Por Elios Edmundo
Pérez Márquez
Sábado 6 de julio de 2019
A la memoria de don Anselmo
Magaña Martínez.
Para 1987, a pesar de contar con el apoyo de varios
Partidos, nadie creía que Cuauhtémoc Cárdenas pudiera ganar la elección
presidencial de 1988 pero, después del proceso, nadie creyó en el triunfo de
Carlos Salinas de Gortari.
Sin embargo, el
triunfo del Frente Democrático Nacional no se pudo demostrar, debido a que no
contábamos con las Actas de Cómputo y Escrutinio. Sí. En aquel entonces, los
partidos que integraban el Frente, no nombraron suficientes representantes que
vigilaran las casillas y obligaran a que se respetara el voto ciudadano.
Tengo muy
presente aquel 6 de julio de 1988, por dos cosas: una porque, aunque no contaba
para él, voté por Heberto Castillo, candidato del Partido Mexicano Socialista
(PMS), quien, unas semanas antes, declinó a favor de Cuauhtémoc Cárdenas y
metió en un brete al malvado PRI y a su candidato de infausta memoria.
La otra es que,
después de las seis tarde, el inolvidable don Anselmo Magaña (qepd), y yo,
permanecimos afuera de una de las casillas instaladas en la colonia Viveros
Xalostoc y, a través de la reja, observamos el conteo de votos.
Tanto don Anselmo
como yo, nos llenamos de asombro al ver que, los funcionarios de casilla,
separaban los votos, por Partido y, evidentemente, los votos por Cárdenas, eran
muchos más, ya que contaba con el apoyo del PFCRN, PARM, PPS y PMS; de tal
suerte que, al contarlos y sumarlos, dieron como resultado 367, mientras que,
para el PRI, sólo fueron 83.
Era una situación
inédita, imposible de creer; más para don Anselmo que para mí, pues él era
candidato del PMS a Diputado Federal, en ese Distrito Electoral.
Cabe señalar que
no ganó, pero en su Distrito fue donde el PMS obtuvo la mayor votación; algo
que resultaba importante, ya que el PMS era el Partido que le daba seriedad y
dignidad al triunfo de Cárdenas, pues los otros (PFCRN, PPS y PARM), eran
Partidos de risa, satélites del PRI que, después, enseñarían el cobre y
dejarían una nefasta herencia, que pervive hasta nuestros días.
A la medianoche,
luego de conocer los resultados que llegaron al Consejo Distrital Electoral,
don Anselmo Magaña, hombre de izquierda, héroe de mil batallas, pemetista
forjado en la lucha sindical, nos invitó a recorrer las calles cercanas y, un
nutrido grupo de militantes del PMS, R-Cs, R-Gs, y uno que otro vecino
noctámbulo, salimos a recorrer las calles, a gritar nuestra alegría y proclamar
la victoria de Cuauhtémoc Cárdenas.
Después vino el
fraude, la caída del sistema, las marchas multitudinarias, la protesta…y el
nacimiento del PRD, pero eso es otra historia.
eliosedmundo@hotmail.
R/e.
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