Proyecto Integral Morelos1
El presente reportaje consta de 9 apartados. Describe la lucha
de los pueblos nahuas de Morelos, Puebla y Tlaxcala contra la construcción de
una termoeléctrica, un gasoducto y un acueducto que inició en el año 2012, y
que el actual Gobierno retomó. Afirman que atentan contra su territorio, cultura, lengua y
organización ancestral, es decir, contra lo que son y quieren seguir siendo.
Por eso, en este trabajo... hablan los pueblos.
Esta es la historia que se narra en nueve apartados en este
trabajo: 1) Samir Flores, una vida en la lucha, 2) La traición y la consulta, 3) El
inicio, así fue como nos dimos cuenta, 4) La termoeléctrica de la discordia, 5) Un
gasoducto en las faldas del volcán, 6) Un acueducto contra los campos de Ayala, 7) Mujeres, el movimiento que las sacó de sus
casas, 8) La lucha jurídica, y 9) Empresas y gobiernos. Sus palabras, sus acciones.
Samir Flores, una vida en la lucha
Red-Accion | martes 24
de septiembre de 2019
Las campanas de Amilcingo, en el oriente de Morelos,
repicaron a las 5:50 de la mañana del miércoles 20 de febrero, minutos después
de que Samir Flores Soberanes cayó fulminado al piso. Los asesinos llegaron a
su casa en un automóvil negro marca Nissan, al final de un camino de
terracería, y lo llamaron a gritos. Su mamá, doña Epifania Soberanes, salió al
patio a ver de qué se trataba y le dijeron que iban a pedirle a Samir que les
hiciera un anuncio en la radio comunitaria que fundó seis años antes. Samir
salió y a medio patio le dispararon tres veces. Dos balas le dieron en la
cabeza.
Se lo llevaron herido de muerte al hospital de Jonacatepec,
pero ya no llegó con vida. De ahí al Ministerio Público de Cuautla, de donde
partió el cortejo en medio del llanto popular. Una multitud enardecida y
adolorida lo esperaba en Amilcingo, su pueblo natal y uno de los cuatro que
conforman el municipio de Temoac, fundado tras una lucha protagonizada por su tío
Vinh Flores Laureano, defensor comunitario que en 1976 también murió asesinado.
En el patio de su casa, en el centro del pueblo, esa tarde
de febrero Ofelia se limpia las lágrimas mientras se prepara para ir al
velorio. “Samir nos dejó dicho que cuando no estuviera le subiéramos más, que
no nos espantáramos, que no nos dejáramos humillar. Él hablaba de que un día
iba a faltar, porque de por sí estaba amenazado por la lucha contra la
termoeléctrica, porque él no paraba. A nosotros como pueblo nos dieron donde
más nos duele, mataron al hombre más bueno, a un gran luchador que miraba por
todos”, dice, sin dejar de frotarse las manos agrietadas de una mujer del
campo.
El defensor del territorio nahua y comunicador comunitario
asistió un día antes a una reunión informativa en Jonacatepec convocada por el
delegado del gobierno federal en Morelos, Hugo Erik Flores (fundador del
conservador Partido Encuentro Social), donde cuestionó directamente “las
mentiras que se están diciendo acerca de la termoeléctrica en Huexca y el
Proyecto Integral Morelos”. Samir, también integrante del Frente de Pueblos en
Defensa de la Tierra y el Agua (FPDTA) Morelos, Puebla y Tlaxcala, y del
Congreso Nacional Indígena (CNI), encaró al delegado federal para los Programas
de Bienestar Social en la entidad y exigió que se les informara a los pueblos
sobre las afectaciones ambientales.
Samir fue también una de las principales voces que se
escucharon el domingo 10 de febrero en Cuautla, en el acto en el que el
presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la realización de una consulta
para poner en funcionamiento la termoeléctrica. Ahí, al observar a la distancia
la protesta, el presidente se salió del guión y visiblemente contrariado llamó
a Samir y a sus compañeros “radicales de izquierda, que para mí no son más que
conservadores”, y espetó que aunque hubiera “gritos y sombrerazos”, se llevaría
a cabo la consulta, adelantando que su gobierno estaba a favor del proyecto
energético.
Diez días después el defensor nahua fue asesinado.
“Las palabras que nos tiró el presidente de la República
llamándonos ‘radicales de izquierda’ son las que detonan todo, porque si no hay
una protección por parte del presidente, nos pone en el blanco”, dice Teresa
Castellanos, de la comunidad de Huexca, sobre el asesinato del compañero por el
que ella y su comunidad se enteraron que una termoeléctrica se proyectaba sobre
sus tierras.
Samantha César, compañera de lucha de Samir en su natal
Amilcingo, no se despegó de él desde que le dispararon. Se fue a Jantetelco y
desde el hospital dio la noticia de la muerte del defensor. “Nuestro compañero
fue asesinado vilmente y el presidente, a pesar de que insistimos en que
cancelara la consulta y respetara nuestro dolor, y que mejor planteara foros de
diálogo con los técnicos y especialistas, con los pueblos y las empresas, se
negó, se cerró e impuso la consulta. El asesinato de Samir nos enoja muchísimo,
nos indigna, nos encabrona, nos duele, y a eso se suma la decisión, la falta de
sensibilidad y la falta de visión política de un presidente que se dice de
izquierda”.
Tres días después, el 23 y 24 de febrero, se realizó una
consulta impugnada en la que si se hubiera respetado el Convenio 169 de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), consultando únicamente a los
pueblos directamente afectados por el proyecto, el resultado hubiera sido en
contra del proyecto, como lo demuestra el conteo de la votación comunidad por
comunidad. Pero se consultó a quienes no serían afectados y el resultado
oficial fue el “sí” esperado por el gobierno federal.
Samir Flores se había adelantado a los resultados y en
diferentes foros explicó la ilegalidad del procedimiento. El defensor se plantó
frente a López Obrador el 10 de febrero como lo hizo años antes frente a los
enviados del entonces presidente Enrique Peña Nieto, quien concretó el
megaproyecto que incluye dos termoeléctricas en Huexca, un acueducto entre
Cuautla y Ayala y un gasoducto que atraviesa las comunidades del oriente de
Morelos, Puebla y Tlaxcala y que, aunque está construido casi en su totalidad,
no ha podido echarse a andar por la resistencia de las comunidades y los
amparos jurídicos interpuestos. “Esto traerá el desarrollo para las empresas y
la destrucción para los pueblos”, repetía Samir.
Esposo de Liliana Vázquez y padre de cuatro hijos de entre 3
y 15 años de edad, Samir Flores se dedicaba a la herrería, la radio
comunitaria, la agricultura orgánica y de entero a la lucha contra la
termoeléctrica y el gasoducto de Huexca. “Era un referente indiscutible de la
lucha, un articulador, lo más cercano a la figura de Emiliano Zapata aquí en
Morelos”, dice Jaime Domínguez, uno de sus compañeros de Jantetelco.
No hubo una sola persona de Amilcingo, incluyendo a quienes
no estuvieron de acuerdo con él, que no asistiera al adolorido sepelio
comunitario. Dentro y fuera de su comunidad se teje ya la leyenda del hombre
que caminó junto a ellos. Nombrar su ausencia provoca el llanto en hombres,
mujeres, ancianos y niños. Y sobre todo en sus compañeros de batalla.
El asesinato de Samir, afirma por su parte Juan Carlos
Flores, abogado de los pueblos en su lucha contra la termoeléctrica y compañero
suyo desde el inicio, “nos indigna, nos duele, nos compromete, y creo que
también nos unió más. Samir es como una espina y una flor clavada en el
corazón. Si de por sí nosotros no dejábamos de luchar, el ejemplo de Samir hace
que no nos cansemos, a pesar del miedo y el terror que ha impuesto el PIM con
las amenazas, los encarcelamientos, el cierre de radios comunitarias, la militarización,
la tortura y todo eso que venimos viendo”.
“Caminamos con miedo en el bolsillo, ahí lo traemos”, dice
Juan Carlos, pero después de la muerte de Samir “no habrá algo más que nos vaya
a detener porque ya nos han quitado lo más valioso, y eso se ha quedado dentro
de nosotros”.
Juan Carlos, Samantha César y Teresa Castellanos ratifican
entre lágrimas lo que se dice entre los pueblos: Samir se fue al volcán.
“Veremos, a ver qué nos dice el destino, qué nos avisa Samir, cómo nos ayuda.
Tenemos grandes aliados. Zapata está de nuestro lado, Don Goyo está de nuestro
lado. Tenemos el capitalismo encima, el despojo de tierras y aguas, la división
de los pueblos, el ataque a la vida campesina y a la cultura indígena, la
represión desde hace siete años, pero Samir nos cuida”. Una erupción del
Popocatépetl días después de su asesinato y de la consulta se los confirma.
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(1) Este reportaje, publicado en DERECHO DE RÉPLICA.HABLAN LOS
PUEBLOS, por medio de http://www.desinformemonos.org
es coordinado y dirigido por Gloria Muñoz Ramírez, y en él participan en Fotografía: Miguel Tovar; Video adicional: Ernesto Ramírez (videos
“La Lucha de Samir Flores” y “Aquí seguimos”); Fotorreportaje, Antonio Turok;
Fotos adicionales: Ernesto Ramírez y Miguel Tovar; Reportaje, Gloria
Muñoz Ramírez; Datos oficiales: Paula Mónaco Felipe; Asistente de la
coordinación: Delia Fernanda Peralta Muñoz. Septiembre 2019.
Se reproduce con permiso de los autores.
Se reproduce con permiso de los autores.
Ra.
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