OPINIÓN
Por Teodoro Rentería
Arróyave
Lunes 6 de mayo de 2024
Desde mi paso aleccionador de reportero de policía, difundí
no uno, sino varias decenas de casos de la fabricación de delincuentes de las
corporaciones policiacas, preventivas y judiciales. La disputa por el celo
profesional entre esas dependencias daba como resultado la revelación de que
innumerables detenidos y en algunos casos consignados y juzgados, lograran su
libertad al demostrarse su inocencia. Es decir, fueron víctimas de la
fabricación de “delincuentes”. La incógnita es, de cuántos inocentes se pudren
en las mazmorras de las cárceles, y en el extranjero, a cuántos inocentes se
les aplicó la pena capital.
Por un acendrado y heredado humanismo, siempre, como
periodistas, hemos hecho constar nuestra convicción en contra de la pena muerte
o pena capital, no sólo por llevar al cadalso a inocentes, sino por la inhumana
y execrable práctica desde la aparición de la discutible civilización de la
humanidad.
La Revista “Proceso” nos da a conocer esta historia de
horror, reporteada por la colega, Veneranda Mendoza, que nuevamente comprueba
nuestros asertos, de nuestras firmes posiciones en cuanto a la inútil y brutal
pena de muerte, como la actitud arraigada del mexicano, aunque se niegue, de su
racismo, de su discriminación y segregación.
Desde el título de la nota, se corrobora nuestra pertinaz
posición humanística: “Liberan a un hombre sentenciado a 65 años de cárcel por
un secuestro que no cometió”. En efecto, la libertad de Daniel Plácido es una
de las 23 por las que pugna el colectivo “Haz valer mi libertad”, cuyos
integrantes permanecen apostados desde hace casi un año a las afueras del
Palacio de Gobierno del Estado de México.
La sevicia de no pocos agentes policíacos y agentes del
Ministerio Público, con la complicidad de sus jefes, no tienen ningún freno,
con tal de publicitar “eficiencia” con la aborrecible fabricación de
delincuentes.
“Daniel Plácido, sentenciado a 65 años de prisión por un
secuestro y cuya acusación se sustentó sólo en una declaración en que se señaló
que el supuesto autor era moreno y estaba “mugroso”, fue liberado la noche del
jueves, después de que en una revisión extraordinaria de su expediente el
Tribunal de Alzada reconoció su inocencia.
La libertad de Daniel Plácido es una de las 23 por las que
pugna el colectivo “Haz valer mi libertad”, cuyos integrantes permanecen
apostados, desde hace casi un año, a las afueras del Palacio de Gobierno del
Estado de México, en demanda de la excarcelación de los injustamente presos.
Su lucha fue tema de la conferencia de prensa matutina del
presidente Andrés Manuel López Obrador el 5 de abril pasado, cuando el
mandatario indicó: “Si hay injusticias se tienen que corregir; estamos viviendo
tiempos nuevos, ya no es el tiempo de antes... hay que ver de qué se trata”.
Pese a la absolución de Plácido Arroyo, el plantón no será
levantado y, por el contrario, hoy cumple 341 días, pues “Haz valer mi
libertad”, de la mano del Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero
(CDHZL), promovió la amnistía de 23 injustamente presos, de manera que faltan
por resolverse 22 casos.
El Centro de Derechos Humanos, CDHZL, y Haz valer mi
libertad advierten que el ilícito le fue imputado sólo por ser pobre y por su
color de piel. Lady Plácido recordó que su hermano fue detenido fuera de su
casa, sin orden de aprehensión, por hombres vestidos de negro que no se
identificaron y después se supo que fueron ministeriales.
La víctima indicó que lo reconoció porque era moreno y
estaba mugroso de sus ropas. Lady comenta que la playera de Daniel estaba llena
de grasa porque atendía una vulcanizadora y porque apoyaba a su papá en sus
labores de herrería.
Para obligarlo a declararse culpable, indicó que fue
golpeado y existe certificado del médico legista para probar que casi le
tronaron el omóplato; y psicológicamente amenazado con agredir a su esposa y
desaparecer a sus hijos. Daniel nunca accedió porque, asegura, no cometió el
delito”.
Esta es y ha sido nuestra realidad, denunciada siempre, la
fabricación de delincuentes, inocentes que se pudren en las mazmorras de las
cárceles y en otras partes del mundo son asesinados con la execrable pena
capital. No son pocos los casos que después de ajusticiados, se demostró la
injusticia, que no el equívoco de la supuesta justicia.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados
en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación
Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio
honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX,
miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor
Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la
Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y
críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en
toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info,
www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y www.clubprimeraplana.org, y el portal
irradia noticias.com
Ra
Publicar un comentario Blogger Facebook