Por Teodoro Rentería Arróyave
Miércoles 27 de septiembre de 2023
Se nota, se palpa, se siente, se entiende que el
ultraderechista, Donald Trump ya no es el huésped más que incómodo de la Casa
Blanca, lo anterior lo mencionamos para resaltar que Estado Unidos condenó
“duramente” el ataque a la embajada de Cuba en Washington. Además, se
comprometió a llevar a cabo “una investigación apropiada” sobre lo ocurrido.
“El odio lanzó anoche, otra vez, un ataque terrorista contra
nuestra Embajada en Washington, en un acto de violencia y de impotencia que
pudo costar valiosas vidas”, dijo el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en
su cuenta de X, antes Twitter.
Es de señalarse que inmediatamente después de conocerse los
preocupantes y bochornosos actos, el canciller cubano, Bruno Rodríguez había
informado durante la noche del domingo en las mismas redes sociales que la
embajada de Cuba había sido blanco de un “ataque terrorista de un individuo que
lanzó dos cócteles molotov”, el personal de la representación diplomática,
afortunadamente, no sufrió daños.
La afirmación de que fue un solo individuo el autor del
atentado contra la sede diplomática de la mayor de Las Antillas, no supone que
haya sido un acto aislado y solitario, por desgracia una gran parte de la
población estadounidense se integra en esa línea absurda de la ultraderecha
cuya miopía ideológica no les permite ver y menos aceptar que existen naciones
con otros sistemas de gobierno.
Esos mismos sujetos, también son los que representan al
racismo ancestral, que inclusive históricamente, vulneran a sus propios
connacionales por razones ideológicas, religiosas y la más despreciable, por el
color de la piel.
Si se empeñan en llegar a la verdad en las investigaciones,
como lo ha prometido el gobierno estadounidense, tendrá que concluir que no es
ajeno, ese reducto del somocismo instalado en una franja muy amplía de la
Florida.
La información asegura que el gobierno del presidente
estadounidense Joe Biden, que mantiene una relación tensa con Cuba bajo el
embargo criminal económico contra la isla impuesto desde 1962, “condena
duramente el ataque reportado”, así lo afirmó el lunes por la noche en un
comunicado Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Resaltó: “Los ataques contra instalaciones diplomáticas son inaceptables”.
Sullivan precisó que el gobierno está “en contacto con funcionarios de la
embajada cubana y autoridades encargadas de hacer cumplir la ley para
garantizar una investigación apropiada y oportuna”, así como para ofrecer
“apoyo para futuros esfuerzos de protección”.
La embajadora cubana en Estados Unidos, Lianys Torres
Rivera, afirmó en Twitter “X” que se permitió el acceso de las autoridades
estadounidenses a la legación diplomática “para la toma de muestras de los
cócteles molotov”.
Washington reconoce que la protección de las embajadas forma
parte de sus “obligaciones bajo las Convenciones de Viena” y “está comprometido
con la seguridad de las instalaciones diplomáticas y de los diplomáticos que
trabajan en ellas”, declaró a periodistas el portavoz del Departamento de
Estado, Matthew Miller.
México de inmediato se solidarizó con Cuba al pedir “una
investigación exhaustiva y llevar a los responsables ante la justicia”, según
un comunicado de la titular de la secretaría de Relaciones Exteriores, Alicia
Bárcena Ibarra.
El canciller Rodríguez hizo hincapié en que se trata del
“segundo ataque violento contra la sede diplomática en Washington”, en
referencia a otro incidente ocurrido en abril de 2020, cuando un hombre efectuó
disparos contra la embajada cubana en la capital estadounidense.
Rusia, aliado histórico de Cuba, condenó “enérgicamente” el
incidente y urgió a las autoridades norteamericanas a realizar una
investigación “en profundidad… Los responsables de haber orquestado esto
deberán ser castigados con severidad”, dijo en un comunicado la portavoz de la
cancillería rusa, María Zajárova.
El ataque de la noche del domingo ocurrió unas horas después
de que el presidente, Díaz-Canel regresara a La Habana después de haber pasado
toda la semana en Nueva York, donde asistió a la Asamblea General de la
Organización de las Naciones Unidas, ONU, y a otras actividades con partidarios
de Cuba en Estados Unidos.
En Nueva York también se registraron manifestaciones de
cubanos contra la presencia de Díaz-Canel en la Asamblea de la ONU, según
mensajes y videos difundidos en redes sociales. “Los grupos anticubanos acuden
al terrorismo al sentir impunidad, algo sobre lo que Cuba ha alertado a
autoridades estadounidenses reiteradamente”, recordó el diplomático, Bruno
Rodríguez en x.
Tras la agresión de abril de 2020, las autoridades
estadounidenses arrestaron a Alexander Alazo, de 42 años y residente en Texas,
acusado de “asalto con intención de matar”, sin embargo, “al cabo de tres años,
el comisor -encomendero- del hecho, aún espera ser juzgado y el gobierno de los
Estados Unidos ha rehusado calificarlo como un acto terrorista”, dijo el lunes
la cancillería cubana en un comunicado.
A su llegada a la Casa Blanca en enero de 2021 el presidente
estadounidense prometió revisar la política hacia Cuba, pero cambió de parecer
tras las manifestaciones antigubernamentales de julio de ese mismo año en la
isla, que se saldaron con un muerto y decenas de heridos, y tras las cuales
centenas de manifestantes siguen encarcelados.
Antes de dejar el poder en 2021, su predecesor republicano,
Donald Trump, volvió a incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del
terrorismo y después le agregó al de naciones que no respetan la libertad
religiosa.
A estas fechas una normalización de relaciones con la isla
comunista no parece estar en la agenda de Biden, pese a algunas medidas en el
ámbito migratorio y al levantamiento de ciertas restricciones de viaje y al
envío de remesas.
Lo dicho: una gran parte de la población estadounidense se
integra en esa línea absurda de la ultraderecha cuya miopía ideológica no les
permite ver y menos aceptar que existen naciones con otros sistemas de
gobierno. En su racismo ancestral, que inclusive históricamente, ha vulnerado a
sus propios connacionales por razones ideológicas, religiosas y la más
despreciable, por el color de la piel. Esperemos que ahora sí cumpla el
gobierno estadounidense y lleve a cabo una investigación profunda y los
culpables sean llevados ante los tribunales.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados
en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación
Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio
honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX,
miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor
Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la
Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y
críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en
toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info,
www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y www.clubprimeraplana.org, y el portal
irradia noticias.com
ra.
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