* El diputado Max Correa Hernández afirmó que la entidad
mexiquense debe superar la compra, almacenamiento, distribución, procesamiento
y consumo de maíz transgénico que tiene como esencia el lucro a costa de la
salud y empobrecimiento de la gente
El diputado Max Correa Hernández presentó la iniciativa para crear la Ley de Fomento y Protección del Maíz Nativo y sus Variedades como Patrimonio Alimentario del Estado de México. CSM. |
Red-Accion | Estado de México, jueves 26 de
septiembre de 2019
Tras señalar que durante los últimos 35 años de gobiernos
neoliberales se menospreció las razas de maíces nativos de alta calidad
alimenticia y nutricional de México, los cuales ya fueron reconocidos en el
2010 por la UNESCO como patrimonio de la humanidad, el diputado Max Correa
Hernández presentó la iniciativa para crear la Ley de Fomento y Protección del
Maíz Nativo y sus Variedades como Patrimonio Alimentario del Estado de México.
En tribuna parlamentaria, detalló que actualmente en todo el
país se producen al año 24 millones de toneladas de maíces blancos, nativos y
sus variedades, colocando a México como el séptimo productor de maíz a nivel
mundial.
Sin embargo, en 2018 se convirtió en el primer importador de
esta semilla con 16.5 millones de toneladas aún cuando la planta se cultiva en
7.1 millones de hectáreas, con un promedio de 3.4 toneladas por cada una.
“El maíz cobra mayor relevancia si tomamos en cuenta que ha
representado por milenios el alimento nutritivo de al menos 330 generaciones de
mexicanos.
"No obstante, por carecer de soberanía alimentaria, en
México hay millones de personas que padecen obesidad y desnutrición, por lo que
es necesario recuperar y fortalecer la base genética del maíz nativo y sus
variedades para producir alimentos de forma sustentable, sostenible, y con
tecnologías culturalmente integradas con nuestros ecosistemas”.
En este sentido, el legislador de Morena señaló que en el
Estado de México se debe desarrollar la producción de alimentos nutritivos y
suficientes que nuestra entidad requiere superando la compra, almacenamiento,
distribución, procesamiento y consumo de maíz transgénico que tiene como
esencia el ánimo de lucro a costa de la salud de los mexicanos, y el
empobrecimiento de los campesinos.
Correa Hernández recordó que actualmente la tendencia
mundial creciente es que los consumidores buscan alimentos orgánicos no
transgénicos porque son fuente de mayor nutrición y salud.
"En el corto plazo los productos no transgénicos se
clasificarán como diferenciados, y con ello se otorgará un valor agregado a los
productos orgánicos".
En ese sentido, el también dirigente nacional de la Central
Campesina Cardenista (CCC) señaló que en el Estado de México, 75 por ciento de
su superficie agrícola (585 mil 196 hectáreas) se siembra maíz, alcanzando un
volumen de producción promedio de un millón 594 mil 840 toneladas, lo que
equivale al 6 por ciento de la producción nacional, pero menos del 30 por ciento
de productores utilizan variedades mejoradas de alta productividad.
Explicó que durante el "Foro El Cambio Climático y sus
Efectos en la Producción de Maíz y otros Cultivos Básicos en el Estado de
México y en el País”, que se llevó a cabo en las instalaciones del Congreso
estatal, los ponentes coincidieron en señalar que bajo el yugo del Tratado de
Libre Comercio fue abandonada la inversión en tecnología en nuestras regiones,
se impulsaron monocultivos que acaban con la fertilidad de la tierra, desplazando
la forma de cultivo milenario conocido como la milpa, lo que se agudizó con la
desaparición de la Productora Nacional de Semillas (Pronase), “obligándonos a
la dependencia de las semillas de empresas particulares”.
Agregó que la iniciativa de Ley de Fomento y Protección del
Maíz Nativo y sus Variedades como Patrimonio Alimentario del Estado de México
tiene la finalidad de regular la siembra, producción, comercialización,
consumo, diversificación, mejoramiento, competitividad, procesamiento, sanidad
e inocuidad del maíz nativo y sus variedades para que sea libre de organismos
genéticamente modificados o elementos transgénicos, a efecto de garantizar la
soberanía y autosuficiencia alimentaria de esta semilla en el Estado de México.
“La propuesta legislativa también plantea la creación del
Consejo Consultivo Mexiquense del Maíz Nativo, órgano honorífico, democrático,
interdisciplinario, plural e incluyente para la consulta, asesoría,
vinculación, coordinación, planeación, formulación y evaluación de las
políticas públicas que se desarrollen entre el gobierno y la sociedad para la
protección, fomento y mejoramiento del maíz nativo y sus variedades libres de
organismos genéticamente modificados o elementos transgénicos”.
Finalmente, Max Correa informó que dicho Consejo estaría
integrado por autoridades públicas, productores, investigadores de diversas
disciplinas, líderes campesinos, representantes indígenas, gastrónomos,
nutriólogos y consumidores, que velarán en todo momento por la producción y
fomento del maíz nativo y sus variedades.
“También contempla que al menos el 20 por ciento del
presupuesto público del estado destinado a la producción agropecuaria del
ejercicio fiscal anual sea para los programas estatales que fortalezcan la
producción, diversificación, mejoramiento, almacenamiento, distribución,
comercialización, procesamiento y consumo del maíz nativo y sus variedades, y
la creación de los bancos comunitarios de semillas de maíz nativo, el apoyo a
los productores y custodios, la conformación del Padrón Estatal de técnicos y
profesionistas expertos en el cuidado y fomento del maíz nativo y sus
variedades”.
Ra.
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