* La herramienta, alojada en el portal www.sintortura.org,
tiene la finalidad de monitorear y evaluar la actividad de las autoridades
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EFE / Red-Accion | Ciudad de México, miércoles 13 de
noviembre de 2019
La plataforma “Observatorio contra la tortura”, que denuncia
las carencias en la aplicación de la Ley General contra la Tortura en México,
fue presentada este miércoles por varias organizaciones de la sociedad civil y
el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) en el
país.
La nueva herramienta, alojada en el portal www.sintortura.org,
expone con datos e interpretaciones las deficiencias federales y estatales en
la aplicación de esa ley, que aprobada en 2017 busca prevenir que el Estado
utilice la tortura, por ejemplo, para obtener pruebas o confesiones.
“Sabemos que, en los últimos años, los organismos internacionales
de derechos humanos que han revisado la situación de la tortura en México han
constatado que es un fenómeno generalizado”, explicó el responsable de la
oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en México, Jan
Jařab.
El representante del organismo internacional, apoyado en
datos de la “Encuesta nacional a la población privada de libertad”, publicada
en 2017 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía mexicano (INEGI),
expuso que el 75,6 % de los encuestados dijo sufrir violencia psicológica y el
63,8 % violencia física en el arresto.
Todavía según las cifras públicas, una tercera parte de las
personas agredidas aseguraron haber sido objeto de algún método de asfixia y a
una quinta parte se le infligieron descargas eléctricas.
Jan Jařab, representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. ARCHIVO/ONU-DH. |
En la búsqueda de una solución, Jařab consideró la de 2017 como
“una muy buena ley” que, con sus medidas, “podría ayudar a erradicar brevemente
la tortura”, pero lamentó observar, dos años después de la aprobación, “muchos
problemas en su implementación y el incumplimiento de plazos”.
Lucía Chávez Vargas, de la Comisión Mexicana de Defensa y
Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), relató que el portal, cuya
elaboración tomó un año, nace para “monitorear y evaluar la actividad de las
autoridades”, ya que, precisó, “la tortura continúa siendo una práctica en el país
y en total impunidad”.
Para medir hasta qué punto los tratos degradantes son
habituales y exentos de responsabilidades, en la web se presenta la información
recopilada distribuida en diez parámetros distintos, conformados a partir del
análisis de más de veinticinco indicadores.
Todos los datos disponibles en la plataforma fueron
conseguidos o bien gracias a la información publicada por las instituciones
implicadas o mediante solicitudes tanto a la Fiscalía General como a las de las
diferentes entidades federativas.
Las cifras recopiladas exponen graves carencias judiciales,
como demuestra, por ejemplo, el hecho de que durante el año 2018 se iniciaron
1.248 expedientes de investigación por delitos de tortura y, sin embargo, solo
se dieron dos sentencias condenatorias; a nivel estatal no hubo ninguna
condena.
EFE. |
La Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar la
Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes -el nombre
completo que recibe la normativa- requiere que cada entidad federativa cree una
fiscalía particular para perseguir la tortura, pese a que hay un transitorio
que autoriza a que, por cuestiones de presupuesto, operen entidades de un menor
rango, pero también especializadas.
Según informó Stephanie Erin Brewer, miembro del Centro de
Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), en el 2019 cumplen
al menos con el transitorio “solo diez estados, una tercera parte” del país,
mientras que “diez entidades federativas no tienen ningún organismo parecido”.
Las cifras no mejoran en lo a que víctimas registradas se
refiere, ya que, del 2014 al 2018, hubo solo 513 registros a nivel federal, por
los 9.998 expedientes de investigación abiertos en el mismo lapso de tiempo.
De todos los casos abiertos en esos cuatro años, solo 100
personas, es decir, el 1 %, pudo tener una reparación integral por parte de las
autoridades y de acuerdo a lo que establece la Ley, reveló Natalia Pérez
Cordero, de la ONG Fundar.
Pérez puso el acento también en el bajo presupuesto dedicado
a prevenir, investigar y sancionar la tortura, ya que, en sus palabras, con
esas partidas “pareciera que la tortura no es un eje prioritario en la gestión
de la justicia”.
“El presupuesto previsto para la fiscalía federal
especializada en torturas para 2020 es de 750 mil pesos. Menos del 1% de lo que
se destina a la Guardia Nacional”, denunció.
La activista Lucía Chávez coincidió con su compañera, pero
recordó que “para investigar quince mil denuncias nunca hay número suficiente
de funcionarios”, y pidió la creación de equipos que impulsen “investigaciones
de contexto”.
Con información de EFE.
Ra.
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