nacional de la Central Campesina Cardenista (CCC), resalta
que otro peligro para el campo mexicano y los productores agrícolas es la
iniciativa que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley Federal de
Variedades Vegetales, que fue presentada el pasado 19 de febrero, y turnada a
la Comisión de Desarrollo y Conservación Rural, Agrícola y Autosuficiencia
Alimentaria.
“La redacción de dicha iniciativa limita el uso e
intercambio de semillas por parte de agricultores, lo que afecta directamente a
la diversidad genética; y en caso de que se contaminen los maíces nativos por
híbridos patentados, otorgarían el derecho de propiedad a los dueños de las
patentes y se criminalizaría a nuestros indígenas y campesinos que las
obtuvieron por procesos naturales de polinización”.
En ese sentido, agrega que en la Cuarta Transformación la
política de relaciones exteriores del Estado Mexicano deberá ser puesta a
consulta previa, libre, informada, de buena fe y culturalmente adecuada al
Pueblo, sobre todo en lo que tiene que ver con los bienes nacionales, dejando
atrás la costumbre oligarca y neoliberal de gobiernos pasados de aprobar
tratados y convenios internacionales de tipo entreguista.
Finalmente, recordó que este año dedicado al General
Emiliano Zapata, no se debe permitir institucionalizar instrumentos
neoliberales que despojan a los campesinos y los mexicanos de nuestras semillas
y variedades: “Para lograr la autosuficiencia y soberanía alimentaria en los principales
granos de consumo en el país, es necesario fortalecer e incentivar el uso de
variedades mejoradas y nativas desarrolladas por los propios productores y
campesinos, fortalecidos por las instituciones públicas del sector agrícola,
con capacitación y seguimiento de la academia y centros nacionales de
investigación”.
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