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El baterista del legendario grupo de rock mexicano estuvo en San Cristóbal para el convivio de presentación de la cerveza artesanal que lleva el nombre del emblemático trío, “Three Souls in my Mind”, por sus 55 años de carrera, evento organizado por Fausto Salinas Bautista

Charlie Hauptvogel, a la batería; el bajista Carlos Bautista y el anfitrión y fabricante del producto artesanal, Fausto Salinas Bautista.

Por Jorge Villa, texto y foto.

Domingo 10 de diciembre de 2023

Punto festivo y parte de la celebración por los 55 años del grupo de rock mexicano Three Souls in my Mind (1968-2023) fue la visita a San Cristóbal Ecatepec del fundador y baterista Carlos Hauptvogel o Charlie Hauptvogel, acompañado en el momento de su llegada por el bajista Carlos Bautista, para el convivio presentación de la cerveza artesanal que lleva el nombre del emblemático trío: Three Souls in my Mind.

El anfitrión del festejo efectuado este sábado, productor y fabricante de esta bebida conmemorativa es Fausto Salinas Bautista, nativo de San Cristóbal, comunicólogo, conductor radiofónico en el vecino municipio de Tecámac, y quien está al frente del negocio Cervecería Artesanal ‘Mal de Ojo’, y de su equipo de trabajo que también ofrece cursos para elaborar cerveza artesanal.



Ubicados en el negocio de la calle Hidalgo 6, desde donde se ve el Mercado Municipal, en una breve entrevista para Red-Acciones.mx, el baterista Charlie Hauptvogel tuvo chance de recordar que había estado dos veces aquí, lo que no es nada fácil para el que llegó a ser el grupo de rock más popular en la escena del rock mexicano y dondequiera tocaban.

Era 1972 y su presentación en un área del patio del entonces CBTIyS de la colonia Vista Hermosa se interrumpió bruscamente a los 15 minutos de que habían empezado a tocar: Cortar la luz había decidido la autoridad escolar y no hubo más concierto gratuito. Desilusionados iniciaron su regreso visitantes melenudos y no melenudos, ya que parte de los asistentes presentes no era alumnos. El desconcierto fue total y no hubo explicación alguna.

Foto Baterista/Facebook.

La otra visita estelar por ese tiempo fue en Guadalupe Victoria, uno de los nueve pueblos del municipio de Ecatepec de Morelos, en un lugar para poder bailar en lo que por aquellos tiempos se les llamaba simplemente “tardeadas”, que normalmente eran de noche, y con la participación de al menos tres grupos, se cobraba el acceso y no era común la venta de licor. Esa noche el Three Souls cerró la tardeada y hasta el otro día se supo de pleitos entre los asistentes, ya afuera del lugar.

En 1971 un fenómeno musical marcó la escena nacional del rock: Avándaro, el mítico Festival de Rock y Ruedas de septiembre 12 que tenía el propósito primario de juntar música con una carrera de autos. La tormentosa lluvia típica del mes y de esos al menos dos días, orilló a los organizadores a desistir de la carrera cuya pista estaba cubierta de lodo, y centrarse en lo que ya para ese momento estaba por ser el primer fenómeno social en México que reuniría el mayor número de gentes que acudían a un evento masivo: un concierto de rock, de música. Cifras de los datos más conservadores dicen que éramos 200 mil personas, otras que 300 mil.

Fausto Salinas recibe a Charlie Hauptvogel en la Cerrada de Melchor Ocampo y la calle Pensador Mexicano, en San Cristóbal Centro.
El Festival de Rock y Ruedas de Avándaro, dice el baterista, “es el concierto más importante hasta la fecha, por la cantidad de gente, por la cantidad de grupos que estuvimos ahí, y el que más público ha reunido hasta la fecha, muy importante y un parteaguas social, dentro de la cultura y del movimiento del rock’roll en México”.

Durante la entrevista, que aquí mismo publicamos, respecto de la celebración por 55 años del grupo del que es fundador expresa que está “muy agradecido con la vida, con Dios, con las gentes que nos ha apoyado, y con inyecciones de querer seguir adelante, porque sentarme en mi batería es la parte más interesante de mi vida”. ©

Ra.

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