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OPINIÓN  

Manuel Buendía Tellezgirón. Foto Archivo.

Por Jorge Meléndez Preciado

Sábado 1 de junio de 2024

A los cuarenta años del asesinato de Manuel Buendía, en su época el columnista más influyente del país, cuyo homicidio  continúa sin aclararse plenamente, ya que sus autores intelectuales -como en muchos otros casos- no fueron sancionados, vale la pena reflexionar acerca de los periodistas, los medios y el poder político.

Ha sido un acierto que la Presidencia de la República no proporcione las millonadas de pesos a los medios para controlarlos con su silencio acerca de las torpezas políticas sexenales.

Pero esto no se encuentra regulado,  ya que a las televisoras se les proporcionan millones -una de ellas es incluso rival de esta administración, Tv Azteca, ya que no quiere pagar los impuesto que debe, casi 24 mil millones de pesos- y a otros, cercanos al régimen, les dan sin medida, no obstante que su tiraje sea irrelevante.

A quienes trabajan por su cuenta, y no son del agrado de la administración central, no se les apoya de ninguna manera. Incluso en casos como las transmisiones del INE acerca de los debates presidenciales, inexplicablemente se les obliga a sujetarse a los dictados de empresas privadas, como Telemundo.

¿Por qué el INE que funciona con recursos públicos favorece a los privados en lugar de apoyar a los medios independientes y a los de servicio público?

El Ifetel calla.

Como anota bien Javier Esteinou Madrid, en un comentario de la Agencia Mexicana de Información (Amedi), resulta insólito que a los medios públicos como Radio Educación, Canal 22 y otros se les recorte presupuesto cada año, en lugar de ampliar sus dineros y su cobertura. ¡Una locura!

Los medios que recibían dinero por montones del gobierno están, claramente, enojadísimos, ya que sus tirajes y circulación han descendido notoriamente, lo que es evidente en los quioscos, los cuales se han convertido en lugares para vender de todo: aguas, golosinas, cigarros y un largo etcétera en lugar de periódicos y revistas.

Y los comentócratas, antes muy influyentes, ahora no tienen el poder de antaño.

Bien que el gobierno ya no subsidie a tantos negociantes de la información. Mal que apoye a su contentillo a otros. Pésimo que vaya dejando en la indigencia a los medios públicos. Horrible que no resuelva a fondo los casos de periodistas asesinados que desde hace cuarenta años son 375 o más.

Es indispensable que el nuevo gobierno tenga un cuerpo colegiado de legisladores, periodistas y ciudadanos que puedan determinar no sólo cómo distribuir los dineros de los medios y periodistas, sino llevar a cabo el saneamiento de la vida pública entre los periódicos, reporteros y personas informadas.

Sólo de esta manera se construirá una democracia que está cada vez más endeble si unos cuantos son los poseedores de la información como negocio.

Al señor Manuel Bartlett se le cayó el sistema en 1988 (video de Luis Sánchez Aguilar), jamás investigó el asesinato de Manuel Buendía y ahora los apagones serán la marca de este sexenio.

¡Prensa libre para la democracia!

jamelendez44@gmail.com

@jamelendez44

Ra

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