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 OPINIÓN


Por Teodoro Rentería Arróyave

Miércoles 1 de noviembre de 2023

En todas las épocas de la historia de la humanidad, una verdad incontrovertible nos dice, nos advierte y nos denuncia: cuando las tragedias se politizan, se convierten en dobles tragedias y eso se extiende a las guerras, todas insensatas cuando no tienen como propósito la independencia de los pueblos y naciones.

Eso es exactamente lo que está ocurriendo en nuestro México con motivo de fenómeno natural del Huracán Otis que pegó con toda su furia en el querido e histórico Puerto de Acapulco y pueblos circunvecinos, a ello debemos sumarle el pillaje de un pueblo sumido en la incivilidad como resultado de haber suprimido de los programas de la educación básica el civismo y la historia.

Me niego a calificar a las mentiras difundidas de “falsas noticias”, “fake news”, porque no son noticias, son, exacto, monstruosas mentiras lanzadas con cálculo criminal en todos los medios, incluyendo las redes sociales con propósitos económicos, políticos e ideológicos.

No es la primera vez que enfrentamos esta desgracia que afecta a toda la colectividad. Para no ahondar en ejemplos baste recordar los sismos del 85 y del 17, cuando se hicieron de mentiras “verdades”, en cuanto a que los gobiernos habían sido omisos ante esos fenómenos naturales, entre otras estupideces porque no los previeron.

Ahora se repite la historia para el malogrado propósito de desprestigiar al actual gobierno, aseguran, a priori, que no avisó, no previó a la población acapulqueña del desastre que se veía venir, cuando los más prestigiados científicos meteorológicos del mundo, hasta ahora, no aciertan a explicar la furia del fenómeno, insistimos, natural, que devastó al Puerto del Pacífico mexicano.

Siempre hemos sostenido que el pueblo es más inteligente de lo que suponen los agoreros del desastre con sus campañas criminales en contra de la población diezmada, como son las implementadas contra las gloriosas fuerzas armadas, al afirmar sin prueba alguna, que se están beneficiando de la desgracia, no obstante que implementaron de inmediato, por órdenes presidenciales, es decir del comandante supremo, los prestigiados PLAN-DN-III-E y PLAN MARINA.

No sólo eso, cuando más necesita la población diezmada de la solidaridad, de la ayuda humana nacional e internacional, surge otra campaña igual de criminal y bastarda, esos criminales de la comunicación, se dedicaron a difundir mensajes como estos: “no lleves a ayuda a Acapulco porque los soldados se quedan con todo; los sardos no te dejan entrar al Puerto con tu ayuda; no te expongas, te puede costar hasta la vida si pretendes llegar con el necesario e inmediato auxilio.

Y mentiras de esta otra catadura, los norteamericanos avisaron 20 horas antes del desastre y las autoridades no movilizaron a la población, y el gobierno federal y los locales tampoco. Se hizo lo que ordenan los protocolos. Por ello el número de víctimas es muy menor y otra falacia cayó por sí misma cuando se dijo que cientos de muertos estaban siendo rescatados de los escombros.

Baste saber, que el aeropuerto fue abierto en menos de 72 horas, la energía eléctrica avanza en un 60 por ciento y se prevé llegar al 100 por ciento en los próximos días.

Si el presidente Andrés López Obrador no va Acapulco, malo, si va por vía terrestre por las condiciones atmosféricas, más malo. Lo sustancial es que el primer mandatario dispuso una Comisión de Alto Nivel con el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, quien ya encabeza una Cumbre con la Iniciativa Privada para el rescate de Acapulco. Todos los sectores unidos para la rehabilitación inmediata del puerto por excelencia del turismo nacional e internacional. Eso es lo sustancial y trascendente, lo demás es publicidad y provocación barata y bastarda.

Y repito, el pueblo de México no cree en esas criminales tonterías, deberían esos agoreros del desastre de visitar las tiendas de servicio, para que constatar, como este reportero emocionado lo hizo, la inmensa mayoría de familias comprando toda clase de víveres y productos de primera necesidad para llevarlos o enviarlos a los hermanos damnificados de Acapulco. Y lo dicho: CUANDO LAS TRAGEDIAS SE POLITIZAN, DOBLES TRAGEDIAS. teodororenteriaa@gmail.com

Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y www.clubprimeraplana.org, y el portal irradia noticias.com

Ra.

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