OPINIÓN
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DESLINDE
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Alberto Witvrun
Diariovialibre.com.mx, ( 13 noviembre, 2023).- Hace más de mil cien
años Tula fue sede de un gran imperio con influencia de Sinaloa hasta Yucatán,
donde se puede decir que Chichén-Itzá es una ciudad tolteca, pero esta región
origen de Quetzalcóatl vive en el infortunio en las últimas cinco décadas con
la llegada de la refinería Miguel Hidalgo en 1975 y tres años después de la
termoeléctrica Francisco Pérez Ríos que la convirtieron en la más contaminada
del orbe y son amenaza permanente para este patrimonio cultural.
Saqueo, descubrimientos sin exploración adecuada, recursos
desviados y robos
descarados de piezas, marcados por la nefasta administración del Centro
Regional del
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en los ochentas de Rafael
Abascal y,
los esfuerzos de su sucesor Raciel Mora, para proteger la zona arqueológica de
la lluvia
acida que desde 1986 se probó afectaban a los Atlantes de la pirámide de
Tlahuizcalpantecuhtli y los bajorrelieves del muro de serpientes o Coatepántli.
En 1980 con los trabajos del tren eléctrico México–Querétaro
se descubrieron
importantes vestigios, se habló de proyecto y recursos, pronto se olvidó, los
estudios
sobre la lluvia acida fueron seis años después y sólo se intentó sustituir los bajorrelieves;
todo ha sido inconcluso como la reapertura del museo de sitio Jorge R. Acosta o
el robo
descarado en 1984 de la escultura de un Jaguar del periodo clásico que apareció
en 2006
en un museo de Nueva York y nunca se investigó.
Pieza donada por Epifanio Barrón, originario de Boxay en
1984, y que fue enviada a
Pachuca para limpieza y nadie la volvió a ver, lo mismo que un dorsal de
turquesa
localizado en 1997 y un chaleco de concha de abulón, de lo cual ya nadie habla,
una
pérdida incalculable que se suma a cientos de piezas que hace medio siglo se
encontraban
a flor de tierra; me consta, de niño escapaba de la casa de la abuela materna a
quien
visitábamos con frecuencia para ir a las pirámides.
Diego Prieto director del INAH, habló otra vez de proyectos
para el R. Acosta y para la
zona arqueológica Tolteca apenas concluyan trabajos en Teotihuacán, esperemos
que esta
vez no sea inconcluso y permita recuperar todo incluyendo las piezas robadas. ©
Ra.
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