Por Teodoro Rentería
Arróyave
Lunes 24 de junio de 2024
Es de sumarse a las quinielas del Gabinete de la virtual
presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo: Titular de la Secretaría de
Gobernación, en orden alfabético: Mario Delgado Carrillo, actual líder de
MORENA o Rosa Icela Rodríguez, actual secretaria de Seguridad Pública, y en esa
cartera, Omar García Harfuch, senador electo.
De los tres poderes de la unión en nuestro México, el más
corrupto y corrompido, prácticamente desde siempre, ha sido el Judicial, no lo
decimos ahora cuando está en la palestra una reforma legislativa tendente a
cambiar ese paradigma de indignidades y de oprobio en contra de toda la
sociedad mexicana, es decir de todas las personas física y morales, inclusive
del extranjero.
Remito, con especial atención, a los respetables lectores,
radioescuchas, televidentes y cibernauta a que revisen ahora en las redes
sociales, nuestra entrega diaria: “Comentario a Tiempo”, en la que en múltiples
ocasiones hemos comparado o hemos hecho la similitud de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, SCJN, con aquella veladora de marca “La Suprema”, que
servía para nada y para lo mismo, porque por su ínfima calidad, se apagaba una
y otra vez, realmente sus aciertos se pueden contar con los dedos de la mano,
no más.
Se ha publicado, y esto lo olvidan o lo esquivan los
críticos de la Cuarta Transformación, que más del 95 por ciento de los delitos
que se han cometido por décadas y en el presente que nos ha tocado vivir, yacen
en la más oprobiosa impunidad. Este es el estigma más denigrante y degradante
del país, y no obstante ello, algunos connacionales, seguramente por ignorancia
o intereses inconfesables, se atrevan a defender al Poder Judicial y
precisamente a su cúpula.
México, lo hemos dicho, denunciado y repetido desde el
gremio periodístico organizado de México conformado por la Federación de
Asociaciones de Periodista Mexicanos, FAPERMEX; Colegio Nacional de Licenciados
en Periodismo, CONALIPE, y Federación Latinoamericana de Periodistas,
FELAP-MÉXICO, que han convertido a nuestra República en el país más peligroso
en el mundo para ejercer el periodismo, por eso mismo, por la vergonzosa y
vergonzante impunidad.
Vamos a los hechos reales e incontrovertibles, desde que
cualquier mexicana o mexicano se enfrenta a un juzgador, de cualquier índole,
sea del fuero común o federal, sea demandante o demandado, tiene que ir
aprovisionado de la consiguiente billetiza, para ser víctima de la
extorsión, el cohecho o la “mordida”, la
indebida paga se inicia desde el más modesto empleado para comprar el turno,
las copias requeridas o el préstamo de los libros de los edictos y de ahí hasta
la cúpula del poder, pasando por mecanógrafos, secretarios, jueces, magistrados
y ministros, todo son un enjambre de corrupción.
No obstante, lo anterior y cuando estamos a punto de lograr
una reforma superior del Poder Judicial, no son pocos las posturas que se
manifiestan en contrario, con falacias como que se quiere acotar la autonomía
del “Supremo”, si, claro del actual corrupto y avasallador que goza de los
mejores estipendios y canonjías que ofende al pueblo todo.
Ana Francisca Vega del diario “El País”, me remito a la
colega. porque no somos pocos los que nos enfrentamos al establishment, que
prefieren en lugar de la justicia, y justicia viene de justo, someterse al
soborno, la mordida para lograr sentencias a favor, obvio, con la paga sine qua
non.
En un análisis certero de la Colega que titula: “Sheinbaum y
el fantasma del 95 por ciento”, donde resalta lo que todos sabemos, que
“Reformas van y reformas vienen, y el índice de impunidad, que ronda el 95 por
ciento en prácticamente en todos los delitos, ha permanecido básicamente igual
por décadas”.
Esta y no otra es la realidad en nuestro México: las
cárceles llenas de inocentes, y los delincuentes de toda laya, sobre todo los
llamados de cuello blanco, gozan de cabal salud.
Revisemos las últimas informaciones al respecto, nada
diferentes desde la colonia a la fecha: la jueza, el juez, la sala fulana o
zutana y la misma corte ponen en libertad a verdaderos “presuntos”,
delincuentes, uso el neologismo porque son capaces de acusarme de difamación y
otros delitos.
Ana Francisca, con toda propiedad, afirma que “El desencanto
y escepticismo con el que los mexicanos nos aproximamos al tema de la justicia
en el país tiene raíces profundas y justificadas. En ningún momento en la
historia de México hemos estado ni cerca de articular un sistema que logre que
las víctimas de un delito accedan a la justicia. Jamás. Reformas van y reformas
vienen y el índice de impunidad -no se mueve ronda el 95 por ciento-, en el
país se roba, se mata, se asalta, se viola, se golpea, se secuestra y se
defrauda con casi total impunidad”. Concluye: “En México, de cada 100 delitos
cometidos se denuncian alrededor de 6 y de esos que se denuncian, se resuelven
el 14 por cierto”.
Estamos a merced del hampa común y del hampa togada y
todavía existen y se manifiestan plumas y voces para defender, por meras
posiciones políticas, a ese aparato voraz y corrupto, al que todavía se le
sigue calificando del “Poder Judicial”.
Desde luego diferimos con la Colega, cuando concluye: “no
obstante que la opinión pública consultada sobre la pertinencia de una nueva
reforma al Poder Judicial ronda el 80 por ciento y acepta que la demanda
ciudadana por justicia es comprensible y fundada”, asegura que “la iniciativa
de reforma que está sobre la mesa y que ha sido adoptada como propia por la
virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ayudará en poco o nada a mejorar
el acceso del ciudadano común a la justicia por el simple hecho de que su foco
no está puesto ahí”.
Si hay algo mejor que se diga en los foros de discusión que
para eso son, para que se tomen las mejores acciones, las mejores decisiones,
ya que lo urgente y primordial es acabar con este Poder Judicial banal y
corrupto. Desde luego entre los juzgadores existen honrosas excepciones;
inclusive ministras y ministros de la misma Suprema Corte, han tenido el valor
de manifestarse a favor de la Reforma en beneficio de la ciudadanía, “estamos
obligados a evaluarnos”, dijeron: Loreta Ortiz Ahif, Yasmín Esquivel Mossa y
Javier Laynes Potisek. IMPOSTERGABLE LA REFORMA DEL PODER JUDICIAL.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados
en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación
Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio
honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX,
miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor
Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la
Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y
críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en
toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org,
www.fapermex.org, y el portal: irradianoticias.com
ra
Publicar un comentario Blogger Facebook