Foto Vía Libre. DESLINDE |
v Alberto Witvrun
Diariovialibre.com.mx, (19 septiembre, 2023). No se sabe si
para conmemorar el 38 aniversario del vandalismo convenido entre Gerardo Sosa
Castelán y José Guadarrama Márquez para destituir en 1985 como alcalde a Luis Roche
Carrascosa desapareciendo poderes en Tulancingo o los 35 años de que un grupo de
porros de la Federación de Estudiantes Universitarios de Hidalgo (FEUH)
asaltaron el ayuntamiento de Tlanalapa, pero este 19 de septiembre el grupo
porril que se apoderó de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH)
en 1982, volvió a mostrar su ácido desoxirribonucleico (ADN).
En efecto un grupo encabezado por Esteban Rodríguez Dávila
mostró que contiene la
información hereditaria de su jefe y armados con gases pimienta y lacrimógeno,
además
de extintores irrumpieron en el Edificio Central para golpear a los alumnos del
Instituto de
Artes, que ciertamente no ingresaron al icónico inmueble de la mejor manera
para exigir
sea destituida la directora María Teresa Paulín Ríos, ante la cancelación del
diálogo de las
autoridades universitarias.
La docena de estudiantes golpeados, hacen recordar los
ochentas cuando vándalos
saqueaban, intimidaban, golpeaban ciudadanos, profesores y alumnos hasta
ponerlos al
borde de la muerte, llegando al crimen, protegidos por un régimen que teóricamente
quedó atrás, sin embargo, el clan sigue usurpando el poder de la inteligencia
universitaria.
A 41 años de que Gerardo Sosa convirtió a la UAEH en fuente
de poder político, que siete
gobernadores priistas no pudieron combatir con efectividad y que tuvo la
capacidad de
mutar por cuatro partidos políticos y hoy tener posiciones políticas a través
de Morena y
Partido del Trabajo (PT) muestra que no han dejado de ser vándalo político.
Utilizar porros, dirigidos por un “dirigente” estudiantil
cuyo periodo concluyó en 2021, no
es sólo mostrar músculo y decirle a la comunidad universitaria que nada sucede
en la
UAEH si él no lo quiere; conociendo la naturaleza de Gerardo Sosa, su ADN
político, es
también un mensaje de lo que es capaz, si no le conceden lo que busca, así lo
hizo en el
PRI, así lo hará en Morena. Por cierto, hay que exculpar al rector Octavio
Castillo Acosta, él solo obedece órdenes. ©
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