Sigamos tanteando la ética del periodismo en los estados (II)
Por Rogelio Hernández
López*
Lunes 29 de julio de
2019
A las y los colegas que sinceramente evalúan la ética del
periodismo en sus localidades les interesará conocer algunos de los resultados
que obtuvo María Grisel Salazar Rebolledo, investigadora del Centro de
Investigación y Docencia Económica (CIDE) en su estudio: Mercados,
audiencias y contenidos en la prensa estatal mexicana.
Allí se deriva que, con poquísimas excepciones, la mayoría
de los periódicos impresos de los estados (incluidos sus sitios web) adoptó un
patrón de conducta militante y clientelar con el poder político,
incluidos los editados por corporativos que representan casi el 30 por ciento
de los registrados; otra singularidad de ese modelo es la existencia de un
sinnúmero de medios “fantasmas”, impulsados por los políticos.
Con ese tipo de conducta, la mayoría ofrece mal servicio
profesional en sus contenidos periodísticos por la autocensura, la preferencia
por las declaraciones, la escasez de críticas y de investigación, el bajo
profesionalismo general que viola otras pautas deontológicas y los pocos
esfuerzos por elevar sus tirajes refleja también el estudio del CIDE.
En resumen, su distancia con la ética profesional ha sido
muy grande, comenta este reportero.
En la columna anterior presenté los problemas éticos
principales del periodismo en América Latina, en Argentina y en Uruguay. Para
el periodismo mexicano son escasos los estudios similares por falta de datos y
de investigadores rigurosos. (http://bit.ly/30ZPrkq).
De ahí la importancia del trabajo de Salazar Rebolledo quien
precisa en su reporte que “datos tan básicos como la concentración de los
mercados, el tipo de financiamiento, las estructuras de propiedad, los patrones
y actitudes de consumo son difíciles de recopilar”. Los resultados de su
investigación para el CIDE fueron autorizados para su difusión en julio de
2017.
Pocas excepciones
Desde su resumen inicial la investigadora resalta algunas de
las excepciones del patrón de conducta generalizado. Refiere a ocho impresos
que “impulsaron un nuevo modelo de hacer periodismo”. (que abrieron) espacios a
candidatos opositores, desafiando intentos de control político porque tenían
bases económicas sólidas, ancladas en sus comunidades”:
Refiere a El Diario de Yucatán, El Norte de Monterrey, A.M.
de Guanajuato, El Siglo de Torreón, Noroeste de Sinaloa, El Mañana de Tamaulipas,
Siglo 21 de Jalisco y Zeta semanario de Tijuana. Nada más. No exploró
periódicos nativos de lo digital, que ya para entonces se registraban por
decenas.
Concentración y fantasmas
De los datos verificables cita: “Según el Padrón Nacional de
Medios Impresos (PNMI) existen 320 publicaciones diarias estatales”; pero
aclara que hay recopilaciones empíricas y notas periodísticas para aseverar
“que en varios estados hay una abundancia de diarios “fantasma”, financiados
oficialmente, aunque de bajo tiraje”.
De la concentración en corporativos refiere que
aproximadamente la mitad de los mercados de periódicos estatales se encuentra
altamente concentrado en pocos competidores y estos suelen tener mayor tiraje y
por ello más presencia en las prensas estatales:
“Destaca la Organización Editorial Mexicana (OEM), que edita
el 20 por ciento de los diarios estatales (61), que cubren 23 distintos estados
del país.
“Milenio, con ocho diarios en ocho estados, es el lejano
segundo grupo en importancia; … después viene Reforma con seis publicaciones, y
Demos, que edita La Jornada en sus seis distintas versiones estatales…” todos
ellos siguiendo el modelo de “franquicia”.
“Grupo Sipse publica tres diarios en los estados de la
península de Yucatán; Arróniz y Nuestra América son las siguientes casas en
importancia, que editan tres y dos diarios respectivamente.
El clientelismo
María Grisel Salazar Rebolledo perfila también la paradoja
de la abundancia de los diarios sin lectores y lectores sin diarios “La
abundancia de diarios de baja circulación y la concentración de los mercados en
pocas manos.
“…la sobrevivencia de los medios en mercados tan
fragmentados y desvinculados de los lectores sólo puede explicarse a partir de
lealtades” asegura. “Eso perfila patrones clientelares en la relación
prensa-gobierno”.
Y a lo largo de su reporte explica los comportamientos que a
juicio de este reportero reflejan poco apego a los estándares éticos más
relevantes:
“En general, pocos diarios estatales en México ejercen las
funciones de contrapeso… de un universo de 1217 titulares estudiados, (solo) 95
denuncian algún mal funcionamiento del gobierno estatal, y sólo nueve realizan
algún tipo de crítica contra el gobernador.
“Esto no levantaría suspicacias si los gobiernos estatales
no estuvieran marcados por abusos de poder, endeudamientos sin control,
prácticas de corrupción y opacidad financiera y hasta colusión con grupos
delictivos, pero los contenidos de la prensa estatal no lo reflejan así.
“Pero la crítica como hecho excepcional también habla sobre
las relaciones entre prensa y medios: ejercicios de autocensura, lograda a base
de amenazas e intimidaciones, o simplemente de negociaciones convenientes o
vínculos históricos mantenidas durante años
“Los periódicos estatales —y en general la prensa mexicana—
han solido adoptar un estilo militante. La función periodística se limita a
retratar declaraciones y los hechos sólo cobran valor en función de quien los
enuncia.
“En ocho entidades, los diarios no publican ningún tipo de
crítica contra el gobierno en sus titulares: Baja California, Chihuahua,
Durango, Guerrero, Nayarit, Querétaro, Quintana Roo y Tlaxcala.
“Si bien realizar una clasificación puntual requeriría un
trabajo minucioso que rebasa este espacio, destaca un grupo de entidades que escapan
al patrón de vocería y ausencia de crítica al gobierno estatal -Coahuila,
Jalisco, Nuevo León y Yucatán- en donde hay ciertas tendencias históricas y de
tradición de prensa”.
Y al final, la investigadora plantea varias preguntas, de
las que destaca: ¿mejores condiciones socioeconómicas conducen necesariamente a
una prensa más plural y vigilante? El estudio se puede leer completo en Cuarto_poder_Mercados_audiencias_y_contenidos_en_la_prensa_estatal_mexicana
En este entorno es que cabe preguntar también ¿Cuántas de
los centenares de empresas pequeñas de periodistas aceptarían funcionar con
códigos de ética, defensores de la información y ceñirse a un modelo mercantil
sin fines de lucro? Si existiera un movimiento así, con decenas de periódicos
impresos y digitales en los estados de la República, se romperían los esquemas
de concentración, clientelismo y conveniencias mutuas que afectan la
circulación más libre de la información de interés público (rogeliohl111@gmail.com). ©
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(*) Reportero desde 1977. Especializado en investigación en
Excélsior, El Universal, Milenio y otros. Dos veces Premio Nacional por el Club
de Periodistas. Autor de los libros Zócalo Rojo, Zorrilla y Sólo para
periodistas. Profesor invitado en varias universidades. En 2013 y 2015 el
Colegio de Sinaloa le concedió la Cátedra de Periodismo y Comunicación “Pablo
de Villavicencio”. Miembro fundador del Consejo Consultivo del Mecanismo de
Protección a Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas de la
Segob (2010-2014). Director fundador de Casa de los Derechos de Periodistas,
A.C. Consultor en temas de protección, leyes y políticas públicas sobre el
periodismo en la asociación periodistastrespuntocero. Consejero editorial de la
revista Zócalo y del Sistema Informativo Vía Libre. Su columna para periodistas, Miradas de
Reportero, se publica en medios impresos y digitales de 14 entidades del país.
Es autodidacta. Email: rogeliohl111@gmail.com
R/a.
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