* La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas insta a que los homicidios y agresiones de Rogelio Barragán Pérez, Edgar
Alberto Nava López y Jorge Celestino Ruiz Vázquez sean debida y exhaustivamente
investigados a la brevedad, y los responsables rindan cuentas ante la justicia,
publica la Gaceta semanal de la Red Todos los Derechos para Todas y Todos (Red
TDT)
Publicado en 5 agosto, 2019
ONU-DH condena los
asesinatos de 3 periodistas
y llama a investigar exhaustivamente estos crímenes
y llama a investigar exhaustivamente estos crímenes
Ciudad de México, 5
de agosto de 2019
La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condena los asesinatos de los
periodistas Rogelio Barragán Pérez en el estado de Morelos, Edgar Alberto Nava
López, en el estado de Guerrero y Jorge Celestino Ruiz Vázquez en el estado de
Veracruz.
Rogelio Barragán Pérez, cuyo cuerpo sin vida fue localizado
en el municipio de Zacatepec, Morelos, el 30 de julio, colaboraba con el medio
Guerrero al Instante.
Edgar Alberto Nava López, asesinado el 2 de agosto en
Zihuatanejo, Guerrero, dirigía el medio digital La Verdad de Zihuatanejo,
además de desempeñarse como funcionario del gobierno municipal. Según la
información recibida por la Oficina el señor Nava, así como otros periodistas
de la zona, habrían recibido amenazas previamente por su labor periodística.
Jorge Celestino Ruiz Vázquez, asesinado el 2 de agosto en
Actopan, Veracruz, colaboraba con el periódico El Gráfico, de Xalapa. El señor
Ruiz había denunciado con anterioridad ataques y amenazas en su contra ante la
fiscalía estatal y contaba con medidas de protección otorgadas por las
autoridades estatales.
Con los asesinatos de los señores Barragán, Nava y Ruiz, ya
son al menos 10 los periodistas asesinados durante 2019[1]. En 2018, la ONU-DH
registró el asesinato de al menos 12 periodistas y la desaparición de otro[2].
A estos asesinatos se suman otros ataques contra medios de
comunicación como el ataque contra las instalaciones de El Monitor de Parral el
miércoles 31 de julio, en el que, si bien no perdió la vida ninguno de sus
colaboradores, sí estuvieron en riesgo. Ante estos hechos el medio de
comunicación anunció su intención de dejar de publicar información relacionada
con temáticas como seguridad o crimen, lo cual demuestra el efecto que este
tipo de agresiones tiene sobre la libertad de expresión y sobre el derecho de
la sociedad a acceder a información.
La ONU-DH llama a que estos asesinatos y agresiones sean
debida y exhaustivamente investigados a la brevedad, y los responsables rindan
cuentas ante la justicia. En dichas investigaciones deberán agotarse todas las
líneas de investigación, incluida la actividad periodística, y tomar en cuenta
las amenazas y ataques previos que se habían producido, e incluso denunciado,
en algunos de los casos.
“La situación de periodistas y defensores de derechos humanos en México continúa siendo muy preocupante” afirmó Jan Jarab, representante en México de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos.
“La situación de periodistas y defensores de derechos humanos en México continúa siendo muy preocupante” afirmó Jan Jarab, representante en México de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos.
“Por un lado, valoramos los esfuerzos de fortalecimiento del
mecanismo de protección, nuestra Oficina apoyó con un diagnóstico. Por otro
lado, consideramos que otras acciones son igualmente necesarias,
fundamentalmente en el ámbito de la lucha contra la impunidad. Poner fin a ésta
será la mejor medida de prevención de agresiones y de protección de quienes se
dedican al ejercicio de la actividad periodística.” agregó el Sr. Jarab.
Finalmente, la ONU-DH expresa sus condolencias y solidaridad
con las familias, colegas y amistades de Rogelio Barragán Pérez, Edgar Alberto
Nava y Jorge Celestino Ruiz y llama a las autoridades a adoptar las medidas de
protección y atención necesarias en cada caso.
[1] José Rafael Murúa
Manríquez, el 19 de enero en Mulegé, Baja California Sur; Jesús Eugenio Ramos
Rodríguez, el 9 de febrero en Emiliano Zapata, Tabasco; Reynaldo López, el 16
de febrero en Hermosillo, Sonora; Santiago Barroso Alfaro, el 15 de marzo en
San Luis Río Colorado, Sonora; Telésforo Santiago Enríquez, el 2 de mayo en San
Agustín Loxicha, Oaxaca; Francisco Romero en Playa del Carmen, Quintana Roo el
16 de mayo; Norma Sarabia Garduza en Huimanguillo, Tabasco el 11 de junio;
Rogelio Barragán en Zacatepec, Morelos, el 30 de julio; Edgar Alberto Nava López,
en Zihuatanejo, Guerrero, el 2 de agosto; Jorge Celestino Ruiz Vázquez, en
Actopan, Veracruz, el 2 de agosto.
Además, el defensor de derechos humanos Samir Flores, asesinado el 20 de febrero en Amilcingo, Morelos, también realizaba actividades periodísticas en una radio comunitaria local.
Además, el defensor de derechos humanos Samir Flores, asesinado el 20 de febrero en Amilcingo, Morelos, también realizaba actividades periodísticas en una radio comunitaria local.
[2] Las y los
periodistas asesinados en 2018 son: Carlos Domínguez Rodríguez, el 13 de enero
en Nuevo Laredo, Tamaulipas; Pamela Montenegro del Real, el 5 de febrero en
Acapulco, Guerrero; Leobardo Vázquez Atzin, el 21 de marzo en Gutiérrez Zamora,
Veracruz; Juan Carlos Huerta Gutiérrez, el 15 de mayo en Villahermosa, Tabasco;
Héctor González, el 29 de mayo en Ciudad Victoria, Tamaulipas; María del Sol
Cruz Jarquín, el 2 de junio en Juchitán, Oaxaca; José Guadalupe Chan Dzib, el
29 de junio en Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo; Rubén Pat, el 24 de julio
en Playa del Carmen, Quintana Roo; Mario Gómez, el 22 de septiembre, en Yajalón,
Chiapas; Gabriel Soriano Kuri, el día 24 de octubre en Acapulco, Guerrero;
Jesús Alejandro Márquez Jiménez, el 1 de diciembre en Tepic, Nayarit; y Diego
García Corona, el 4 de diciembre en Ecatepec, Estado de México.
Adicionalmente, Agustín Silva fue víctima de desaparición el 21 de enero de 2018 en Matías Romero, Oaxaca, y hasta la fecha no se ha esclarecido su paradero.
Adicionalmente, Agustín Silva fue víctima de desaparición el 21 de enero de 2018 en Matías Romero, Oaxaca, y hasta la fecha no se ha esclarecido su paradero.
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