Sergio Aguayo Quezada. |
No todos somos Sergio
Aguayo
Por Rogelio Hernández
López*
Lunes 3 de febrero de
2020
Entre reporteros y especialistas hay mucha confianza en que
la Corte revocará la absurda sentencia de daño moral contra el influyente
intelectual Sergio Aguayo. Es muy factible entonces que la libertad de
expresión sea fortalecida con otra jurisprudencia, pero el periodismo
profesional seguirá amagado con la judicialización y criminalización.
Es que en los estados de la federación son recurrentes las
malas prácticas de ministerios públicos, jueces y hasta magistrados que, a
peticiones de poderosos como Moreira, pueden usar los seis códigos penales
vigentes y los 26 códigos civiles que facilitan criminalizar a las y los
periodistas incomodos, esas y esos que normalmente son reporteros y no tienen
las fortalezas de Sergio Aguayo.
También pronto veremos otra constancia de las prácticas en
el poder judicial, cuando el Consejo de la Judicatura dictamine la denuncia de
conflicto de interés del Magistrado, José Francisco Huber Olea Contró. Es casi
una certeza de que no será sancionado.
No todos somos Sergio Aguayo
Sergio es un intelectual muy influyente. Casi todo el mundo
informado sabe que es un investigador académico con muchos méritos en el
Colegio de México y la Universidad de Harvard, con muchos amigos en esos
círculos, autor de libros muy referidos.
Los que trabajamos de informadores profesionalmente
conocemos también que Sergio es articulista en medios impresos, que su sitio
Web es muy visible, que es comentarista en medios electrónicos desde hace
mucho. No es reportero, pero sí es un gran usuario de la libertad de expresión
y, por todo eso cae en la acepción de periodista, según la única ley federal
mexicana que define esta actividad.
-¡Y sí a un intelectual como Sergio Aguayo lo usan para
amagar con silenciar a periodistas profesionales, estaremos más jodidos las y
los reporteros si la Corte no corrige el mensaje amenazante! -comentamos entre
pares desde el viernes 24 de enero cuando comenzó a correr la noticia absurda
de que por una frase escrita le habían sentenciado por un presunto daño moral y
debía depositar una fianza de 450 mil pesos. Por eso decenas de reporteros nos
sumamos a la campaña de solidaridad con Sergio y ayudamos a que la Corte y la
Judicatura se apresurarán en atraer su caso.
El reporterismo amagado
Es viejo el debate de quienes sí son periodistas. El
artículo 2 de la Ley para la Protección de Personas Defensoras de Derechos
Humanos y Periodistas abarca a todos los usuarios de la libertad de expresión
en cualquier medio, incluidos los digitales. Pero no todos los que se define
como periodistas son reporteros.
Las enciclopedias y diccionarios como Pyme La Voz TX,
definen bien lo sustantivo del reporterismo. “Desde un punto de vista
etimológico reportero viene de la unión del prefijo re, que expresa la idea de
hacia atrás, y el verbo portare, que quiere decir portar o llevar.”
La Real Academia de la Lengua Española (RAE) define al
reportero o reportera como adjetivo del periodista “Que se dedica a los
reportes o noticias”.
La Voz TX, agrega: “el reportero es el que lleva la
información partiendo del pasado y hechos en proceso. Por otro lado, se trata
de un término que también se utiliza en inglés (en inglés reporter es sinónimo
de journalist, newspaperman o pressman).
Recientemente la RAE agregó la categoría profesional a su
definición de periodista como “la persona que se dedica al periodismo
(actividad profesional que consiste en la obtención, tratamiento,
interpretación y difusión de informaciones a través de cualquier medio escrito,
oral, visual o gráfico’, y los ‘estudios o carrera de periodismo”. El subrayado
es de este reportero.
En resumen, la función social y labor principal de las y los
reporteros es informar y asumir esto como forma de vida. Los demás entes que
participan en el periodismo utilizan la información de quienes laboran como
reporteros para monitorear, analizar, editar, vocear o conducir noticieros y
escribir opiniones, pero por lo regular tienen otras actividades. ( https://pyme.lavoztx.com/cul-es-la-diferencia-entre-un-periodista-y-un-reportero-9075.html).
“Los reporteros
ocupan el lugar más alto en la escala periodística” ha escrito nuestro colega
historiador del periodismo mexicano Humberto Musacchio.
Sergio Aguayo, junio de 2017. EL PAÍS/SAÚL LÓPEZ/CUARTOSCURO. |
Entre pares...
Entre pares sabemos bien que las y los reporteros son los
más susceptibles de padecer los males que el siglo XX heredó al medioambiente
periodístico, pero más particularmente los incómodos que denuncian con más
libertad y los que hacen investigación. Las causas: desprestigiados socialmente
por décadas de vinculación antiética con el poder, sometidos a la oleada
empresarial de desempleo y precarización, agredidos por ignorantes y
vengativos, asesinados por criminales, remarcados por las inercias de quienes
cobran por callar o hacer propaganda, ahora estigmatizados desde el Zócalo y
bajo el permanente amago de criminalización judicial.
Todavía penalizados en 6 estados
En este 2020 se reporta que en seis entidades de la
federación los delitos de difamación y/o calumnia permanecen en sus códigos
penales:
Yucatán (artículos 295 y 299), Campeche (art. 249), Nuevo
León (artículos 234 y 344), Sonora (art. 284), Zacatecas (art. 274) y Nayarit
(art. 335) donde sigue en el texto, aunque la Corte lo declaró invalido en mayo
de 2018.
A pesar de que los “delitos de honor” se pasaron a los
códigos civiles tanto federal como estatalmente es frecuente la criminalización
y los amagos de silenciar a quien se exprese, especialmente a las y los
reporteros. Por eso la ONU en su diagnóstico sobre el mecanismo de protección
para periodistas y defensores de los derechos humanos, apenas en junio de 2019,
incluyó lo siguiente en las recomendaciones 31 y 32:
“31. Impulsar la reforma de los códigos penales de
las entidades federativas a fin de eliminar tipos penales que se apliquen para
criminalizar la libertad de expresión y el ejercicio de la defensa de los
derechos humanos.”
“32.“ Impulsar la reforma de la legislación civil a
nivel estatal y federal para reducir la posibilidad de acoso judicial de las
voces críticas a través de procedimientos civiles, estipulando límites y
criterios, conforme a los estándares internacionales, considerando la necesidad
de regular la práctica de litigios emprendidos contra la participación pública
de forma que se puedan declarar improcedentes aquellas demandas judiciales
manifiestamente frívolas que buscan desalentar el ejercicio de la libertad de
expresión”.
Con todo esto, si la Corte no impide este otro amago contra
la libertad de expresión y si los políticos del nuevo régimen no actúan para
impedir que persistan como están las leyes y que sigan activos jueces como
Huber, el ejercicio del periodismo y los reporteros como sus principales
activos nos seguiremos desbarrancando más a la definición de jodido del
diccionario del Colegio de México, “El que vive muy mal, sin dinero ni
esperanzas”. ©
(*) Reportero desde 1977. Especializado en investigación en
Excélsior, El Universal, Milenio y otros. Dos veces Premio Nacional por el Club
de Periodistas. Autor de los libros Zócalo Rojo, Zorrilla y Sólo para
periodistas. Profesor invitado en varias universidades. En 2013 y 2015 el
Colegio de Sinaloa le concedió la Cátedra de Periodismo y Comunicación “Pablo
de Villavicencio”. Miembro fundador del Consejo Consultivo del Mecanismo de
Protección a Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas de la
Segob (2010-2014). Director fundador de Casa de los Derechos de Periodistas,
A.C. Consultor en temas de protección, leyes y políticas públicas sobre el
periodismo en la asociación periodistastrespuntocero. Consejero editorial de la
revista Zócalo y del Sistema Informativo Vía Libre. Su columna para periodistas, Miradas de
Reportero, se publica en medios impresos y digitales de 14 entidades del país.
Es autodidacta. Email: rogeliohl111@gmail.com
Ra.
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