OPINIÓN
Por Teodoro Rentería
Arróyave
Martes 12 de marzo de 2024
SEGUNDA PARTE
Continuamos con nuestra serie sobre Cuba y su criminal
bloqueo:
Cuba tiene un potencial de inteligencia envidiable. No le
hacen falta enseñanzas de nadie, pero tampoco debe desdeñar las que tiene a
mano de otros lares y pueden enriquecer la suya. Hay mucho del Viejo Testamento
en el Nuevo. La historia no es más que la línea continua del pensamiento y la
acción en todas sus etapas e interacciones. El bloqueo puede cercar todo lo
material, pero nunca ni a la inteligencia ni a la voluntad, algo que les sobra
a los cubanos.
Un ejemplo: la base energética de Cuba a partir de
materiales fósiles respondió a una coyuntura precisamente creada por el bloqueo
hace 60 años cuando las fuentes alternativas de origen natural como la eólica,
solar, marina y otras eran casi un sueño tecnológico. Las termoeléctricas son
obsoletas y muy contaminantes. Cuba se quedó estancada allí por las razones que
sean.
En ese sentido alegra mucho el llamado del presidente
Díaz-Canel acerca de la imprescindible transición energética, aunque quizás
podrían revisarse los tiempos de esa renovación industrial así como la
proyección de una producción compartida 50-50 de las fuentes renovables con los
combustibles fósiles y en 2050 la transformación cuando ya el resto del mundo
probablemente haya eliminado el combustible fósil por imperio de la
supervivencia de la humanidad frente al cambio climático.
El presidente anunció que Cuba se propone generar en 2030 el
29 por ciento de la electricidad a partir de estas fuentes; en esa década debe
alcanzar el 100 por ciento de generación con base en las fuentes nacionales de
energía (FNE), es decir, petróleo crudo y gas acompañante y las Fuentes
Renovables de Energía (FRE) -a razón de 50/50. Y para 2050 debe completarse la
transición energética: producir el 100 por ciento de electricidad con FRE.
Esas cifras deben estar respaldadas por un importante
estudio de las posibilidades y capacidades que se proyectan a partir de la
realidad de Cuba, y claro, las magnitudes del bloqueo. Pero ojalá los
especialistas, economistas, ingenieros y estrategas, lograran trazarse una meta
para acortarlos. Al menos hacer el intento.
Hace unos días, hablando de su paquete de reformas
constitucionales y la posibilidad de que no pasen en el congreso porque no
tiene mayoría calificada, el presidente de México, López Obrador, decía:
“Pienso que no es un asunto fácil, es complejo, pero hay que intentarlo. Lo
difícil, cuando hay perseverancia y convicciones, se logra, y lo imposible se
intenta cambiar, o sea, lo que parece imposible, pero hay que luchar por los
cambios”.
Ese intento de acortar plazos –y no solo en lo que atañe a
la transición energética- debería hacerse a la luz, primero, de la ansiedad del
pueblo de resolver su angustioso problema, segundo y muy importante, del
peligroso momento que vive el mundo de hoy cuando Estados Unidos ha roto los
factores de diálogo y equilibrio internacional que garantizaban la negociación
y una paz relativa. Gaza y Ucrania son expresiones de esto último, y lo mismo
la tóxica mala relación que Biden y Trump se empeñan en sostener con Cuba, y
todo hace indicar que uno de ellos seguirá en la Casa Blanca.
El primer ministro, Manuel Marrero dijo que estaban en una
economía de guerra, y yo complementaría que sí, pero como consecuencia de una
guerra económica lo cual la hace más cruda y compleja.
En teoría, Cuba tiene las condiciones perfectas para un
cambio tecnológico en el sector energético al ciento por ciento en tiempo
relativamente corto, como está haciendo México en Sonora con el parque solar
más grande de América y quizás del mundo.
Pero seamos realistas: en Cuba lo impide la falta de
financiamiento y las amenazas de Estados Unidos a las empresas extranjeras que
quieran sumarse a esa aventura. Ahí funciona con toda su perfidia el bloqueo.
La energía solar sería más que suficiente -ella sola- para convertir a Cuba en
el país más alumbrado del mundo en tiempo récord, y sin contaminación
ambiental, mas Estados Unidos no quiere que sea así.
Pero no quiero desviarme más de la idea central de estos
apuntes que es, resumiendo, la necesidad de colocar al bloqueo en su lugar, y
en otro lado las perspectivas y posibilidades de desarrollo y soluciones
anticrisis que Cuba pueda intentar con sus menguados recursos. CONTINUARÁ.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados
en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación
Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio
honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX,
miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor
Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la
Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y
críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en
toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info,
www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y www.clubprimeraplana.org, y el portal
irradia noticias.com
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