*El diputado de Morena afirmó que la Reforma Constitucional
Neoliberal salinista canceló el derecho a la tierra de los pueblos campesinos e
indígenas
Red-Accion | Texcoco, Méx., miércoles 30 de octubre de 2019
El diputado Max Correa Hernández se pronunció por recuperar
el derecho a la tierra por parte de campesinos e indígenas mediante un nuevo
texto constitucional que reconozca los derechos de la Madre Tierra como un ser
viviente.
“Los retos que enfrentamos en el cambio de régimen que
representa el presidente Andrés Manuel López Obrador debe tomar en cuenta que
existe un marco nacional e internacional de los pueblos campesinos, indígenas y
afrodescendientes en el Convenio 169 de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), el cual otorga a los Estados y pueblos que ratifiquen el
convenio los derechos sobre territorio, a ser consultados sobre los
megaproyectos que se realicen, e incluso sobre legislaciones que los afecte”.
Durante el foro “Derechos de Campesinos, Pescadores y
Acuacultores” que se desarrolló en la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh),
Correa Hernández confió que a partir de una nueva ley federal se pueden establecer los derechos
de los pueblos y territorios para armonizar la convivencia de los habitantes
del campo y ciudad con el medio ambiente.
En ese sentido, afirmó que si bien el presidente señala que
la Tercer Transformación de la vida pública de México fue reconocer en el texto
del Artículo 27 Constitucional el derecho a la tierra de los pueblos campesinos
e indígenas, ese derecho se canceló con la Reforma Constitucional Neoliberal
salinista.
“Desde el punto de vista de las organizaciones campesinas es
un derecho que debemos recuperar en esta Cuarta Transformación de la vida
Pública del país, pero también debemos recuperar que la Madre Tierra es un ser
vivo con derechos, y a partir de ahí establecer los derechos en los pueblos y
territorios”.
Advirtió que en las pasadas tres décadas el presupuesto de
los gobiernos del neoliberalismo destinado al sector agropecuario vino en
declive, “por ello se debe romper esa tendencia para tener un Estado mexicano
que asuma su responsabilidad de desarrollo rural y de las instituciones que
están a su alrededor, como universidades o centros de investigación, pero que
sí considere la inversión productiva en el campo y no solo meras transferencias
individuales sin estímulo a la colectividad, es decir, una verdadera Cuarta
Transformación en el campo que impida la inercia Neoliberal”.
Detalló que solo han siso repartidas casi 100 millones de
hectáreas en ejidos y comunidades, pero la otra mitad del territorio nacional
quedó intacta.
Ra.
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